Charla con la escritora y co-fundadora del Colectivo de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), Silvina Rocha. «La idea nació como una propuesta política en la que nos reunimos escritores, ilustradores, narradores y editores que trabajamos para la infancia», explica. La autora afirma que el objetivo es «defender todos los planes y programas dedicados a la inclusión de los chicos, tanto los que fueron desmantelados como los que aún subsisten». El origen del Colectivo LIJ, sus proyectos y la iniciativa del lanzamiento del sello editorial del Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHI), en la siguiente entrevista.
Sobre la autora
Silvina Rocha nació en Tucumán, Argentina, en 1969. Porteña por adopción, fue cantante y compositora durante más de diez años hasta que ingresó al mundo de la literatura infantil y juvenil en el año 2010. Lleva publicados numerosos libros, entre los cuales se destacan Mateo y su gato rojo (Del Naranjo, 2010), ganador del Premio Destacado Alija 2010 por sus ilustraciones y seleccionado como uno de los diez mejores libros-álbum por la Federación Internacional de Bibliotecarios; y Por qué los elefantes prefieren jugar a la mancha (Pequeño Editor, 2013), elegido para integrar el catálogo White Raven 2014, una reconocida publicación que incluye títulos innovadores en el ámbito.
— ¿En qué consiste el Colectivo de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ)?
— La iniciativa del Colectivo comenzó con un mail que se llamaba “Puntapié” y que mandé en el mes de enero a tres escritores: Mario Méndez, Alejandra Arbiti, Márgara Averbach y Sandra Comino. Con ellos y con Silvia Schujer, nos juntamos a tomar un café porque estábamos desesperados con todo lo que estaba pasando respecto a las políticas culturales y no sabíamos muy bien qué hacer. Luego se sumó también Laura Ávila. Así fue como nació el Colectivo de Literatura Infantil y Juvenil, una propuesta política en la que nos reunimos escritores, ilustradores, narradores y editores que trabajamos para la infancia. Peleamos por la cultura y queremos defender todos los planes y programas dedicados a la inclusión de los chicos, tanto los que fueron desmantelados como los que aún subsisten. Apoyamos, por ejemplo, las orquestas y coros infantiles y juveniles, cuya continuidad aún no está asegurada, o también al Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), al cual le quitaron la financiación. Para mí, el colectivo es una trinchera que funciona desde el arte, desde lo que nosotros sabemos hacer y desde lo propio, porque es, en definitiva, lo más autentico.
Así fue como nació el Colectivo de Literatura Infantil y Juvenil, una propuesta política en la que nos reunimos escritores, ilustradores, narradores y editores que trabajamos para la infancia. Peleamos por la cultura y queremos defender todos los planes y programas dedicados a la inclusión de los chicos, tanto los que fueron desmantelados como los que aún subsisten.
— ¿Qué fue lo que los movilizó en primer lugar a llevar adelante esta iniciativa?
— Teníamos que hacer algo ante las políticas que se están tomando, que responden a una visión neoliberal con una concepción diferente de lo que nosotros entendemos por la cultura. Para ellos es un gasto y para nosotros una inversión. Todo lo que se desarma, no se vuelve a reemplazar y el que está al borde y se cae, no importa. No están pasando cosas menores y por eso me pareció que está bueno defender todo esto desde un lugar auténticamente mío, que es mi trabajo y mi amor por lo que hago. Estamos llevando adelante una construcción en la que bajamos las banderas partidarias, porque tenemos distintas posiciones políticas. No soy kirchnerista, me considero una mina de izquierda, pero por lo que representa intrínsecamente el peronismo en este país, muchas veces terminamos trabajando juntos en las cosas en las que coincidimos, como la necesidad de una política social desde el Estado. Es su responsabilidad volver más equitativas las diferencias y que haya un punto de mayor igualdad para los pibes. No quiero un Estado que se regule sólo por el mercado. Puedo discutir un montón de cosas del gobierno anterior, pero lo que no critico son las políticas culturales que implementaron y que se vieron por ejemplo en Canal Encuentro, Paka-Paka o la Biblioteca Nacional. Defiendo lo cultural porque es mi ámbito y porque creo que la cultura tiende redes y te logra sacar de lugares muy oscuros.
