Las formas que puede tomar un día son inciertas. Cuando eso no sucede, y todo se da tal y como lo pensamos cuando los levantamos en la mañana, llega el momento de la apatía o repetición total. Una búsqueda de la dulzura en tiempos en donde todo puede resolverse en un cuestionario de la web mientras las mismas canciones de Aspen 102.3.
En los momentos de mayor tristeza o inquietud, suelo repetir las mismas estrategias para salir del pozo. Por lo general no funcionan o, al menos, no alcanza solo con ellas para poder avanzar. Pero es un primer paso, una forma de lanzarse a caminar como un bebé sin ningún padre que lo esté alentando. Así, cada vez que las cosas se ponen cuesta arriba, me acuerdo de la existencia de la radio que escuchaba mi viejo una y otra vez: Fm Aspen 102.3.
Por momentos, me gusta pensar que la insistencia de Aspen emula a las charlas repetitivas que no llegué a tener con mi papá antes de que falleciera cuando yo tenía 15 años.
La emisora basa su programación en pasar canciones de las décadas de los 70, 80 y 90, aunque algunas veces puede extender sus fronteras más cerca en el tiempo o también un poco más atrás. Ahora bien, cualquiera que la haya escuchado sabe que la rotación de temas es bastante similar un día tras otra, por lo que escuchar esta radio es en realidad un llamado a la repetición, a la previsibilidad y también a desempolvar el cajón de los recuerdos sin hacernos tanto daño. Por momentos, me gusta pensar que la insistencia de Aspen emula a las charlas repetitivas que no llegué a tener con mi papá antes de que falleciera cuando yo tenía 15 años.
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Por ejemplo, mientras escribo esta nota, suena «New Sensation» de INXS. Promediando la primera mitad de la canción, la letra dice: «Dream, baby, dream off all that’s come and going and you will find out, in the end there really is, there really is no difference» (Algo así como: sueña con todo lo que viene y se va y verás que al final, al final no hay ninguna diferencia). Todo con un ritmo rockero festivo y bailable. Es decir, la radio que podía ser una salvación, me manda una señal apuntando a la apatía o a una reversión de Heidegger: «Donde reside la salvación, también anida el peligro».
Aspen 102.3 o un elogio a la repetición.
De alguna manera, estoy escribiendo esta nota cumpliendo la premisa del principio: cada día es impredecible. Entonces, ¿hubiera escrito lo mismo o tenido la misma cadena de pensamientos si Aspen no pasaba esa canción de INXS? Ese es un pensamiento contrafáctico, claro: uno de los preferidos de los melancólicos. El diario del lunes, para muchos, solo sirve para sacar conclusiones tardías. Pero en mi caso, también sirve para añorar el domingo.
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Hace algunas pocas noches, en medio de una lluvia insistente y sorpresiva para esta época del año, mi ánimo entró en la repetición de pensamientos tristes. Por horas, me sentí adentro de un poema del autor peruano José Watanabe: «Vamos a ver si nuestro pequeño y desordenado ánimo resiste la imposición de sus oscuras toneladas». Watanabe habla de una ballena varada en aguas bajas: ¿acaso no se siente así la tristeza a la medianoche, esa hora en la que sube la fiebre y también la ausencia de la mano que chequee la temperatura?
El diario del lunes, para muchos, solo sirve para sacar conclusiones tardías. Pero en mi caso, también sirve para añorar el domingo.
Como un fiel exponente de mi generación, busqué en internet y un test rápido arrojó que podría tener una depresión moderada. ¿Qué significa «moderada»? Según la RAE, «que guarda el medio entre los extremos». Menos de cinco minutos me llevó rellenar el formulario online, menos de 10 segundos encontrar la definición de la Real Academia Española. Todo puede caber en esos breves minutos y la rapidez de internet: vivimos dentro de una de esas pequeñas esferas de cristal y a veces para querer ver caer algo parecido a la nieve solo basta agitar un poco las manos.
Durante toda la escritura de este texto, Aspen siguió sonando. A algunas canciones les presté atención, otras fueron sonidos de fondo sin más. ¿Me perdí alguna señal? Puedo probar en los días siguientes, cuando seguramente muchos de esos temas vuelvan a sonar gracias a la repetición. O puede entregarme a las decisiones que tome el día por mí.
Voy a probar la segunda opción con el cierre de la nota y este poema de Louise Glück que alguien acaba de compartir en una red social: «Percepción, dijo mi hermana./ Ahora está aquí./ Pero es difícil ver en la oscuridad.// Debes buscar dónde poner el pie/ antes de apoyar tu peso». Pareció todo pensado a propósito, ¿no?
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