Gabriela Borrelli: «Tenemos que ponernos creatives para la producción y la resistencia»

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La escritora y periodista dialogó con La Primera Piedra sobre su experiencia en la cuarentena y el difícil momento que atraviesa el sector cultural: «La idea de salir a la nueva normalidad contra la vieja, no va a ser un pasaje fácil,  vamos a tener que dar una batalla «, afirma. Además, los detalles de Hay que ocupar la vida en otra cosa, la antología que reúne poemas inéditos de grandes firmas con el fin de colaborar con comedores del conurbano bonaerense. 



Hace más de dos décadas que Gabriela Borrelli ejerce ese oficio en medios gráficos  y radiales. Difusora cultural y literaria, su voz fue ganando eco en los últimos años. En esa dirección, la cuarentena en la que se encuentra inmersa la sociedad plantea un escenario de crisis y reinvención para muchos sectores vinculados a la creación y producción artística. Al respecto, la autora señala en charla con La Primera Piedra mediante una entrevista en vivo por Instagram: «Se cuida generando….Por ejemplo fiestas por zoom con entrada, recitales por zoom con entrada, gorras puntuales, me parece que hay que empezar a generar un circuito».

En esa dirección, junto a Javier Roldán lleva adelante el proyecto editorial Patronus Ediciones que lanzó la antología Hay que ocupar la vida en otra cosa. La publicación digital reúne poemas inéditos de poetas de las talla de Arturo Carrera, Diana Bellessi, María Teresa Andruetto, Osvaldo Bossi, Andi Nachón, Alicia Genovese, entre otras firmas de lujo. En el prólogo del libro que se vende a 250 pesos y tiene como objetivo ayudar a reforzar los bolsones de comida de cinco comedores de colegios de la Provincia de Buenos Aires, Borrelli destaca:  «Ocupamos el tiempo en les otres. No son los poemas un hueco para huir de la realidad sino una intervención activa en el mundo que se desarma y se vuelve a armar». 

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A continuación, una versión escrita del diálogo que tuvo lugar un lunes a la noche en plena cuarentena y aislamiento social preventivo y obligatorio en la Ciudad de Buenos Aires. Las tecnologías -en este caso los vivos de Instagram– permitieron que esta conversación pudiera mantener cierta calidez propia de los encuentros y las entrevistas cara a cara. En ese sentido, las últimas dos preguntas surgieron de los oyentes/espectadores, reformando una vez más el espíritu colectivo de esta propuesta. La misma Borrelli destaca: «La estoy llevando así, tratando de ver de qué manera podemos ayudar a quienes lo necesiten, dar una mano, seguir sosteniendo nuestros trabajos, encontrar formas creativas para que nuestros trabajos se sigan desarrollando». 

¿Cómo venís llevando la cuarentena?
Es llamativo, la cuarentena que no dura 40 días. Como todo el mundo, estoy entre la desazón y el ridículo, es decir la desazón y el desasosiego de estar frente a una pandemia que condena a un montón de gente a una enfermedad y, a otra, a una cuarentena que no la puede sostener económicamente. El ridículo por esto que estamos haciendo ahora, de hacer yoga frente a la pantalla, de hacer una fiesta por zoom. La definición es entre el desasosiego y el ridículo. La estoy llevando así, tratando de ver de qué manera podemos ayudar a quienes lo necesiten, dar una mano, seguir sosteniendo nuestros trabajos, encontrar formas creativas para que nuestros trabajos se sigan desarrollando. 


Gabriela Borrelli Azara

Gabriela Borrelli Azara. Foto: Gustavo Yuste


¿Cómo ves que puede sobrevivir el sector cultural con todo esto q esta pasando? Ya no tanto editoriales per se, sino también los centros culturales, del más grande al más chico. Pensando en lo que podría llegar a ser la “nueva normalidad”, el último en llegar vamos a ser, otra vez, el sector cultural.
Creo que de alguna manera vamos a tener que reactivar como estamos reactivando, con créditos de parte del Estado, con apoyo del Estado. Toda esa cosa de gratuidad, de vivos, me parece que hay que empezar a hacer gorra. Creo en la gratuidad de los bienes culturales per se porque creo en la profesionalización de la cultura y creo que la profesionalización, lo que hace, es dar la posibilidad a quienes nacieron pobres de llegar a ser gestores culturales. Esto es lo que hace la profesionalización. Si no, solamente escribiría Silvina Ocampo, o haría musica Charly Garcia. La idea de un Roberto Arlt, de un escritor o de musiques, un Pablo Lescano, se da por la profesionalización. Hay que cuidarla más que nunca. Se cuida generando….Por ejemplo fiestas por zoom con entrada, recitales por zoom con entrada, gorras puntuales, me parece que hay que empezar a generar un circuito. Después va a empezar otra resistencia, también ahí los centros culturales van a tener que dar una gran batalla. La idea de salir a la nueva normalidad contra la vieja, no va a ser un pasaje fácil, va a ser complicado y vamos a tener que dar una batalla con eso. Va a haber que ponerse creativos para este momento.  Creatividad, para conservar el laburo y después un poco de resistencia.

