Dos títulos que retratan a la niñez en los márgenes y cuentan con escrituras provocadoras: Cómo provocar un incendio y por qué (Sigilo, 2020) de Jesse Ball, y Panza de burro (Barret, 2021) de Andrea Abreu. ¿Cómo cohabitan la inocencia con la rebeldía, el despertar sexual y la búsqueda del sentido a las cosas? Estas dos novelas multiplicarán los interrogantes abriendo camino a otros escenarios posibles donde el peligro siempre acecha y pareciera que sólo podemos sentarnos a esperarlo.
Por Julieta Blanco
Panza de burro (Barret, 2021) es la primera novela de Andrea Abreu, una joven canaria que decidió recuperar, con gran audacia, el registro de la oralidad y entrecruzarlo con el recuerdo de su propia infancia. Panza de burro narra la historia de dos amigas, “Shit” e Isora. Dos niñas de diez años que habitan en un barrio alto de la Isla de Tenerife. Un barrio obrero de casas coloridas y a medio terminar.
Es verano y las amigas inseparables disfrutan de sus vacaciones en un mundo con adultos desdibujados, ausentes por elección o por necesidad. Son las abuelas las que asumen el rol de cuidado con distintos grados de atención y amorosidad de acuerdo a cada caso. Shit e Isora recorren las calles de su barrio en subida y en bajada, acompañando la forma del volcán, que aparece de vez en cuando, cuando las nubes se corren para darle lugar.
“Desde la ventana de la entradita de doña Carmen se podían ver el mar y el cielo. El mar y el cielo que parecían la misma cosa, la misma masa gris y espesa de siempre.(…) Era junio y hacía solo un día que las clases habían terminado, pero yo ya estaba sintiendo ese agotamiento inmenso, esas tristeza de nubes bajas en la cabeza ” Panza de burro (Barret, 2021) .
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En Cómo provocar un incendio y por qué (Sigilo, 2020), Jesse Ball nos trae la historia de Lucía Stanton, una adolescente de dieciséis años que vive con su tía, después de la muerte de su padre y la internación de su madre en un psiquiátrico. Lucía debe cambiar de colegio luego de una expulsión por haber agredido a un compañero. En su nueva escuela conoce a la “Sociedad del fuego” y pareciera que es ahí donde todo comienza a encenderse.
“Todo lo que está construído puede arder: Todo lo que está construido arderá, y si no arde se lo puede destruir. Si no es posible destruirlo, se lo puede envenenar para erigirlo como ejemplo. Este libro no es solo sobre el fuego, aunque el fuego es nuestra dicha. Es un libro sobre cómo compartir lo mínimo, y el primer paso para lograrlo es abolir la posibilidad de tener demasiado” Cómo provocar un incendio y por qué (Sigilo, 2020).
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Estamos, sin lugar a dudas, frente a dos novelas disruptivas. En primer lugar, por su propuesta textual novedosa y provocativa. En Panza de burro, Andrea Abreu eligió narrar como se habla, recuperar el registro de la oralidad canaria para no sólo cuestionar la norma lingüística sino también para promover en la literatura, como una decisión política, nuevas representaciones.
“En Panza de burro, simplemente me dejé ser en lugar de tratar de tapar mis ideas con las ideas de los demás. Traté de recuperar la esencia identitaria que tenía cuando era niña y que se diluyó al llegar la adolescencia, cuando traté de ser una escritora grandilocuente. Creo mi mayor acto político ha sido este: regresar al barrio, a las verdaderas referencias de mi vida, a la música de Aventura. Recuperar esa realidad y proporcionarle el lugar que merece. Afirmar que esa realidad también puede aparecer en un libro”, destacó en ese sentido en una entrevista realizada para Zenda Libros.
Andrea Abreu eligió narrar como se habla, recuperar el registro de la oralidad canaria para no sólo cuestionar la norma lingüística sino también para promover en la literatura, como una decisión política, nuevas representaciones.
Por su parte, Cómo provocar un incendio y por qué, también nos propone, a través de su protagonista, una crítica a la sociedad actual, al sistema educativo y al modelo económico que margina y excluye. Todo ésto atravesado por un sentido del humor ácido y descarnado que descomprime permanentemente la tensión que atraviesa todo el relato.
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En segundo lugar, las voces narrativas de estas dos novelas son uno de los elementos más atractivos de ambos textos. En Panza de burro, “Shit” narra la historia desde su mirada de niña. No conocemos su nombre, pero sí el apodo que le puso su amiga Isora y a través del cual decide nombrarse. Entre la inocencia, el sopor del verano y el despertar sexual, la protagonista nos lleva por el transcurrir de sus días, en lo alto de una isla donde el mar es un paisaje lejano y los hoteles cinco estrellas son el paraíso de otros.
En Cómo provocar un incendio y por qué, la protagonista adolescente nos habla de manera directa. Nos pone de testigos de sus decisiones y, de algún modo, de cómplices. Nos pone a prueba y nos desafìa a acompañar sus días al filo del desamparo.
Estas dos novelas colocan en el centro a las infancias, recuperando desde su voz propia sus miradas del mundo. Ambas novelas dan cuenta de las distintas maneras de ser niñas en sociedades donde la inocencia y el cuidado parecieran ser también un privilegio. Dos novelas adictivas y brillantes, que rompen con formalismos del lenguaje hasta hacerlos arder.
Por Julieta Blanco / @brujula.lectora
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