La poesía puede tener un costado crítico visible sin perder la elegancia, y eso se puede ver en el libro Antes de abrir un club (Zindo & Gafuri, 2018) de Cristian De Nápoli. Manteniendo un clima y un tono a lo largo de estos poemas escritos en el periodo 2007 y 2015, los versos del autor abarcan temas como el trabajo freelance, el fútbol, las intensidades del amor y la poesía misma, sin dejar nunca de lado una mirada punzante.
Sobre el autor
Cristian De Nápoli nació en Buenos Aires en 1972. Es traductor. Organizó durante ochos años el Festival Salida al Mar. Publicó los libros de poesía Límite bailable (1999), El ring (2005), Los animales (2007) y El pueblo le canta a sus familias disfuncionales (2011). Además, publicó una colección de cuentos Darth Vader & yo (2015).
La crítica elegante
«El aullido de los perros a la luna se explica./ Los bocinazos de los autos a la barrera, no», escribe Cristian De Nápoli en uno de los primeros poemas de Antes de abrir un club (Zindo & Gafuri, 2018), marcando el tono de lo que será el libro que reúne textos del periodo comprendido entre los años 2007 y 2015. Con una mirada crítica de la realidad en general y de algunos aspectos particulares, el autor no pierde de vista la importancia de una voz clara, elegante e incisiva.
A pesar de estar compuesto por distintas partes y estar separados por 8 años, el poemario de De Nápoli se mantiene en una búsqueda: la constante idea de ir más allá del orden establecido. «Desde la torre de marfil pobre/ escucho una oferta: es hora/ de que cuentes la otra mitad de tus fracasos./ Los que aceptaste sin discutir», sentencia en el comienzo de un poema. Varias páginas más adelante, va a ir en esa misma dirección: «Une a tres generaciones/ lo que partió a los Ramones/ si no a los Beatles: la soberbia». ¿Qué puede brindar la poesía ante ese aire de descontento y cuestionamiento interno?
El autor va a ser honesto en la búsqueda de esa respuesta, lo que incluso lo lleva a momentos cargados de introspectiva: «A veces me cruzo con gente tan eufórica y alocada/ que hasta me siento elegante»; o también: «no quiero hablar porque sé que pronto/ voy a tener una opinión sobre todas las cosas». Sin embargo, esa introspección es generosa, no gira sobre sí misma, sino que invita al lector a ver las grietas del precario orden que nos rodea y prende una chispa de inquietud al respecto. Después de todo, a veces el yo poético puede servir para evidenciar un síntoma general.
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Un claro aspecto a subrayar de esa crítica elegante que caracteriza al poemario de De Nápoli es la utilización de un recurso como la pregunta, muchas veces retórica, muchas veces más certera que una respuesta. Ahora bien, eso no le impide ser tajante, sobre todo a la hora de hablar de la propia poesía: «De los miserables se sabe/ que son grandes ucronistas:/ si se les avisaba con tiempo, traían algo;/ si hacíamos una buena convocatoria, ellos se presentaban». Lo mismo se encuentra en los siguientes versos: «(…) los tipos, antes,/ habían pasado años apartados de sus sueños/ y haciendo una música oscura por obligación./ En la poesía eso pasa mucho».
Lejos de adoptar una postura de trinchera, Antes de abrir un club prefiere elegir una posición arriesgada, la cual de cierta forma se anuncia en su título: antes de abrir un club, es preferible seguir cuestionando las cosas y buscar nuevos sentidos incluso donde solo se pueden ver fracasos. Ya sea en una derrota mundialística, en un trabajo mal pago o en una relación que pierde el entusiasmo, Cristian De Nápoli no se regodea en la tristeza y ofrece momentos de claridad para ver las cosas con otro filtro: «Como estuve en el centro, el norte, el sur y el oeste de esta ciudad con vos, puedo dormir tranquilo y que tengas buen viaje». En definitiva, la mejor crítica es la que empieza desde la incertidumbre y este libro es un claro ejemplo de ello.
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