Estoy entre la desazón y el ridículo, es decir la desazón y el desasosiego de estar frente a una pandemia que condena a un montón de gente a una enfermedad y, a otra, a una cuarentena que no la puede sostener económicamente.

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Es el debate eterno entre la gratuidad y la no gratuidad en el terreno artístico, que un poco se dio estas semanas con el tema de los PDFs y su distribución..
Son falsos debates en realidad, falsas antinomias. Lo que hay es una tensión, siempre hay tensiones cuando uno está comprometido en cualquier terreno de la vida. Ese debate no es real, se mezclan otras cuestiones que son justamente la profesionalización de ciertas actividades que todos podemos realizar. Todos podemos escribir novelas, todos podemos escribir canciones, poemas….Es un aspecto del mundo de la cultura. El debate que podemos dar y que me parece que es interesante, es el hecho de que no es fácil difundir literatura es una tarea que lleva muchos años, mucho compromiso que se hace también profesionalmente y solemos ser lo más olvidados del terreno, como si lo hiciéramos por amor, cuando hay gente que ha dejado su vida en difundir.



Está bueno eso que decís de la difusión, la romantización que hay de eso y que muchas veces se equipara a la docencia. “Es tu vocación, lo haces porque te gusta”. Incluso dentro del periodismo.
Llegamos a un punto de tanto desprecio por lo cultural en el sentido que dicen Ben Lerner: “el odio a la poesía”, el odio a la literatura, que parecen más profesionales los periodistas deportivos que los periodistas de literatura. La tarea de difundir, o de la divulgación me parece que es un trabajo que lleva muchos años, y que se hace con mucha seriedad. Sin embargo, se llega a tal punto que parecen más serios los periodistas deportivos que nosotros. 

Es preocupante cuando nosotros mismos lo creemos, cuando digo “bueno ya fue lo hago igual” y ahí se generan cosas, después cuando queremos exigir algo nos cavamos nuestra propia tumba.
Ahí también hay otra tensión, de decir “la humanidad necesita que yo diga esto de los libros”. Hay algo que a veces a vos te parece importante y, si no fuera porque a mí me parece muy importante difundir la obra de Beatriz Vallejos y no me hubiera parecido que se me iba la vida en eso, si no hubiera tenido esa potencia, hay algo ahí que se corta. Es una tensión entre reclamar que esa tensión sea una profesión pero nunca perder esa potencia de sentir que se te va la vida si no lees un poema o si no lo difundís, si no lo compartís. No porque creamos que si nuestra palabra no está el mundo cambia, pero sí me parece que no hay que perder nunca decir: “Quiero que estés libro lo conozca la humanidad, porque me resulta maravilloso”. 

Es una tensión entre reclamar que esa tensión sea una profesión pero nunca perder esa potencia de sentir que se te va la vida si no lees un poema o si no lo difundís, si no lo compartís

¿Estás pudiendo escribir en este contexto?
Vivo en bloqueo, me cuesta mucho escribir, mi libro Hamaca Paraguaya es muy cortito, me costó mucho. Lecturas Feministas también me llevan mi tiempo, leo más de lo que escribo. Estoy trabajando en las aguafuertes torteñas, igualmente ahora va a salir mi novela en julio por Club Hem, que escribí muy rápido, en el término de un año, pero que hace tres que estoy  corrigiendo y trabajando. Es una novela que ya tiene como 4 años en total. La cuarentena no me agarra en el bloqueo general que tengo, produzco mucho en relación a escritos y a notas, en difusión, en talleres pero no para la producción de libro. Ahora va a parecer uno que me llevó 4 años y esos 4 años están llenos de escritura y proceso de escritura, que son relecturas, lecturas de otras personas, todo eso es también es parte el proceso, de la relación que tenés con el texto, que no son horas escritura, pero sí son horas de producción del libro. 

A mí desde el principio de cuarentena se me presentó una buena oportunidad para ver el pasado, entrar a corregir y editar y buscar algo de refugio en esa otra vida que supimos vivir.
La fantasía fue de hacer este un tiempo productivo. Pero el tiempo en espera nunca es productivo porque siempre está la ansiedad de cuándo termina. Cuando decís “me voy un mes al monte a escribir”, sabes que tenés 1 mes y que tenés cierta tranquilidad para dedicarte a eso, pero la trampa de la cuarenta fue esta idea de que dura 20 días, después 1 mes, después 4.  Esa ansiedad de no saber cuándo termina no colabora con el sosiego de la escritura a no que sea el día a día del diario narrando esa ansiedad. Me parece que lo que sucedió fue eso. Sí me parece que hay una organización que tiene que ganarle a la ansiedad. Me costó bastante al inicio, de ver qué encarar, porque no sabía cuánto iba a durar. Esto el encierro funciona de maneras diversas. 

