El sábado pasado se llevó a cabo la clásica Visita de las Cinco en el Museo Sitio de Memoria ESMA, que se realiza el último sábado de cada mes a las 17 hs. A 41 años de la primera ronda de las Madres de Plaza de Mayo, un encuentro especial reunió a diversos referentes de los organismos de derechos humanos, y a ocho artistas que leyeron fragmentos del libro de Uki Goñi, El infiltrado. Astiz, las Madres y el Herald, recientemente reeditado.
Cristina Banegas, Srta. Bimbo, Ana Celentano, Coni Marino, Celsa Mel Gowland, Julieta Ortega, Malena Sánchez y Patricia Sosa fueron las ocho artistas que pusieron el cuerpo y dieron voz a las historias de ocho mujeres marcadas por la dictadura cívico-militar: Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, Madres desaparecidas en la ESMA; Leonie Douquet y Alice Domon, dos monjas francesas secuestradas entre el 8 y 10 de diciembre de 1977; y Raquel Bulit, Ángela Auad y Patricia Oviedo, familiares de la Iglesia de la Santa Cruz que trabajaban en las denuncias de las desapariciones.
En un contexto hostil de negacionismo y relativización de los crímenes de lesa humanidad, parece necesario seguir aclarando que fueron 30.000 desaparecidos y que no se trató de enfrentamientos entre dos bandos sino de un plan sistemático de terror llevado a cabo por el Estado nacional. Los organismos de derechos humanos (en este caso, Madres de Plaza de Mayo) continúan trabajando día a día para construir memoria, narrar verdad y alcanzar justicia.
Trescientas personas se acercaron al predio para hacer el recorrido por las instalaciones del ex-Casino de Oficiales. Los concurrentes fueron divididos en dos grupos para visitar el tercer piso y la planta baja. Salas como las denominadas Capucha y Capuchita, Pecera, el ático o el sótano, son algunos de los espacios más abominables, donde estuvieron detenidos-desaparecidos cerca de 5000 hombres y mujeres: militantes políticos y sociales, trabajadores y gremialistas, estudiantes, profesionales, artistas y religiosos; la mayoría de ellos fueron arrojados al mar en los tristemente célebres «vuelos de la muerte».
En estos espacios se torturó, se mató y se dio a luz en cautiverio a aquellos niños que luego serían apropiados ilegalmente o robados; muchos de ellos aún no conocen su verdadera identidad. La labor de los organismos de derechos humanos y de los trabajadores de la cultura que apoyan esta lucha, intenta esquivar el olvido y acabar con la relativización que domina el imaginario de la actual gestión de Gobierno.
Las artistas, apostadas con sus papeles en mano y sus cuerpos predispuestos para encarnar vida allí mismo donde 40 años atrás hubo muerte, lo dieron todo en cada lectura frente a los grupos que atravesaron los corredores en este edificio del horror. El acto de cierre se llevó a cabo en el Salón Dorado, lugar donde los miembros de la Armada planificaban los secuestros, las torturas y los «traslados» (eufemismo de la muerte). Al finalizar, La Primera Piedra recolectó algunos testimonios de las protagonistas.
Cristina Banegas (actriz):
«Me sentí muy conmocionada. Yo ya había conocido el espacio de la ESMA cuando aún no estaba abierta al público; me acuerdo que se hacían recorridos especiales para la gente de la cultura. Nuestros guías siempre eran sobrevivientes y a mí me tocó Víctor Basterra, un fotógrafo que filtró fotos en las que se pudieron reconocer a muchísimos desaparecidos.»
«El negacionismo es parte de este momento en el que el fachismo está en el poder. Hay un avance del neoliberalismo, y no es solamente acá sino en todo el mundo. Hoy más que nunca hay que estar atentos para salir a la calle, para leer, para ser testigos, para poner el cuerpo y para acompañar a los organismos de derechos humanos, como siempre.»
Malena Sánchez (actriz)
«Desde muy chica que participo de todas las luchas vinculadas a los derechos humanos: los 24 de marzo, la Noche de los Lápices. Fui a muchas marchas con mi familia de chiquita y lo siento muy en carne propia, más allá de que ni existía cuando sucedió todo esto. Siempre voy a estar acompañando estas luchas.»
«Es una responsabilidad muy grande ser mujer, porque tenemos una fuerza que no sé bien de dónde sale… ¡supongo que debe ser de nuestros ovarios! Pero no nos para nadie, y me parece que tenemos que aprovechar eso. Tenemos mucha fuerza, mucha responsabilidad y mucho poder para lograr cosas como la ley por la despenalización del aborto. ¡Vamos por eso!»
Srta. Bimbo (actriz y humorista)
«Tengo la sensación de que no pasó, de que esto está vivo. La gente sigue buscando su identidad, sigue buscando justicia. Esto no es pasado. Por eso duele mucho cuando las atacan a las Madres. Nos quieren hacer creer que hay que olvidar, que esto ya pasó. Hoy tenemos todas las consecuencias de esa dictadura cívico-militar encima, desde lo económico hasta conceptos que hoy vuelven a aparecer con una liviandad que asusta.»
«Yo hoy leí sobre Esther Ballestrino de Careaga, que era una feminista precursora. Ella impulsó el movimiento feminista en Paraguay y siguió luchando acá. Es necesario mirar estos asesinatos como lo que fueron: femicidios. En esta dictadura hubo un particular ensañamiento con las minorías: trans, gays, lesbianas, judíos, y también con las mujeres. Esto, dentro del horror, demuestra lo peligrosas que son para el poder las mujeres organizadas; tan peligrosas que las mataron.»