La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley n° 26.522) fue sancionada el 10 de Octubre de 2009. Ese día, frente a las cámaras de televisión, una ley que habría de generar muchas polémicas en el futuro cercano veía la luz por primera vez. Antes, en la oscuridad de lo no-tan-importante para los medios, el proyecto de esta ley se debatió durante meses en foros y conferencias de académicos de la comunicación de todo el país. A continuación, los cinco puntos más trascendentes de la Ley de Medios y el porqué de su importancia en medio de la embestida del gobierno de Macri en su contra.
El objeto de la presente ley es la regulación de los servicios de comunicación audiovisual en todo el ámbito territorial de la República Argentina y el desarrollo de mecanismos destinados a la promoción, desconcentración y fomento de la competencia con fines de abaratamiento, democratización y universalización del aprovechamiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Los inicios de los debates por la nueva ley de radiodifusión pueden ubicarse en los 21 puntos básicos por el derecho a la comunicación, redactados en 2004 por una coalición de movimientos de trabajadores, organismos de derechos humanos y medios alternativos. La Ley de Medios, como se la llamó popularmente, no fue un capricho del kirchnerismo. Fue el resultado de años de lucha de muchos grupos a quienes no estamos acostumbrados a escuchar en los medios de comunicación masivos.
Así entonces, la Ley n° 26.522 debe pensarse históricamente como una lucha necesaria para lograr la democratización del acceso a la información por parte de todos los ciudadanos del país.
Si bien se puede afirmar que la Ley de Medios fue utilizada por el kirchnerismo para agudizar su enfrentamiento político con el Grupo Clarín, el debate está lejos de cerrarse allí. El único artículo conflictivo, el que llevó a Clarín a apelar frente a la Corte Suprema de Justicia la inconstitucionalidad de que el Estado impida el «derecho de empresa», es el que plantea la multiplicidad de licencias.
La Ley de Medios es mucho más que un arma contra Clarín, es el arma del pueblo para defenderse contra quienes quieren contar un relato único, sea del lado que sea. Debemos poder escuchar a las empresas, al Estado y también a las minorías que no encuentran su voz representada a través de ninguna empresa, ni cuentan con los recursos económicos ni los lobbys para montar un medio de comunicación (desde el más económico como puede ser una emisora de radio local, hasta el más costoso como un canal de televisión).
A continuación, desde La Primera Piedra te acercamos los 5 puntos a tener en cuenta al hablar de la Ley de Medios y entender, también, porqué el macrismo busca derogarla a como dé lugar: