Los límites de la existencia no siempre responden a los parámetros biológicos: los sentimientos son maneras de avanzar, de moverse un paso más del perímetro de la piel. En Extensión del cuerpo (Santos Locos, 2022), Tomás Litta plantea al amor -y su inevitable contracara, el desamor- como una forma de salirse de uno, de cruzar las fronteras del tiempo y del espacio. Así, es posible volver a los lugares donde se fue feliz y también escapar antes que el edificio del romance implosione desde sus propios cimientos.
Sobre el autor
Tomás Litta nació el 11 de mayo de 1997 en la Ciudad de Buenos Aires. Es poeta, gestor cultural y actualmente cursa la carrera de Letras (UBA). Produce y coordina El Cuerpo Expresivo, un ciclo de poesía erótica que reúne a representantes de diversas disciplinas como la música, la literatura y las artes visuales. Lleva adelante la cuenta de difusión cultural LGBTIQ+ @culturacuir. Trabajó en Radio UBA produciendo y realizando Megáfono Queer, una columna de reseñas y recomendaciones literarias. Creó Cruzadxs, un podcast que reúne textos clave leídos por artistas y referentes de la diversidad. Publicó Fruto rojo (Santos Locos, 2019), Extensión del cuerpo (Santos Locos, 2022) y compiló, curó y editó la antología El cuerpo expresivo (Brandon, 2022).
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1 –
Combatimos la ausencia
cuerpo a cuerpo
en una cama que ya
no nos pertenece.
Después del fuego
sólo queda la tristeza.
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2 –
Beso la cicatriz
que cruza tu pecho
sumo otra marca
con la punta
de la lengua,
una huella
una nota
que diga
acá
lo intentamos.
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3 –
Un abrazo mudo
puede ser la pista
de algo increíble
pero también
puede ser el llamado
de la primera derrota.
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Extensión del cuerpo (Santos Locos, 2022), de Tomás Litta
4 –
I
Bajo la guardia
beso el espacio
que hay
entre tu pelvis
y tu ombligo
como buen devoto
te pregunto
si te gusta
con la ferocidad
de quien sabe
pelear contra
el silencio.
II
No te creas
en realidad
estoy fingiendo.
Me muevo
para que sepas
que todavía
estoy acá.
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5 –
Vos y yo
nuestro último día juntos
el frío ensordecedor
de una terraza vacía
la tristeza
empezando a instalarse
en la columna vertebral.
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.
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