DIVERGENTE, LA SERIE: INSURGENTE, una más entre tantas

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Hoy se estrena la segunda parte de la saga basada en los libros de Veronica Roth, Divergente, la serie: Insurgente, dirigida esta vez por el alemán Robert Schwentke (el de Tattoo y Plan de vuelo), mientras que la primera había estado en manos de Neil Burger. Recordemos lo esencial de aquella primera entrega para comprender algo de la segunda, si acaso existe alguna clase de “misterio” que merezca la pena ser develado.

En una Chicago distópica y post-apocalíptica, un minúsculo grupo de miembros de aquello que supo ser la “humanidad” sobrevive (y deambula maquinalmente) entre las ruinas materiales y morales de la antigua sociedad. Con el dudoso fin de mantener la paz y el orden social, las autoridades han resuelto establecer un sistema dividido en cinco facciones: Erudición (casta gobernante), Verdad, Osadía, Armonía y Abnegación. El resto se reúne en el grupo denominado los Sin Facción, y vendrían a ser los parias de la sociedad, condenados a una existencia marginal por no pertenecer ni encajar en ningún sitio. Pero lejos de fomentar la paz, lo único que logra hacer este sistema es reprimir todo instinto humano y sostener la arquitectura social sobre las bases endebles de la pasividad de los sujetos frente al poder. La ley establece que a los 16 años de edad, los jóvenes deben decidirse por una de las cinco facciones con la cual serán identificados el resto de sus vidas (un destino muy poco alentador aunque no demasiado alejado de la realidad). Esa decisión debe ser estrictamente personal, y debe ir más allá de los orígenes de sus familias o los resultados de las pruebas de personalidad, pero si resulta ser que no encajan en la casta elegida, la condena es la marginación junto a los Sin Facción. Entonces, ¿realmente deciden  o acaso el sistema ya ha decidido por ellos? Cualquier semejanza con la realidad…

Todo parece marchar bastante bien hasta que llega el turno de Beatrice Prior (Shailene Woodley), una jovencita cuyos padres han pertenecido históricamente a Abnegación, facción que se distingue por su buena predisposición a la hora de ayudar al prójimo, sobre todo si se trata de los Sin Facción. Sus pruebas de personalidad dan un resultado desconcertante: Beatrice no pertenece a una facción sino a todas, y eso la define como una “divergente”, extraños especímenes que por su peculiaridad constituyen una amenaza para el orden social. En este punto y casi como una nota al pie, me pregunto: ¿no es mucho más humano un “divergente” que un individuo definido a partir de una única cualidad rectora? ¿No resulta más natural un cóctel de erudición, honestidad, osadía, cordialidad y abnegación que el desarrollo aislado de un solo rasgo? ¿No reside allí mismo la riqueza de la especie? Luego de esta digresión, continúo. Si el resultado de las pruebas había sido desconcertante, mucho más desconcertante resulta la elección final de Beatrice, quien no sólo abandonará a su facción y a su familia para formar parte de Osadía sino que, además, adoptará un nuevo nombre como parte de ese cambio de identidad: Tris.

Buena parte de los minutos iniciales de esa película estuvo dedicada a contar la ardua incorporación de Tris al nuevo grupo, su amistad con otros “extranjeros” y el consabido “derecho de piso” que se le hace pagar a todo novato. La otra mitad del tiempo estuvo destinada a desarrollar el romance teñido de una irrisoria castidad entre Tris y Four (Theo James), su entrenador y protector en la aventura.

En la nueva entrega se desarrolla la rivalidad entre Tris y la malvada Jeanine (interpretada con cierta altura por Kate Winslet), líder de Erudición y presidente de las cinco facciones, quien librará una batalla encarnizada contra los divergentes por considerarlos la razón de todos los males de la sociedad (podríamos hacer aquí muchos parangones con nuestro tiempo pero no vale la pena porque el film no lo amerita). Los divergentes surgen aquí y allá y se dispersan cual infección en ese cuerpo social que solía ostentar “sanidad”. Los fugitivos de Osadía se refugian por un tiempo en los campos de Armonía, pero pronto afloran los impulsos innatos del clan y el grupo comienza a tramar un plan para sublevarse frente a las autoridades.

Si el primer film se enfocó en el proceso de descubrimiento de identidad por parte de la protagonista, el segundo viene a poner el acento en sus dilemas éticos y en la insurgencia frente al poder. Se narra la culpa por la muerte de sus padres y de su amigo Will, la traición de su hermano Caleb, la relación amorosa con  Four (finalmente consumada) y la mirada condenatoria del entorno sobre sus acciones; de algún modo, todos los que están cerca de ella salen lastimados. Reaparecen también los Sin Facción, que tendrán un rol decisivo en la rebelión: al mando de Evelyn (una Naomi Watts siempre convincente), líder del clan y madre de Four, intentarán arrebatarle el poder a los Eruditos comandados por Jeanine, que siempre se han erigido como la máxima autoridad en función de presuntas competencias para el cargo.

Hasta aquí el qué; ahora vayamos por el cómo. Un argumento repleto de clichés y ecos de otras “sagas-teen” (aunque para nada desechable en el mundo hollywoodense), se ve completamente opacado por la avasallante tecnología 3D, con efectos visuales pomposos que contribuyen muy poco a la hora de contar una historia. El diseño de producción digital es incuestionable, pero más allá de eso y unas pocas virtudes en el reparto, no puede destacarse mucho más de un género falaz que coquetea con los ideales revolucionarios y la insurgencia pero que no es otra cosa que un elemento destinado a reproducir este sistema en el que vivimos, un sistema que nos asegura tener la libertad de decisión sobre nuestros destinos y que, sin embargo, se pasa la mayor parte del tiempo decidiendo por nosotros sin que lo sospechemos siquiera. Tal vez en esta sociedad haya algunas facciones más, pero nuestra capacidad de acción tiende a ser la misma.

 

FICHA TÉCNICA:

Título original: The Divergent Series: Insurgent

Año: 2015

País: EE. UU.

Duración: 119 min

Género: Ciencia ficción – Aventuras – Romance

Director: Robert Schwenke

Guión: Brian Duffield/Akiva Goldsman/Mark Bomback

Reparto: Shailene Woodley, Theo James, Kate Winslet, Naomi Watts, Zoë Kravitz, Ansel Elgort, Jay Courtney

 

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