Hoy se cumplen ocho meses de la desaparición de los 43 estudiantes mexicanos. Los familiares y sobrevivientes de los normalistas organizaron una caravana por Sudamérica para buscar la solidaridad de los países del sur del continente y visibilizar su lucha por justicia. Por eso, convocan a acompañar las actividades que se realizan en el día de hoy en Buenos Aires para no relegar lo que muchos medios de comunicación ya se empeñaron en olvidar.
La situación actual de la masacre
El 26 de septiembre de 2014 la policía mexicana asesinó a seis estudiantes normalistas y desapareció a 43 (leer nota: Los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa: la situación actual). Este caso de desaparición forzada de personas se ha vuelto emblemático y ha tenido repercusión mundial al desplegar la realidad que distintas organizaciones de derechos humanos intentan difundir desde hace tiempo: existen alrededor de 30.000 desaparecidos y más de 80.000 asesinados en aquel país, producto de una supuesta guerra contra el narcotráfico, que sólo sirvió para justificar la creciente militarización –el tan denominado problema de la inseguridad.
Muchos colectivos sociales y organizaciones de Argentina acompañan el reclamo de los padres y junto con ellos rechazan la versión oficial, acusando al gobierno mexicano de querer archivar la causa. A su vez, el Equipo Argentino de Antropología Forense -que apoyó a los padres en la búsqueda de sus hijos-, desafió y acusó al Estado mexicano de entregar restos falsos a las familias para terminar así la búsqueda de los desaparecidos.
La única seguridad hasta el día de hoy es que los jóvenes estudiantes aún siguen desaparecidos, y fueron la causa que desencadenó la gran circulación de información sobre la situación que el gobierno del país azteca intenta velar, dando cuenta de un Estado cómplice del silencio.
A medida que pasa el tiempo y las investigaciones concretas sobre el caso, hay más dudas que certezas. La única seguridad hasta el día de hoy es que los jóvenes estudiantes aún siguen desaparecidos, y fueron la causa que desencadenó la gran circulación de información sobre la situación que el gobierno del país “azteca” intenta velar, dando cuenta de un Estado cómplice del silencio.
Caravana 43 por Sudamérica en Buenos Aires
A diferencia de los meses anteriores, lo particular en esta ocasión es que desde el pasado sábado los familiares de los estudiantes desaparecidos están en Buenos Aires, luego de pasar por las ciudades de Córdoba y Rosario, en el marco de la caravana 43 por Sudamérica. El objetivo de esta tercera gira internacional -tras haber recorrido Estados Unidos y Europa propagando sus denuncias y pedidos de solidaridad al resto del mundo- es seguir visibilizando la realidad que se vive en México y profundizar la difusión mundial de los hechos.
Los padres de tres estudiantes y un sobreviviente de aquella masacre se movilizan para contar su lucha por encontrar a sus desaparecidos y por la justicia que se niega a hacerse presente. Por esa razón, en el día de hoy, a ocho meses de los hechos, luego de la concentración en la Embajada de México a las 10hs, la caravana se movilizará a las 13hs. desde el Obelisco a la Cancillería argentina, para luego dar una conferencia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA a las 19hs.
La Caravana 43 por Sudamérica que se organizó con el fin de generar un discurso de contra información a la versión oficial mexicana y con la intención de que el tema alcance el estatuto de las urgencias internacionales, se quedará hasta hoy mismo en Buenos Aires pidiendo verdad y justicia, para luego exponer y propagar sus voces en los países de Uruguay y Brasil.
La desaparición de la noticia
Revisando los portales de los diarios y sitios online más importantes del país, la ¿sorpresa? es no encontrar casi nada sobre la visita de los padres de los estudiantes desaparecidos –realizando una dedicada inspección, sólo en Página/12 y Perfil, Telam e Infojus Noticias, se pueden encontrar breves esbozos de información, además de los distintos medios alternativos–, ni hablar si indagamos en la repercusión que hubo desde septiembre hasta la actualidad sobre la masacre en concreto (leer nota: Je suis Ayotzinapa: Recordando la masacre más olvidada).
En este sentido, la pregunta que intenta responder esta nota es: si es posible que este tipo de información pueda circular en los medios masivos de comunicación o si siempre va a depender de medios pequeños, de menciones aisladas y de relativa importancia a los hechos. Es necesario no olvidar que hay masacres, muertes y desapariciones que asumen ser más importantes que otras. ¿Te enteraste en algún lado sobre esta caravana en el país? ¿Sabés porque están desaparecidos? ¿Sabías que cada vez más las autoridades del país latinoamericano son responsables de entorpecer la investigación del caso? Y la idea, en general, se podría replicar a los desaparecidos de ayer y hoy también locales, argentinos y latinoamericanos.
Quizás sea hora de enfatizar y entender que la agenda marcada por los grandes medios es construida, aún sonando obvio, la realidad es que la mayoría del tiempo la vida social se rige por dicha agenda, con sus respectivas noticias y temas de actualidad, permitiendo olvidar otras. Quizás sea hora de reflexionar en verdad, si nos afecta más la vida de ciertos empresarios, los nombres de determinados centros culturales o las encuestas que se empeñan en hablar de polarización de la sociedad, a que en América Latina sigan sucediendo desapariciones en estados democráticos –después de seguir insistiendo en el grito continuo del «Nunca Más». Si la agenda “mediática” es pura construcción, entonces, no son más que intereses reflejados en noticias, por lo tanto, no habría que permitir que establezcan la agenda que ellos mismos quieren, no habría que permitir que ciertas personas manejen la circulación de información.
Como muchas personas ya dijeron desde hace tiempo: “no olvidamos, no perdonamos”, no dejemos que esta noticia pase de largo y se sume a la larga lista de los abandonos y olvidos colectivos. Por todo el continente, y el mundo entero, seguirá sonando con todas las fuerzas: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
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