Desierto&Agua es una banda que atraviesa los géneros de rock, reggae y cumbia, fundada por Dany Riaño (voz, ronroco y guitarra) y compuesta por Maxi Morcillo (Bajo eléctrico), Martin Millan (Bateria), Mariana Macchiarola (Coros) y Martín Rosetti (guitarra eléctrica). Desierto&Agua es el nombre de su primer disco, así como la expresión de la polaridad cotidiana que conlleva una vida que quiere ser lo más natural posible dentro de una gran metrópoli. El disco cuenta con invitados como Joaquín del Mundo (Jeites), Paloma del Cerro, Gody Corominas (Karamelo Santo). La banda fue, además, invitada de Los Cafres para tocar en el “Verano de Emociones 2015”, en Mar del Plata.
En una entrevista exclusiva para La Primera Piedra, Dany Riaño se remonta a los orígenes de la banda, adelanta novedades de un nuevo disco que está por llegar y cuenta las expectativas frente al próximo Festicultural Elepepé en El Quetzal: “Hay un problema de pobreza cultural musical por un vaciamiento cultural muy grande que hubo después de los ’90, y ahora está todo medio disperso. Por eso creo que hay que unirnos. La alianza es una nueva forma para enfrentar el hoy. Así, el disco empezó a ser como una fiesta de amigos”.
Foto: Santiago Ropero
─ ¿Cómo surge Desierto&Agua?
─Desierto&Agua es mi primer disco solista. Antes tenía una banda, hacíamos reggae y cumbia bastante mestizo y me cansé. Quería hacer un disco donde no tuviera que reducirme a un solo género. Y así empecé a componer canciones que no son ni de cumbia ni de reggae y decidí grabar con muchos amigos. Grabé las maquetas en casa y empecé a invitar amigos para que grabaran conmigo.
─ ¿Cómo llegaste a grabar «Kamikazes del amor» con Joaquín del mundo?
─A mí me gustaba mucho Jeites, lo descubrí en el 2012 y, mientras grababa mi disco, los fui a ver por primera vez. Me hice amigo de Joaquín, así de pesado que soy, de meterme en el camarín, ir escabiado al recital y decirle “Aguante Jeites”. Fui el borracho molesto que todo el tiempo estuvo ahí y ellos se acordaron de mí. Uno de esos días le dije a Joaquín “tengo un tema que compuse hoy, lo grabé y creo que re da para tu voz” y me dijo “vení mañana para casa y lo grabamos”. Fui al día siguiente a la casa de Joaquín y estuvimos tres horas y media charlando, flasheándola y nos hicimos amigos. Y en ese estado de encuentro grabamos Kamikazes del amor. La voz de él quedó muy grosa, lo grabamos de una.
─ ¿Y qué otros invitados tiene el disco?
─Bueno yo hacía canto con Gody Corominas, el cantante de Karamelo Santo y me dijo “che, boludo, grabo en tu disco”. Le dije que “Sin temor”, el primer tema que abre el CD, iba para su voz. Vino a casa, armamos todo. Él fue profesional, grabó todo de toque. Yo tuve que re-grabar mi voz varias veces para quedar a su altura. También grabó Candela Mazza, folclorista que conocí en Santiago del Estero cuando fuimos a tocar en La Salamanca y después se sumó Paloma del Cerro a un tema. Así, el disco empezó a ser como una fiesta de amigos. A todo eso lo llamé “Desierto y Agua”.
─¿Por qué “Desierto y agua”?
─Porque es la polaridad, el banco y negro. El disco tiene muchas letras ecologistas, pero yo no soy ecologista todo el tiempo. No puedo ser perfecto. Tengo un celular, compro cosas con envases y si me pongo a revisar, tendría que criticarme y pensar: “cómo me voy a poner a escribir canciones ecologistas”. Pero me dije “pará un poco”, uno hace lo que puede, como puede, desierto y agua. El equilibrio viene de eso. Somos eso. A veces estás mucho de un lado, a veces en el medio y otras veces en la oscuridad absoluta. De eso se trata vivir acá. Hay que intentar alcanzar un equilibrio.
─Es una música muy vinculada con los sonidos de la naturaleza, a veces se escuchan grillos de fondo, ¿es una manera de hacer irrumpir a la naturaleza en la ciudad?
─Soy un hippie de 36 años. Un hippie rockero. Viajo un montón y seguiré viajando. Yo flasheo lo natural. Me siento completamente vivo y quiero llevar eso al disco, que se ponga en un clima viajero. Es un disco muy acústico, sin batería, con una atmósfera muy de ruta. Le puse de fondo un grillito, un sonido de fuego porque imaginaba algunas de las canciones como si estuviera en un fogón y en todo está ese viaje, esas texturas. Fue un experimento.
─Es como si una parte del disco fuera desierto y la otra mitad fuera agua.
─Exacto. El disco tiene la mitad “agua”, que son temas muy flasheros y muy intospectivos, como “La rosa de acuario” que tiene una energía femenina pura, muy de agua. Y la otra mitad es “desierto”, con temas un poco más arriba. A finales de 2012 empecé a presentarlo en vivo. Así empecé a conocer otros músicos. No tenía sentido presentarme como Dany Riaño, por eso empecé a llamar a toda la banda Desierto&Agua.
─Las letras tienen un componente muy humano, las letras son ecologistas, pero también presentan una conciencia muy fuerte de lo que son los problemas de pobreza latinoamericanos…
─Estuve en Venezuela. Alta hermandad. “Dale pa matala”, un grupo de allá con temas muy ecologistas y con mucha carga social, nos invitaron a una gira con mucho público. Estuvimos un mes tocando todos los días. La cabeza me re cambió.
