Respirar es la película escrita y dirigida por el uruguayo Javier Palleiro (co-guionista junto a Guillermo Rocamora). Se trata de una propuesta cinematográfica de elevada calidad estética y fuerte compromiso social, porque toca un tema candente en estos tiempos: el aborto. Julia (gran interpretación de María Canale) descubre que está embarazada de su ex marido (Esteban Bigiardi). A partir de esa noticia deberá decidir qué hacer con el bebé y cómo evitar más pérdidas en su vida. Se estrena el 10 de mayo en las salas argentinas.
Las primeras escenas de Respirar presentan a una mujer atormentada, sofocada por las preocupaciones, ahogada por terribles pesadillas que tienen como escenario privilegiado las aguas profundas. Julia (María Canale) descubre que está embarazada de Pablo (Esteban Bigliardi), su ex marido. A partir de esa noticia deberá resolver algunas cosas: ¿cómo decírselo?, ¿qué hacer con el bebé en camino?, ¿cómo comunicárselo a su entorno?
En esta primera parte, Palleiro nos sumerge en las profundidades del microcosmos de la protagonista: en su desamparo, sus temores y su soledad. La cámara parece tan desequilibrada e inquieta como el personaje, y muchas de las interacciones que Julia mantiene con su entorno quedan mediadas por cristales que opacan la imagen y el sonido, vidrios que imponen distancia entre los cuerpos.
El aborto ilegal aumenta la inequidad de clases. Hasta que el aborto no se legalice en Argentina, las mujeres de clase media y alta seguirán abortando en clínicas seguras y de forma anónima, mientras que las mujeres pobres continuarán muriendo por una causa evitable. (Palabras del director Javier Palleiro)
Julia parece venir de una depresión post-divorcio y suele tomar pastillas para dormir. Cuenta con la compañía incondicional de su padre (César Bordón) y, ocasionalmente, con el apoyo de su amiga Elena (María Villar), que intenta ayudarla a conseguir trabajo en un Instituto de Arqueología. Sin embargo, Julia tiende al hermetismo y decide sobrellevar su nuevo estado en soledad. Un dato importante: la historia transcurre en Uruguay, donde desde el año 2012 es posible abortar de forma segura.
Julia opta por el aborto pero el trámite no es para nada sencillo, porque se ve obligada a enfrentar múltiples consultas con ginecólogos, psicólogos y trabajadores sociales. Las preguntas burocráticas invaden su mundo privado y amenazan su hermetismo: “¿estás acompañada por tu familia?”, “¿tenés pareja?”, “¿tenés hijos?”. El estado de Julia es frágil, y la mudanza inminente ataca la poca estabilidad con la que cuenta: un mundo de cajas a medio embalar, ropa tirada por el suelo y adornos diseminados en cada rincón del departamento.
Con gran lucidez desde el guión y la dirección, y una gran ejecución desde las interpretaciones, Respirar se construye como un relato intimista con gran cuidado estético y fuerte compromiso social. Palleiro y Rocamora tocan un tema que históricamente ha sido (y sigue siendo) tabú para la industria cultural: el aborto. Y lo hacen con altura, respeto y honestidad. Las escenas acuáticas funcionan como un hilo conductor a lo largo de todo el metraje y constituyen una gran metáfora del mundo interior de Julia, de la distancia que impone para con su entorno y de la soledad de las mujeres que deben llevar adelante una decisión de esta envergadura (quienes, aún con una ley de por medio, siguen siendo estigmatizadas por las objeciones morales).
Estas son las palabras del director sobre la problemática: «El debate (…) se desvía del tema central: garantizar derechos humanos. Sucedió en Uruguay y sucede en Argentina. No estamos discutiendo si es lindo abortar. Estamos discutiendo si frente a la necesidad de interrumpir un embarazo, dejamos a las mujeres desprotegidas o permitimos un proceso lo más seguro posible. Los temas emocionales y de conciencia no le corresponden a la ley. El aborto ilegal aumenta la inequidad de clases. Hasta que el aborto no se legalice en Argentina, las mujeres de clase media y alta seguirán abortando en clínicas seguras y de forma anónima, mientras que las mujeres pobres continuarán muriendo por una causa evitable.»