La reciente publicación de Mujeres y poder (Crítica, 2018) de Mary Beard es tan necesaria como útil para entender los tiempos que corren y empezar a predecir lo que vendrá en una sociedad que está en jaque. Con una historización que recorre los discursos dominantes de la cultura occidental, la académica británica demuestra que tan intrincados se tienen los mecanismos que silencian a las mujeres.
A partir de dos conferencias preparadas en 2014 y 2017, la catedrática inglesa Mary Beard (1965), la reciente edición en español de Mujeres y poder (Crítica, 2018) trae una historización fresca, ágil y contundente para entender los mecanismos que se reproducen a lo largo de siglos dentro de la cultura occidental en relación al silencio que se le impuso y aún hoy se le quiere imponer a la mujer. Desde Homero y una Penélope sufriente y silenciada por su propio hijo, Beard recompone una trama que muchas veces se quiere invisibilizar.
«Si lo que queremos es comprender -y hacer algo al respecto- el porqué de las mujeres, incluso cuando no son silenciadas, tienen que pagar un alto precio para hacerse oír, hemos de reconocer que el tema es un poco más complicado y que hay un trasfondo al que hay que remitirse», explica en su primer conferencia titulada «La voz pública de las mujeres». Ese trasfondo al que hace referencia no es más ni menos que identificar, analizar y desmenuzar los pilares de la cultura occidental -partiendo de las antiguas Grecia y Roma- que construyeron a una mujer silenciada y apartada de las decisiones de poder.
Beard propone identificar, analizar y desmenuzar los pilares de la cultura occidental -partiendo de las antiguas Grecia y Roma- que construyeron a una mujer silenciada y apartada de las decisiones de poder.
Lo interesante que se puede encontrar en este libro es que esa revisión del pasado llega hasta el día de hoy, donde a pesar de que existen grandes líderes políticas mujeres en el planeta, su voz no se toma en serio en la mayoría de los casos o se les resalta su «actitud masculina», como en los casos de Margaret Thatcher y Theresa May en Gran Bretaña o Angela Merkel en Alemania. «Nuestras propias tradiciones de debate y discurso público, sus convenciones y normas, siguen todavía, en gran medida, la estela del mundo clásico», afirma Bread.
(Foto: @booksandrachel)
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Otro factor clave en la propuesta de la académica británica, es resaltar una operación que continúa hasta el día de hoy: encasillar a las voces de las mujeres únicamente en las «cuestiones femeninas» o en los derechos de la mujer, quitándole autoridad a la opinión de las mujeres en otros ámbitos reservados a «lo masculino». Si bien Beard sostiene la importancia de esos discursos, ya que «alguien tiene que hablar en nombre de las mujeres», busca ir más allá en la presencia de las mujeres en los espacios de poder político y público.
Mujreres y poder sirve para resaltar una operación que continúa hasta el día de hoy: encasillar a las voces de las mujeres únicamente en las «cuestiones femeninas» o en los derechos de la mujer, quitándole autoridad a la opinión de las mujeres en otros ámbitos reservados a «lo masculino»
«Poco importa el enfoque que una adopte, porque si se adentra en territorio tradicionalmente masculino, el ataque llega indefectiblemente y lo que lo provoca no es lo que se dice, sino el simple hecho de decirlo«, sentencia Mary Beard en esa dirección. Unas líneas más adelante, llama a encontrar una solución duradera y no momentánea, evitando la «masculinización» de las mujeres con poder en el mundo y apostando a una nueva forma de discurso público: «dicho sin rodeos, que las mujeres pretendan ser hombres puede convenir momentáneamente, pero no va al meollo del problema», destaca. En ese sentido, cabe destacar los agravios que sufren las propias líderes que adoptan esa postura, siendo retratadas como la famosa Medusa.
Mientras en muchos países se discute la paridad de género en los Congresos nacionales, en los medios de comunicación (en la actualidad, los principales diarios poseen editorialistas mayoritariamente hombres) y en los cargos de empresas, Beard va al punto en la segunda conferencia, titulada «Mujeres en el ejercicio de poder»: «No tenemos ningún modelo del aspecto que ofrece una mujer poderosa, salvo que se parece más bien a un hombre», afirma y eso se puede ver desde los comienzos de la cultura occidental.
(Foto: Liberando Letras)
Es por eso que Beard es clara al respecto, la estructura del poder, así como el concepto que tenemos del mismo, está codificada como masculina después de siglos de cultura. Es por eso que a cualquier mujer que ingresa a cargos con gran responsabilidad, se la intenta masculinizar de manera inmediata. Al respecto, propone: «Lo que hay que hacer es cambiar la estructura. Y eso significa que hay que considerar el poder de forma distinta; significa separarlo del prestigio público; significa pensar de forma colaborativa, en el poder de los seguidores y no solo de los líderes; significa, sobre todo, pensar en el poder como atributo o incluso como verbo («empoderar»), no como una propiedad».
De esta manera, Mujeres y poder es un libro más que necesario para entender el trasfondo del movimiento feminista que crece en Argentina y el resto del mundo: el cambio va más allá de la igualdad y la equidad de género, lo que realmente se busca es transformar una sociedad en la que el poder se pensó siempre en masculino, donde esas estructuras culturales alimentaron un estado patriarcal en primera instancia y capitalista en segunda instancia, los cuales en la exclusión tienen su verdadero sustento. En definitiva, este nuevo libro de Mary Beard es indispensable para la biblioteca contemporánea, sobre todo para ese estante reservado a la teoría feminista, el mismo que hasta hace poco parecía impensado que ganara lugar en tantas casas.
