El organismo histórico de Derechos Humanos, Abuelas de Plaza de Mayo, anunció un nuevo número en su listado de encuentros. 40 años después, el nieto 121 representa en su símbolo toda la importancia de seguir luchando por la Verdad, la Memoria y la Justicia. Una pequeña recompensa frente a tanta lucha.
En el día de ayer, Abuelas de Plaza de Mayo, dio a conocer la aparición del nieto 121, provocando el revuelo que siempre ocasionan estas alegres noticias. Estos hechos demuestran la importancia en seguir conociendo y reparando, un poco, todo el daño que causó la dictadura cívico-militar. La recuperación de identidades que fueron apropiadas siendo bebés, ese «botín de guerra», y la alegría popular que desencadenan, demuestran que es una pelea todavía vigente.
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Un nieto y una identidad más
Según los datos que indicaron desde el organismo de Derechos Humanos, el nieto 121 es hombre, porteño y tiene 40 años. Además, estaba seguro que no era hijo de desaparecidos, pero luego de que se acercará a él un equipo de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), se presentó espontáneamente, sin que intercediera la justicia, para realizarse los análisis de ADN que determinaron el hallazgo. Sin embargo, 40 años después hay encuentros que no se pueden recuperar: sus abuelos ya no viven, pero tiene un hermano menor y otros familiares que ansían recuperarlo.
Según los datos que indicaron desde el organismo de Derechos Humanos, el nieto 121 es hombre, porteño y tiene 40 años. Además, estaba seguro que no era hijo de desaparecidos, pero luego de que se acercará a él un equipo de la CONADI, se presentó espontáneamente, sin que intercediera la justicia, para realizarse los análisis de ADN que determinaron el hallazgo.
Si bien estaba seguro que no era hijo de desaparecidos, permitió contribuir a la verdad al acceder a presentarse para constatar su verdadera identidad. Esto da cuenta de lo fundamental que siguen siendo las campañas y el trabajo que se realiza desde Abuelas de Plaza de Mayo para lograr una verdadera justicia: seguir hasta encontrar el último nieto.
La recompensa por la lucha
En un año de tantos retrocesos en materia de derechos en Argentina y en la región latinoamericana, estos encuentros fortalecen el proceso de Memoria, Verdad y Justicia. No obstante, quedan muchas identidades por encontrar. Son muchos los huecos que todavía faltan cubrir para recuperar todas las historias que quisieron arrebatar.
En un año de tantos retrocesos en materia de derechos en Argentina y en la región latinoamericana, estos encuentros fortalecen el proceso de Memoria, Verdad y Justicia.
Los 40 años de lucha de los organismos históricos de Derechos Humanos se resignifican en cada historia rescatada, en cada nieto que recupera su identidad. Ellos colaboran en romper con la mentira y el pacto de silencio generado por los genocidas de la última dictadura cívico-militar. Pero la recompensa por la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo es seguir ganando batallas contra la impunidad, el odio y la mentira: es lograr un nuevo triunfo de la verdad.