Imponer una perspectiva de género en nuevos proyectos fue el objetivo de la mayoría de los creadores de los últimos tiempos. Alta Fidelidad, miniserie de Hulu, y Mujercitas, película estrenada en 2019 y nominada al Óscar, son dos ejemplos de producciones que apostaron, no solo a incluir el feminismo en pantalla, sino a hacerlo derrumbando estereotipos presentes en sus anteriores versiones.
La inclusión de mujeres protagonistas y la visibilización de la discriminación y el machismo intentan, desde la ficción, generar una consciencia colectiva sobre la desigualdad existente. Un gran desafío llegó más recientemente: reinventar clásicos, aclamados por la audiencia, con perspectiva de género. Alta fidelidad es una comedia romántica estrenada en el 2000. El protagonista, un apasionado John Cusack, dueño de una tienda de records (vinilios) de grandes hitos de la música en Nueva York. Los personajes secundarios son sus amigos y compañeros de trabajo en la disquería, incluido un malhumorado Jack Black que destrata a sus clientes por conocer poco de música. La historia se centra en Rob (Cusack) a partir del momento en que lo deja su antigua novia Laura y quien, despechado, decide hacer una revisión de todas las rupturas amorosas que tuvo en su vida.
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Durante la película, se reencuentra con cada uno de sus amores pasados, para revisar su historia y vivir una nueva en el presente, al mismo tiempo que intenta recuperar a Laura. Con un protagonista que habla a cámara e interactúa con los espectadores, varias historias de amor entrelazadas y la mejor música de los 70`s, 80`s, y 90`s, esta primera versión de Alta Fidelidad se convirtió en un clásico de las comedias románticas.
La verdadera innovación de Hulu con Alta fidelidad está en que, más allá de poner a una figura femenina como protagonista y actualizar un poco la música, la historia es completamente fiel a su original.
En el 2020 y en formato de mini serie, llegó una nueva versión de este proyecto de los 2000. Hulu trajo una nueva Alta Fidelidad, que también transcurre en Nueva York y con una tienda de vinilos de por medio, pero esta vez protagonizada por una mujer, encarnada por Zoe Kravtiz. Rob pasa a ser Robin, una chica a la que le rompen el corazón y se dedica, en cada capítulo, a revisar su vida amorosa pasada, mientras convive con sus amigos de la disquería, las fiestas de la ciudad y nuevos amores. Todo eso es llevado a la perfección por Kravitz quien, hablando a cámara con sus espectadores, genera un vínculo entrañable.
La verdadera innovación de Hulu está en que, más allá de poner a una figura femenina como protagonista y actualizar un poco la música, la historia es completamente fiel a su original. Quizás el verdadero mensaje de este proyecto resida allí: en mostrar a un personaje, originalmente masculino, interpretado por una actriz, sin cambiar la trama en absoluto.
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Otro clásico rehecho con mirada de género es la última película de la directora y guionista Greta Gerwig: Mujercitas. Protagonizada por un elenco con Saoirse Ronan a la cabeza como Jo March, y que está conformado en su totalidad por figuras del cine, entra ellas Laura Dern como la madre de las hermanas March y Meryl Streep como la amargada tía. La película es una de las tantas adaptaciones cinematográficas de la novela de Louisa May Alcott, una historia que siempre fue feminista, aún sin saberlo.
La apuesta acertada de Gerwig está en incluir a la escritora de la novela, Alcott, como parte de la trama. Desde siempre se supo que Jo, la hermana rebelde que rompe con los estereotipos de la época, porque no quiere casarse y desea ser escritora, era una versión de la misma creadora del libro. Las anteriores adaptaciones se habían apegado a la historia original, excluyendo a Alcott de la trama y representando a Jo tal cual está descripta en la novela. En el proyecto de Gerwig no se trata de ocultar que Jo es en verdad Louisa May Alcott rechazando las exigencias patriarcales de sus tiempos y luchando para lograr ser escritora y publicar su trabajo.
La apuesta acertada de Gerwig está en incluir a la escritora de la novela, Alcott, como parte de la trama. Desde siempre se supo que Jo, la hermana rebelde que rompe con los estereotipos de la época, porque no quiere casarse y desea ser escritora, era una versión de la misma creadora del libro
Gerwig decide incluir en su película el momento en el que Alcott fue obligada a cambiar el final de su novela para que sea más acorde a lo que debía escribir una mujer y a lo que cuadraba con la época. Este hecho, que no está incluido en su ficción original, ocurrió en la vida real de la escritora. Con esta decisión de ridiculizar a los finales romantizados, en los que las mujeres terminan abandonando sus proyectos y encantadas en los brazos de un gran amor, la directora logra efectivamente rehacer un clásico desde una perspectiva feminista.
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Desde lugares diferentes Alta Fidelidad, una mini serie entretenida que muestra Nueva York y tiene una excelente banda sonora y Mujercitas, una obra maestra del cine que llegó para sorprender a la industria, tienen un mismo objetivo: deciden poner la mirada de género como protagonista en tramas preexistentes en las que esta perspectiva estaba dejada de lado.
Ya sea sin cambiar la trama y demostrar que el mismo papel anteriormente otorgado a un hombre puede ser actuado por una mujer, o adaptando la historia al feminismo de la época e incluyendo injusticias antes pasadas por alto, ambos clásicos del cine volvieron a la pantalla para traer con ellos un mensaje feminista.
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