«Hasta la Vida» – Festival en el ECuNHI Foto: Laura Ávila
— ¿El ataque contra la murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo”, ocurrido en la villa 1-11-14 en el mes de enero, representó para ustedes un punto de inflexión?
— Cuando pasó lo de la murga decidimos redactar un manifiesto, hacer una solicitada y juntar las firmas manualmente. Hicimos circular el documento y convocamos a escritores e ilustradores para que hicieran una obra pensando en lo que había ocurrido. Fue necesaria una velocidad de reacción que por suerte logramos conseguir. Empezamos a recibir varias cosas, desde obras gráficas hasta textos. Nuestra primera acción como Colectivo fue apoyar el abrazo al ECuNHI y, luego, todas las producciones que se hicieron a partir de la iniciativa se reunieron en la muestra Hasta la Vida, que es la base para la edición de un libro que planeamos publicar, el primero con el sello editorial del ECuNhi.
Nuestra primera acción como Colectivo fue apoyar el abrazo al ECuNHI y luego, todas las producciones que se hicieron a partir de la iniciativa se reunieron en la muestra Hasta la Vida, que es la base para la edición de un libro que planeamos publicar, el primero con el sello editorial del ECuNHI.
— ¿Cómo será el proceso de edición?
— Una vez que se hizo la exposición el 9 de abril, la editorial Calibroscopio se ofreció a financiar parte del libro. Para conseguir lo que falta, en la Feria del Libro se hará una presentación del sello del ECuNHI, en la que no va a estar el libro, pero se van a vender unos cupones de pre-venta. La idea es realizar la edición con todas las producciones de la muestra y agregar otras, cambiando un poco el estilo, introduciendo también textos e ilustraciones esperanzadoras. Hay imágenes muy fuertes entre las que conformaron la exposición, pero esa crudeza las hace valiosas.
«Hasta la Vida» – Festival en el ECuNHI Foto: Verónica Parodi
— ¿Se podría decir que intentaron realizar una reflexión a través del arte a partir del ataque contra la murga?
— Sí, en muchos casos intentamos trabajar con la imagen contrapuesta, la fiesta popular por un lado y la violencia por el otro. Hubo gente que produjo especialmente para eso y que eligió cosas relacionadas con el carnaval y la murga y que ya habían realizado en otro momento. Llevamos adelante una tarea en equipo muy fuerte, que nos hace muy bien. El Colectivo es un buen ejemplo de trabajo colectivo, en el que tratamos de explotar nuestra creatividad con pocos recursos, aportando desde lo que sabemos, por amor, por nuestras creencias e ideales. Trabajamos para los chicos, porque ellos representan el futuro y porque son más importantes que cualquier otra cosa.
El Colectivo es un buen ejemplo de trabajo colectivo, en el que tratamos de explotar nuestra creatividad con pocos recursos, aportando desde lo que sabemos, por amor, por nuestras creencias e ideales. Trabajamos para los chicos, porque ellos representan el futuro y porque son más importantes que cualquier otra cosa.
— ¿Cuáles serán sus próximos pasos como Colectivo?
— Tenemos que trabajar con la producción del libro que avanzará en la medida en que consigamos financiación. Además, queremos hacer una asamblea en los próximos meses para discutir cosas más específicas de la industria. Tenemos pensado invitar a gente del medio, editores y representantes de distintos ámbitos como la Cámara Argentina del Libro, por ejemplo. Nos importa todo lo que está pasando con los libros y queremos obtener datos concretos sobre la apertura a la importación, los planes de lectura, que permitieron la difusión de la Literatura a lugares recónditos, y la situación de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), que siempre hicieron compra de libros y que han ayudado a la producción nacional y a las editoriales más pequeñas, con las cuales el escritor y muchos otros trabajadores del medio se pueden relacionar más fácilmente. La idea es juntarnos a pensar, bajar a tierra e informarnos.