El tiempo en espera nunca es productivo porque siempre está la ansiedad de cuándo termina. Cuando decís “me voy un mes al monte a escribir”, sabes que tenés 1 mes y que tenés cierta tranquilidad para dedicarte a eso, pero la trampa de la cuarenta fue esta idea de que dura 20 días, después 1 mes, después 4.

La ansiedad fue un sentimiento que afloró mucho ahora porque estamos en una especie de ambigüedad. La cuarentena sigue pero hay movimiento.
Esa ansiedad de tampoco saber qué es lo que se puede hacer y lo que no. Nuestras actividades como los talleres presenciales, las lecturas de poemas, los recitales de poesía y todo eso, sabemos que va a tardar un tiempo, que lo social va a tardar. Tanto les musiques como nosotres sabemos que tarda. Me parece que nuestra actividad es diferente de la del jollero que está esperando que abra el local, y por eso tenemos que ponernos creatives, para ese doble juego de producción y de resistencia. 



Patronus Ediciones


Te quería preguntar especialmente a preguntar por el proyecto de Patronus Ediciones, que lanzaron la antología digital  “Hay que ocupar la vida en otra cosa” que reúne poemas inéditos de autores como Arturo Carrera, Diana Bellessi, María Teresa Andruetto, Osvaldo Bossi, Gabriela Cabezón Cámara, entre otras firmas de lujo. ¿Cómo surgió?
— Hace bastante que trabajamos con Javier Roldán en diferentes espacios, lo último fueron los encuentros en el Centro Cultural Kirchner. Viví muy de cerca Satrapía, ese libro de él que surge de cómo él llama a sus alumnes: “sátrapas”. Él es maestro del conurbano, por lo que no gana mucho dinero, pero él decía que no quería ganar dinero con ese libro, quería darle a ellos por haber hecho literatura con sus vidas. Los cambiaba por útiles en un inicio. Cuando empezó la cuarentena, se le ocurrió cambiar eso por dinero para colaborar con los bolsones de comida de esos colegios. Eso funcionó muy bien y nos pusimos a pensar en llevarlo más allá. Y se nos ocurrió pensar en esa lista de autores de los que todos queremos leer un inédito. Los llamamos y todes les poetas respondieron rápidamente, incluso Andi Nachón y Juan Fernando García que escribieron especialmente para la antología. El título surge de un poema de Osvaldo Bossi, de un diálogo con el médico. La estética es del genio Alfredo Machado, para la mí la estética es una ética. Y este libro tenía que ser precioso, y por suerte lo es. El arte de tapa está inspirado en una foto de una de las alumnas de Javier. El objetivo es ayudar a cinco colegios con 10.000 pesos a cada uno y ahora queremos ayudarlos más, intentar redoblar esa suma para cada colegio. En nuestras redes o por mail a patronusediciones@gmail.com y ahí les mandan el libro. 

Estoy trabajando en la segunda parte, pero va a ser a partir de la experiencia de un taller, un curso virtual que estoy dando en Futurock. Cada sábado nos reunimos un grupo de lectoras

Acá preguntan qué te pareció la versión teatral de Tadeys, el libro de Osvaldo Lamborghini.
La vi, me encantó. Me gustó que no es fiel al libro, hace un recorte y una lectura. Sí capitaliza los símbolos fuertes del libro, que es otra experiencia, no es reemplazable. Hay otras obras de teatro que se acercan más al libro y esto, que podría sonar como una crítica, no lo es. Creo que está muy bien eso que hacen Albertina Carri y Analía Couceyro de sacar lo más simbólico de ese libro, darle su mirada, su lectura, y armar ese mundo Lamborghineano con esas salvedades. 

— Por último, también preguntan si se viene una segunda parte de Lecturas Feministas, el libro que sacaste con Ediciones Futurock.
Estoy trabajando en la segunda parte, pero va a ser a partir de la experiencia de un taller, un curso virtual que estoy dando en Futurock. Cada sábado nos reunimos un grupo de lectoras y leemos, hacemos ejercicios. Esa experiencia comunitaria va a estar volcada para ahondar en la idea del primer libro: la lectura colectiva, no aislada, no individual. También puede que se introduzcan textos de alguna de las asistentes. La particularidad de este segundo volumen, en definitiva, va a ser que no van a encontrar solo mi lectura, sino lo que salga de esta experiencia colectiva en el curso virtual.


** Conscientes del momento económico complejo en el que gran parte de la sociedad se encuentra, dejamos abierta una vía de colaboración mínima mensual o por única vez para ayudarnos a hacer nuestro trabajo, sobre todo a la hora de solventar los gastos – muchas veces invisibles- que tienen los medios digitales: https://www.laprimerapiedra.com.ar/colabora/

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