Este miércoles se vota en el Senado el proyecto de Presupuesto 2019 impulsado por el oficialismo, que ya consiguió media sanción en la Cámara de Diputados. El proyecto, caracterizado por priorizar el pago de los intereses de la deuda externa por sobre el financiamiento de las áreas de salud y educación, generó una fuerte oposición dentro y fuera del Congreso. ¿Cuáles son los puntos clave del proyecto que define la repartición de fondos públicos para el último año de mandato de Mauricio Macri?
Se acerca una fecha importante para la agenda legislativa nacional: este miércoles a las 14hs se llevará a cabo la votación del presupuesto anual, la «ley de leyes» que marcará los lineamientos presupuestarios del último año del gobierno de Cambiemos. Mientras las noticias parecen pasar por las alianzas o traiciones políticas dentro del Senado para la votación del Presupuesto 2019 o por el operativo policial que intentará silenciar los reclamos en la plaza del Congreso, las claves que definirán el financiamiento del país el próximo año parecen estar en un segundo plano. ¿Qué puntos deben tenerse en cuenta?
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Prioridad al pago de intereses de la deuda
Según el proyecto presentado por el oficialismo, se dedicarán $593.016 millones al pago de los intereses de la deuda externa. Este monto equivale a un 49% más que el porcentaje que había sido destinado para este año. Siguiendo las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), se propone para 2019 un ajuste entre los ingresos y los gastos del Estado, pero este margen de ganancia será utilizado en un 54% para el pago de intereses.
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Panorama desalentador para la economía interna
El Presupuesto 2019 plantea una proyección negativa para el crecimiento el año próximo: calcula una caída del PBI de 0,5% que se suma a la caída de 2,4% de este año (para el que se había pronosticado una subida del 3,5%). También prevé una disminución del consumo privado de entre 1,6% al 3,4% y un retroceso de inversiones de hasta 9,7%. El contexto actual de retroceso económico no se revertirá el año próximo, consolidando tres de cuatro años de recesión durante el gobierno de Mauricio Macri.
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Déficit cero: la continuidad del ajuste
El segundo otorgamiento de fondos por parte del FMI vino acompañado de un endurecimiento de las metas económicas: para recibir el nuevo préstamo, Argentina debería reducir drásticamente su gasto público para alcanzar el ansiado «déficit cero». Para lograr igualar los gastos e ingresos es necesario continuar con el congelamiento de salarios y contrataciones estatales llevado a cabo este año y reducir los subsidios al transporte público, que impactarán en el aumento de tarifas.
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La inflación modifica las cuentas
Para el año 2019 se estima un promedio anual de inflación del 34,8%. En la ley de Presupuesto anual discutida el año pasado se calculaba una inflación del 15,7% en promedio, mientras que los números reales al día de hoy indican un 42% (calculado en proyección hasta diciembre 2018). Más allá de la falta de precisión en las proyecciones, el factor inflacionario influye fuertemente en los ingresos reales de cada ministerio nacional. Según investigó Chequeado, si se considera la inflación todos los ministerios reciben menos fondos que el año pasado, a excepción de los Servicios de Deuda Pública, que aumentan en un 10%.
El #PresupuestoDelFMI que presentó Dujovne plantea pago de intereses de deuda para 2019 por $$596.000 M. En verdad, el total de intereses a pagar será de $780.000 M ($2.136 M por día). Pensar que el presupuesto de todo un año para Aerolíneas Argentina es de $5.000 M.#BastaMacri
— Edgardo Rovira (@EdgardoRovira) 12 de noviembre de 2018
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Dólar: una previsión que no genera confianza
Las estimaciones sobre las que se monta el Presupuesto 2019 pronostican un dólar a $40,10 en promedio. Al igual que ocurrió con la inflación, durante este año el dólar demostró su capacidad de superar todos los pronósticos y se disparó desde los $19,30 hasta los $38, impulsando todos los precios en alza. Es por eso que la previsión del gobierno no es recibida con mucha confianza por parte de los mercados internacionales, ni tampoco por los trabajadores que ven su salario depreciarse por la devaluación y la inflación.
Las proyecciones económicas establecidas por la ley de Presupuesto pueden ser más o menos certeras, pero lo importante del proyecto es la escala de prioridades que se establece entre las áreas a financiar. Allí es donde debe centrarse el debate, ya que todas las luchas que enfrenten los sectores de salud, educación y cultura el año próximo estarán enmarcadas dentro de las falencias de esta ley.
