El feminismo es un movimiento incorporado a la cotidianeidad actual. La lucha por la igualdad de derechos ha logrado llegar a la sociedad para quedarse, al menos hasta cumplir su objetivo. Pero, ¿de dónde viene el término feminismo? ¿Por qué existe el 8 de marzo? ¿Cómo llegó el movimiento a la Argentina? ¿Qué es lo que mantiene la marea feminista, todavía hoy, alta? (Foto: Archivo La Voz)
Se considera que el movimiento feminista tiene tres olas, las cuales duraron, cada una, varios años. La primera comprende, aproximadamente, desde 1840 hasta 1960. Dentro de ella se forjaron muchos de los ideales que hoy en día se enarbolan y se consiguieron los derechos básicos para que las mujeres pudieran integrarse como parte activa de la sociedad. El Día de la Mujer – reconocido en el mundo con manifestaciones y renombrado actualmente en nuestro país como el día del Paro Internacional de Mujeres y Disidencias – tiene su origen en 1857. El 8 de marzo de ese año, un gran grupo de obreras de fábricas y activistas en huelga marcharon por las calles de Nueva York para reclamar por la igualdad de derechos laborales. A partir de allí (aunque no todavía internacionalmente) se empezó a reconocer aquella fecha como un importarte evento feminista en el calendario.
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Para que exista, verdaderamente, un movimiento, se le debe otorgar un nombre. Desde mucho antes de lo considerado como el inicio de la Primera Ola, hubo mujeres que comprendían la existencia de la desigualdad, pero fue Hubertine Auclert, en el año 1882, quien pudo nombrar a la lucha contra esa injusticia. Auclert, militante francesa, tenía un periódico llamado La Cittoyenne, en el cual empleó por primera vez públicamente el término feminismo. Este mismo periódico transmitía en esa época ideas como la emancipación de las mujeres y exigía el derecho a ser candidatas en las elecciones. Auclert escribió también ensayos que defendían la igualdad de género e incluso propuso, en 1904, quemar públicamente el Código Napoleón (código civil de Francia), el cual consagraba el principio de inferioridad de la mujer.
Desde mucho antes de lo considerado como el inicio de la Primera Ola, hubo mujeres que comprendían la existencia de la desigualdad, pero fue Hubertine Auclert, en el año 1882, quien pudo nombrar a la lucha contra esa injusticia.
Con la concientización de la lucha feminista y un entendimiento cada vez más minucioso de la desigualdad existente, los problemas se trasladaron al ámbito político. En este sentido, en el año 1893, nació el voto femenino. Nueva Zelanda fue el primer país que aprobó este sufragio, gracias al movimiento liderado por Kate Sheppard. Es importante destacar que la victoria fue, exclusivamente, el derecho a votar, ya que las mujeres no podían aún presentarse para cargos públicos. Los logros en el área política continuaron con la primera legalización del aborto. En el año 1920, Rusia Soviética se convirtió en el primer país en legalizar la interrupción voluntaria del embarazo, alegando que la clandestinidad convertía a la mujer en víctima y que por eso debía ser posible realizar el procedimiento en hospitales.
Casi llegando al final de esta primera ola, Argentina se hizo presente y las victorias del feminismo comenzaron a llegar al territorio Nacional. En el año 1947, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, se sancionó la Ley del Sufragio Femenino, impulsada por Eva Perón. Su figura marcó tan solo el comienzo de un crecimiento desenfrenado del movimiento feminista en Argentina, el cual tuvo su mayor expresión durante lo que se considera como la Segunda Ola.
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Esta segunda etapa está comprendida, aproximadamente entre 1960 y 1980. Cabe preguntarse, más que nada respecto al impacto en Argentina cómo influyó el crecimiento de la lucha en una época tan enturbiada para el país (y también para América Latina), como lo fueron esas décadas de dictaduras cívico militares. En 1974 Isabel Perón asumió como presidenta y fue la primera mujer del mundo en alcanzar ese cargo. Pero, tan solo 2 años después, se vio exiliada del país por el golpe de Estado. Argentina, que había tenido como antecedente a Evita, estaba preparada para la lucha de las mujeres. Así fue cómo, en 1977, se llevó adelante la primera ronda a la plaza por parte de las Madres de Plaza de Mayo. Las agrupaciones de Madres y Abuelas, reconocidas mundialmente, se cargaron al hombro todos los principios que la Segunda Ola feminista difundía.
Así fue cómo, en 1977, se llevó adelante la primera ronda a la plaza por parte de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. La agrupación de las Madres y Abuelas, reconocida mundialmente, se cargó al hombro todos los principios que la Segunda Ola feminista difundía.
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Resignificaron los roles de “abuela” y “madre”, que cargaban con un estigma respaldado por el patriarcado, y los convirtieron en entidades de fuerza y compromiso social. Su lucha política, además, traspolaba las tragedias intrafamiliares de la sociedad argentina durante la dictadura, que ahora cobraban vida en ese grupo de mujeres. Cabe señalar que, más allá de estos triunfos feministas nacionales, el movimiento también siguió creciendo a nivel mundial. Algunos sucesos destacables: en 1975 la ONU decide comenzar a conmemorar el Día Internacional de la Mujer y, en 1960, asume por primera vez el cargo de Primera Ministra una mujer, Sirimavo Bandaranaike en Sri Lanka.
La Tercera Ola, comenzó partir de 1980 y se extiende hasta la actualidad. Gracias al aumento en el compromiso por la lucha y la unidad a nivel mundial, los sucesos y figuras destacables del feminismo son casi inconcebibles en número. En un marco amplio, en el cual todos los días hay denuncias por violencia de género y las mujeres y diversidades han logrado (no aún por completo) mediatizar la lucha, se puede entender como un éxito del feminismo la concientización de casos de abuso y violencia de género, tanto en los hogares como en ámbitos laborales.
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A esto se le suma la divulgación del término femicidio, anteriormente no reconocido, el cual se define, en principio, como “mujer asesinada por un hombre que la considera su propiedad”. En Argentina, es incorporado al Código Penal en 2012 como un agravante de los asesinatos de mujeres y personas trans motivados por el género. Establece su aplicación para “el que matare por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión”.
La Tercera Ola, comenzó partir de 1980 y se extiende hasta la actualidad. Gracias al aumento en el compromiso por la lucha y la unidad a nivel mundial, los sucesos y figuras destacables del feminismo son casi inconcebibles en número.
También cabe destacar la creación en Estados Unidos del grupo Me Too, en 2017, con el que mujeres y diversidades del ámbito artístico denunciaron la agresión y el acoso sexual. Con esta expansión de la lucha se descubrieron casos – muchos de ellos en la industria cinematográfica – de violencia de género que habían ocurrido años atrás. Un ejemplo es la violación frente a cámara de Marlon Brando a María Schneider en El último tango en París, de Bernardo Bertolucci.
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El feminismo sigue creciendo y ha podido mantener la marea alta también gracias a las figuras de la Primera y la Segunda Ola. En este sentido, los picos más altos del océano fueron el Primer Paro Internacional de Mujeres y Disidencias en 2018 y, a nivel nacional, la legalización del aborto el pasado 30 de diciembre de 2020.
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