En el libro de poemas Corporal Ciudad, de Andrés Alvarado (Qué diría Victor Hugo?, 2014) se puede ver una apuesta a lo que nadie esperaba. ¿Cómo describir un lugar tan cotidiano con un lenguaje fuera de lo común? ¿Qué pasaría si para hablar de lo contemporáneo elegimos un idioma propio de otro tiempo? Alvarado ensaya una respuesta a estas preguntas logrando, a través de sus poemas, descolocar por momentos al lector, al punto de volver extraño algo que pensábamos conocer.
Sobre el autor
Andrés Alvarado nació en Buenos Aires en mayo de 1982. Publicó El día de la lluvia (2012) y estrenó diversas obras como autor de radio y televisión. Actualmente trabaja en la publicación de su primera novela y de su próximo libro de poesía.
Es co-fundador y editor de la editorial independiente Qué diría Victor Hugo?, la cual forma parte de La Coop.
La apuesta por lo inesperado
El mundo de la poesía siempre tiene cartas bajo la manga. Cuando pensábamos que la poesía contemporánea se dirigía hacia un camino, aparecen poetas que desafían ese rumbo y sorprenden con decisiones que nadie esperaba. Ese es el caso de Andrés Alvarado, quien en Corporal Ciudad ensancha los límites de la poesía jugando con tiempos, formas y lenguajes para describir un mismo lugar: el microcentro porteño.
Dentro de los tiempos que corren sería más esperable, si vamos a hablar de escenas cotidianas y urbanas, encontrarnos con poemas de tres carillas con un tono que roce la narrativa, pero Alvarado decide sorprender al lector. Poemas breves con una estructura pensada se encargan de mostrar un lado b del microcentro porteño y de los miles de trabajadores que lo recorren a diario.
La poesía de Alvarado se muestra coqueteando con dos extremos: la rigurosidad y lo improvisado, logrando un resultado que sorprende al pasar la hoja, ya que cada poema traza su propia figura. La rima, que casi se había declarado muerta en el mundo de la poesía, regresa en estos poemas en esa misma dirección. Alvarado no utiliza ese recurso de forma obsesiva, sino que parece elegir cuidadosamente qué poema la necesita y cuál no.
La apuesta por lo inesperado que plantea Corporal Ciudad ya se deja ver en su mismo título. Con un lenguaje que remite a una poesía de los siglos XIX y XX, Alvarado trastoca lo esperado y deja en manos del lector un libro que no esperaba, pero que tiene mucho para ofrecerle. Como dice el autor en el poema «la hora de la melancolía», este libro trata de demostrar que «no duele /duele lo cotidiano», demostrando un microcentro porteño de forma detallada: las rutinas, los paisajes y las sensaciones que muchas veces dejamos de lado.
Corporal Ciudad es, entonces, un libro necesario para ver que no todo está dicho en la poesía contemporánea y que algunos estilos todavía tienen mucho para aportar, lejos de las vertiginosas tecnologías que nos llevan a un estilo narrativo y explícito dentro del mundo poético.
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