─¿Creés que es posible separar la política del arte?
─Para mí el arte siempre tiene denuncia. Lo que cambia es el lenguaje. Podés ser más metafórico o más explícito, pero el arte siempre denuncia. Una letra de amor es una bajada de línea de un mundo de amor. Cada uno tiene su política interna y a mí me gusta hacerlo evidente, que la letra genere algo. A veces me pongo explícito, con intención, quiero que sin temor la gente escuche “miren, miren lo que pasa acá, abran los ojos ante tanta destrucción”. Cuando cantamos eso en Venezuela, el mensaje directo estalló. Ya hay mucha gente que canta giladas: a mí me gusta ir al grano.
─Pienso que todos tienen el “temita gil”, pero hay maneras de hacerlo interesante…
─Bueno, en el próximo disco me propuse captar un público más joven, porque los pibes son los que consumen música. En el primer disco hablé para gente de mi edad. Fue un disco elitista. Y la gente de mi edad no sale, tiene hijos. Y tengo alguna que otra balada escrita en lenguaje adolescente, muy rockero y con mucha distorsión. Mismo mensaje, misma onda, pero distinto lenguaje. Es un disco para las futuras generaciones.
─¿Por qué?
─Yo iba a ver a Las Pelotas, La Renga, me vi todas las megabandas. Entender eso, ahora, es hacer una recapitulación. Las clásicas las mamé todas, las gasté. Con eso me forjé. La música de los ’80 me encanta, pero todo el tiempo descubro nueva música. Ahora escucho música joven, investigo, descubro Jeites y los Camarones del Aljibe, por ejemplo. Creo en las alianzas, solos no hacemos nada. Mis canciones hablan de eso. Así fui descubriendo muchas amistades. La escena hay que tejerla.
─Tocaste con los Camarones del Aljibe en el recital solidario “El bosque llama”, ¿de qué se trataba ese proyecto?
─Con Lea Camarón nos empezamos a cruzar en muchos lugares y le propuse coincidir con conciencia. Él me sumó al Bosque. Se quemaron los bosques. La idea era tocar en El Universal para recaudar guita para las semillas, para reforestar. Con todo eso se grabó el disco y se presentó en el Beat Flow.
─ ¿Qué es lo que te mueve a vos a hacer música, a escribir y a componer temas?
─Yo agarro la guitarra y baja. Baja nomás. Me doy cuenta cuando no baja también. Pero cuando baja, hay que apurarse y agarrarla para que no desaparezca. Bajo la estructura y la hago de toque. Me gusta lo que me pasa cuando compongo. Me lleno. Me parece maravilloso hacer una canción y tener cosas para decir. Yo vivo de la música. Hago mis cosas, pero lo único que me hace feliz es hacer canciones. Y me gusta tocarlas en vivo.
─¿Estás trabajando en algún próximo disco?
─Sí, sale en un mes. Se va a llamar “La Quimera del Caracol”. En este disco hay un tema que se llama “La piba”, para mí es el mejor tema del disco y habla de una piba que nació en La Banda –Santiago del Estero- en la extrema pobreza, en un pueblo que ya no está más. El padre la fajaba, mucho escabio de por medio. Un día se escapa, se toma el tren y llega a Buenos Aires. La adopta una familia de plata, le enseñan a leer, le enseñan a usar el bidet y al toque que conoce un pibe, la embaraza. La canción cuenta cómo ella tiene que esconder ese embarazo para no perderlo y cómo después lo entrega en adopción. Esa es la historia de mi madre biológica.
─Decidiste exponer una parte de tu vida en el disco…
─Fue una decisión. “La Quimera del Caracol” carga con ese tema. Es como el pensadero de Harry Potter, esa historia que necesitás descargarla y dejara ahí, resolverla, cerrarla y volver a ella sólo cuando la necesitás. Una típica historia de pobreza y exclusión.
“Rosa esconde su embarazo porque sino pierde su trabajo. Rosa sabe que no puede darle buen futuro al que viene. ¿Quién viene? Quien viene soy Yo”. Así termina el tema.
─¿Cómo te parece que es el escenario actual para la música independiente que está emergiendo?
─Creo que ahora se empezaron a abrir un poco más los espacios. Buenos Aires es una ciudad muy de mierda para tocar. Si no llevás 60 personas, nadie te abre las puertas. Obvio que hay lugarcitos under y hay que aprovecharlos, porque cada vez están menos under. Matienzo y Uniclub, por ejemplo, ya están muy arriba y las bandas chicas no se pueden desarrollar. Está difícil.
Hay un problema de pobreza cultural musical por un vaciamiento cultural muy grande que hubo después de los ‘90, y ahora está todo medio disperso. Por eso creo que hay que unirnos. La alianza es una nueva forma para enfrentar el hoy.
─¿Cómo solucionarías esto?
─Idealmente, para mí, los espacios deberían estar subsidiados para que no tengan que lucrar con los músicos.
─¿Qué esperás para el próximo Elepepé?
─Me encanta tocar en lugares donde va a haber gente que no tengo idea quién es. Es parte de esto, de abrir, de permitir que las cosas sucedan. Yo construyo permanentemente, entonces, para mí, es una nueva oportunidad. Y tomar unas buenas cervezas entre todos.
Dónde escuchar Desierto&Agua:
Bandcamp: https://desiertoyagua.bandcamp.com/
YT: https://www.youtube.com/user/elcoronel2
TW: https://twitter.com/Desiertoyagua
FB: https://www.facebook.com/Desiertoyagua/info?tab=page_info
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