En el marco del “Ni una menos” realizado en la Argentina desde el año 2015, estos dos textos se presentan indispensables para reflexionar sobre la desigualdad y las vejaciones que sufrimos las mujeres a lo largo de la historia. El acontecimiento (Tusquets Editores, 2020) de Annie Ernaux y Autobiografía de mi madre (La parte maldita, 2021) Jamaica Kincaid nos acercan a la realidad de dos jóvenes que si bien se encuentran en tiempos y geografías distintas, coinciden en el camino desesperado de hacer valer sus decisiones.
Por Julieta Blanco
El acontecimiento (Tusquets Editores, 2020) de la escritora francesa Annie Ernaux es un relato autobiográfico que narra la experiencia de aborto de la autora en Francia de los años 60, cuando todavía se trataba de una práctica clandestina. Tras la decisión de interrumpir un embarazo no deseado, la narradora debe enfrentarse a un recorrido solitario y silencioso que la expone a numerosas situaciones de violencia y discriminación.
“El hecho de que la forma en la que yo viví la experiencia del aborto, la clandestinidad, forme parte del pasado no me parece un motivo válido para que se siga ocultando. La ley, que casi siempre se considera justa, cae en la paradoja de obligar a las antiguas víctimas a callarse <<todo aquello se acabó>>, haciendo que lo que sucedió continúe oculto bajo el mismo silencio de entonces. Pero precisamente porque ya no pesa ninguna prohibición sobre el aborto puedo afrontar (…) de forma real este acontecimiento inolvidable”. El acontecimiento– Annie Ernaux
Autobiografía de mi madre (La parte maldita, 2021) de la escritora antiguana Jamaica Kincaid narra la historia de Xuela, una mujer nacida en Dominica, isla colonizada por los británicos. En ese vaivén de identidades múltiples, de invasiones y de pérdidas, transcurre la vida de la protagonista quien tras haber perdido a su madre al nacer y luego del abandono de su padre aprende a sobrevivir en el territorio del desamparo y la hostilidad.
“Pude intuir desde el principio de mi vida que sabría cosas cuando necesitara saberlas, sabía desde hacía mucho tiempo que podía confiar en mi propio instinto sobre las cosas, que si alguna vez estaba en una situación difícil, si lo pensaba lo suficiente, se me ocurriría una solución. Que habría limitaciones a semejante punto de vista sobre la vida no era algo que pudiera saber, pero en todo caso, mi vida ya era pequeña y limitada a su modo”. Autobiografía de mi madre- Jamaica Kincaid
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Sobre la escritura
Ambos relatos utilizan una escritura cruda y directa que nos transporta sin rodeos a las vivencias y estados de ánimo de sus protagonistas. En El acontecimiento, la autora explicita la importancia de la escritura como método de sanación. Encuentra allí una manera de romper el silencio, de compartir el secreto y el dolor de un cuerpo que habitó el horror de lo clandestino. Así, a lo largo del texto aparecen aclaraciones entre paréntesis que indican el registro de ese proceso de escritura, llenando de palabras el hueco entre su pasado y su presente.
“(Es posible que un relato como este provoque irritación o repulsión, o que sea tachado de mal gusto. El hecho de haber vivido algo, sea lo que sea, otorga el derecho imprescriptible de escribir sobre ello. No existe una verdad inferior. Y si no cuento esta experiencia hasta el final, contribuiré a oscurecer la realidad de las mujeres y me pondré del lado de la dominación masculina del mundo)”. El acontecimiento- Annie Ernaux
En Autobiografía de mi madre, la voz de la narración está marcada por una crudeza que, por momentos, se contornea entre lo siniestro y lo escabroso. Narrado en primera persona, la protagonista da cuenta de numerosas vulneraciones a las que se ve sometida sin caer en la condescendencia o autocompasión.
“Nadie me contempló, yo me contemplé a mí misma; la corriente invisible salía de mí y volvía a mí. Aprendí a amarme a mí misma como acto de resistencia, de desesperación, porque no había otra cosa”. Autobiografía de mi madre- Jamaica Kincaid
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La experiencia del aborto
Si bien se inscriben en distintos contextos socio-históricos, desde la ficción y la no-ficción ambas protagonistas atraviesan la experiencia del aborto. Para una de ellas, ese hito, ese acontecimiento decisivo de interrupción de un embarazo es la huella del dolor pero también de la valentía. ¿Acaso alguien más que uno mismo puede decidir sobre el propio cuerpo?
“Las chicas como yo estropeábamos el día a los médicos. Frente a la perspectiva de una carrera truncada, la imagen de una aguja de tejer dentro de una vagima carecía de peso para ellos. (…) Y, como de costumbre, era imposible determinar si el aborto estaba prohibido porque estaba mal, o si estaba mal porque estaba prohibido. Se juzgaba con relación a la ley, no se juzgaba la ley”. El acontecimiento- Annie Ernaux
Para la protagonista de Autobiografía de mi madre, el acceso al sistema médico es un privilegio exótico, una rareza en su tierra. Un jarabe negro y un agujero en la tierra donde experimentar un dolor desconocido, descomunal.
“El dolor no se parecía a nada que me hubiera imaginado antes, era como si definiera el dolor en sí mismo; cualquier otro dolor era solo en referencia a ese, una imitación de ese. Yo era una persona nueva entonces, sabía cosas que solo se pueden saber si uno ha atravesado lo que yo acababa de atravesar. Yo había sostenido mi vida en mis propias manos”. Autobiografía de mi madre- Jamaica Kincaid
Jamaica Kincaid es el nombre que la autora eligió para autonombrarse como una forma de salirse de lo que le habían impuesto. Un símbolo de liberación. En su texto, la autora da cuenta del sometimiento de la mujer en el caribe, de las desigualdades sociales, la dominación colonial y el peso de crecer con un cuerpo a la deriva. Annie Ernaux recorre otro tipo de márgenes, sin embargo, ambas autoras ponen en el centro de sus relatos los cuerpos de dos jóvenes que deciden sobre quiénes quieren ser en los intersticios que la sociedad patriarcal les permite.
Desde el 30 de diciembre del 2020, en Argentina el aborto es legal y gratuito. Sin embargo, seguimos escuchando casos donde el sistema médico no propicia la práctica tal como lo establece la ley o los prejuicios sociales sopesan las decisiones de interrupción del embarazo para algunas mujeres. Así, año tras año, la libertad de nuestros cuerpos busca dejar de tener un precio tan caro.
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