Dos títulos que atraviesan la reconstrucción de la trama familiar, los secretos y la identidad: Canción (Libros del Asteroide, 2021) de Eduardo Halfon y Vida de Lago (Edhasa, 2020) de David James Poissant. ¿Cuántas historias caben en una familia?
Por Julieta Blanco
En Canción (Libros del asteroide, 2021) de Eduardo Halfon, se relata la historia de un escritor homónimo que viaja a Tokio para asistir a un congreso de escritores libaneses. Intentando develar el motivo de esta convocatoria, el protagonista descubre la razón por la que lo invitan: su abuelo. Nacido en Beirut, su abuelo es la pieza clave de su identidad libanesa. Una identidad poco conocida que deberá reconstruir y acomodar junto a las otras aristas de su intrigante historia.
“Y es que mi abuelo siempre decía que él era libanés, dije, el micrófono apenas funcionando, aunque Líbano, como país, no se estableció hasta 1920, o sea tres años después de que él y sus hermanos salieran de Beirut. Antes de eso, Beirut era parte del territorio sirio. Ellos, legalmente, eran sirios. Habían nacido sirios. Pero se decían a sí mismos libaneses. Acaso por raza o pueblo, como estaba escrito en el cuaderno de bitácora. Acaso por identidad. Y es que yo soy el nieto de un libanés que no era libanés, le dije al público de japoneses en la universidad de Tokio, y boté el micrófono. No sé si por respeto o confusión, el público de japoneses permaneció mudo”. Canción (Libros del asteroide, 2021) de Eduardo Halfon
En tanto, Vida de lago (Edhasa, 2020) es la primera novela de David James Poissant. En ella se narra la historia de una familia, los Starling, que se reúne por última vez en la casa de verano junto al lago. La venta de ese lugar es una noticia inesperada para los hijos treintañeros de Lisa y Richard. También es inesperada la tragedia que pone a los seis protagonistas al filo de sus propios precipicios.
“Llegaron ayer- Michael y DIane, Jake y Thad- y les dieron la noticia: Richard y Lisa Starling no van a pasar sus años de retiro en el lago. En una semana, la casa de verano de la familia se venderá para que, en cambio, los padres de Michael y Thad puedan mudarse a un rincón de Florida, lleno de arena, tipos que piden margaritas a los gritos y otro montón de cosas claramente no-Starling”. Vida de lago (Edhasa, 2020), de David James Poissant
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En ambas novelas el eje de la identidad y la historia familiar atraviesa el relato. En el caso de Canción, el protagonista revisiona la historia de su abuelo, también llamado Eduardo Halfon. Una historia de vida no exenta de los avatares del contexto socio-político. El exilio iniciático, la huída, el camino del migrante y la tierra prometida para sembrar raíces. Una vuelta al mundo con final en Guatemala y la construcción de una familia y un pequeño-gran imperio. Una ostentación para una tierra signada por la desigualdad. Un año, 1967 y un secuestro político que su nieto, Eduardo Halfon-escritor, busca dilucidar.
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En Vida de lago, una tragedia irrumpe la aparente tranquilidad de la familia Starling. A partir de eso, los protagonistas cuestionan sus realidades y sus deseos. Ponen palabras a sus silencios postergados, a sus miedos y miserias. Algunos secretos necesitan salir a la luz y son los que irán estructurando el entramado del relato. Las piezas de la historia familiar se van reconstruyendo en los distintos capítulos con un recurso polifónico sumamente interesante.
¿Cuántas historias configuran a una identidad familiar? Esa pareciera ser la pregunta que hilvana estas dos novelas. Desde la pérdida de un hijo a los conflictos armados de una nación, ambos relatos reflexionan sobre los cimientos que construyen a cada familia
Mientras que Canción propone un recorrido por distintas líneas temporales, Vida de lago se estructura alrededor de una línea cronológica, un fin de semana que demarca las cuatro partes del libro (“Viernes”, “Sábado”, “Domingo”, “Domingo a la noche”).
¿Cuántas historias configuran a una identidad familiar? Esa pareciera ser la pregunta que hilvana estas dos novelas. Desde la pérdida de un hijo a los conflictos armados de una nación, ambos relatos reflexionan sobre los cimientos que construyen a cada familia y el trabajo antropológico que cada uno debe hacer para configurar su propia identidad.
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