Parir: un documental sobre violencia obstétrica y una herramienta para la reflexión

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El aislamiento social, preventivo y obligatorio vino de la mano con el recrudecimiento de la violencia de género. En este marco, la violencia obstétrica es uno de los aspectos que organizaciones de la sociedad civil buscan visibilizar durante esta cuarentena. ¿Cómo reconocerla? Parir, el documental dirigido por Florencia Mujica con el acompañamiento de Las Casildas puede dar varias respuestas a ese interrogante. 



“No grites, mamita, si te gustó abrirte de piernas, ahora aguantatela”. “Estás haciendo mímica y no fuerza, con ese gritito que pegás”. ¿Cuántos maltratos sufren las mujeres y personas gestantes en una sala de partos? ¿Cuántos antes y después, durante un proceso en el que se supone que deberían ser acompañadas y respetadas? Las respuestas pueden encontrarse en Parir, el documental dirigido por Florencia Mujica, y acompañado por la agrupación Las Casildas, que muestra el funcionamiento del sistema perinatal hegemónico. Estrenado en 2017, los hechos que muestra se mantienen vigentes y abren la ventana para reflexionar sobre un tipo de agresión que continúa siendo naturalizado: la violencia obstétrica.

¿Cuántos maltratos sufren las mujeres y personas gestantes en una sala de partos? ¿Cuántos antes y después, durante un proceso en el que se supone que deberían ser acompañadas y respetadas?

El largometraje recorre las historias de Nayla, Mariana y Vanesa, tres mujeres que, al momento de la filmación, atraviesan embarazos avanzados y que cuentan sus experiencias y deseos. La cámara acompaña sus historias, incluyendo el momento de post parto y su relación con la institución médica. Además, se intercalando imágenes de otros partos y distintas entrevistas a profesionales de la salud. El registro es, por momentos, crudo: muestra el sufrimiento ante los derechos vulnerados, piernas atadas, desatención y personas convertidas en objetos, antes que protagonistas activas del proceso.

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De la película se desprenden varios hilos que se pueden ir tejiendo para finalmente visibilizar al parto como una construcción cultural y política, parte de un sistema en el que las mujeres y personas gestantes prácticamente no tienen poder decisorio alguno. A su vez, se contrastan las prácticas con las entrevistas hechas en la Maternidad Estela de Carlotto, ubicada en Moreno, provincia de Buenos Aires, una institución de vanguardia al trabajar de acuerdo a la Ley 25.929 de Parto Humanizado. Allí, se promueve el acompañamiento, la información plena sobre los procedimientos a realizarse, la posibilidad de disponer quién acompañará durante el parto, la libertad de opción entre las intervenciones para evitar prácticas invasivas e innecesarias y el trato amable, digno y respetuoso. 

De la película se desprenden varios hilos que se pueden ir tejiendo para finalmente visibilizar al parto como una construcción cultural y política.

A pesar de que la ley fue reglamentada en el año 2015 – 11 años después de su sanción -, la vulneración de los derechos aún sigue a la orden del día. En ese sentido, Parir, representa una fotografía de la situación de miles de personas gestantes e interpela a los espectadores y espectadoras, invitando a la reflexión sobre una violencia, en muchos casos, completamente naturalizada. A través de las historias que narra, da voz a las mujeres y sus inquietudes frente a un sistema que normaliza el silencio y, sobre todo, la obediencia en una relación asimétrica de poder. 

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Parir durante la cuarentena

En el contexto del aislamiento social, preventivo y obligatorio ante el Covid-19, la vulneración de derechos preexistente, se ve en aumento. De acuerdo a un estudio realizado el Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO) de la Asociación Civil Las Casildas, este tipo de violencia ha recrudecido durante la cuarentena. Según los datos, al 76% de las mujeres embarazadas les cancelaron algún turno de atención médica, el 59% no recibió alternativa para realizar el seguimiento. Además, el 49% de los nacimientos fueron inducidos y el 50% terminaron en cesáreas. Al respecto, Francisco Saraceno, integrante de la asociación y licenciado en obstetricia, comentó en diálogo con AM 750: «Claramente se vio un cambio unilateral en los acuerdos establecidos con estos equipos médicos. Fueron imposiciones sin sustento científico lo que claramente representa es una vulneración en los derechos de esas mujeres y de las familias”.

El 15 de abril, el Ministerio de Salud de la Nación publicó el documento Recomendaciones para la atención de embarazadas y recién nacidos en contexto de pandemial, donde se insta a «elaborar pautas internas que cubran todos los aspectos de la organización institucional, no solo para brindar acceso a la atención calificada, sino también, respetuosa y centrada en la persona gestante acorde a las normativas nacionales vigentes». Además, desde la cartera se destacó la necesidad de «establecer una política institucional que respete el derecho de la embarazada y/o puérpera a estar acompañada durante el proceso de atención, tal como lo rige la Ley N°25.929 (Parto Respetado)».

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En este marco, la visibilización de la violencia obstétrica resulta fundamental, no solo para combatir las situaciones que las personas gestantes enfrentaban ya desde antes de la cuarentena, sino también para no naturalizar los maltratos que puedan surgir en el contexto actual. La atención, la información y, en definitiva los derechos de las personas gestantes y recién nacidas a un parto respetado son esenciales, con o sin cuarentena.



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