Hoy comienza el debate en el Congreso por la despenalización y legalización del aborto. Las últimas semanas no solo demostraron el apoyo popular y la fuerza de los movimientos de mujeres para reclamar una demanda postergada hace años, sino también la resistencia de muchos políticos a contemplar el tema desde una perspectiva de salud pública, anteponiendo sus propias convicciones personales. ¿Cuáles fueron las propuestas que continúan subordinando los derechos en lugar de ampliarlos? (Foto: Nadia Díaz)
Años de movilización y trabajo activo de los movimientos feministas finalmente comenzaron a tener un lugar cada vez más amplio en la sociedad. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito nació en 2005, en un largo camino que se formó gracias a los Encuentros de Mujeres. Desde ese momento, ya presentó un proyecto para la interrupción voluntaria del embarazo en siete oportunidades. Todos perdieron estado parlamentario, excepto la última, que aún está dando sus primeros pasos en el Congreso y que se introdujo en un contexto más que propicio, marcado por un cambio de paradigma en una sociedad que, de a poco, va tomando consciencia de lo que realmente implica la violencia de género.
Hace no mucho tiempo atrás, hablar de la interrupción del embarazo en la esfera pública significaba el rechazo y la condena. Pero, aunque la estigmatización sigue presente, son cada vez más las voces que se alzan en defensa del derecho a decidir.
El debate que hoy comienza en la Cámara de Diputados está rodeado de circunstancias completamente diferentes. Si bien el aborto sigue siendo considerado un tema tabú en muchos ámbitos, eso está comenzando a romperse. Hace no mucho tiempo atrás, hablar de la interrupción del embarazo en la esfera pública significaba el rechazo y la condena. Pero, aunque la estigmatización sigue presente, son cada vez más las voces que se alzan en defensa del derecho a decidir, como se pudo ver con el caso de la actriz Muriel Santa Ana que, al contar su experiencia, obtuvo un amplio apoyo de varios personajes del mundo del espectáculo que la defendieron ante las críticas.
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Así, la presentación de este último proyecto no sólo estuvo acompañada de una discusión que está ganando lugar en los medios de comunicación, sino también de convocatorias cada vez más amplias de mujeres que se movilizan en reclamo de la legalización. La combinación de estos factores hizo que fuera casi inevitable continuar negando el debate en la agenda política. Sin embargo, es notable la inclinación de los legisladores a tratar el tema a la luz de sus propias creencias morales y religiosas y la resistencia a contemplarlo desde una perspectiva de salud pública. En las últimas semanas, surgieron propuestas que, bajo la bandera de la defensa de la vida, continúan interponiéndose al derecho a decidir plenamente sobre el propio cuerpo y a la esencia del reclamo de los movimientos de mujeres.
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La diputada de Cambiemos, Marcela Campagnoli, propuso que, en lugar de legalizar el aborto, la mujer continúe con la gestación hasta el quinto mes de embarazo para luego extraerle el feto, colocarlo en una incubadora e iniciar un proceso de «adopción pre-natal».
Uno de los más controversiales fue el proyecto presentado por la diputada de Cambiemos, Marcela Campagnoli, quien propuso que, en lugar de legalizar el aborto, la mujer continúe con la gestación hasta el quinto mes de embarazo para luego extraerle el feto, colocarlo en una incubadora e iniciar un proceso de «adopción pre-natal». Esto implica considerar a la mujer como un objeto, una suerte de «incubadora», relegando sus derechos, sin siquiera considerar que esa mujer que en realidad quiere interrumpir su embarazo estaría siendo forzada a llevarlo adelante. “La contención de la madre que no quiere tener ese hijo, que es fundamental, porque las mujeres fuimos diseñadas para dar vida, y matar algo que está en nuestros órganos nos genera traumas terribles, y hoy la ciencia, la neonatología ha avanzado tanto», afirmó Campagnoli.
Pero además, la propuesta de la diputada es inviable desde el punto de vista médico. De acuerdo a los especialistas consultados por Página/12, los riesgos de los nacimientos prematuros son demasiado altos. Tanto el jefe de Neonatología del Hospital Italiano, Gonzalo Mariani, como el obstetra y miembro del Tribunal de Honor de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires, Mario Sebastiani, aseguraron que “antes de la semana 23 no hay ninguna posibilidad de vida fuera del útero de la madre” y que “sólo tiene que haber una causa justificada para que el bebé nazca prematuro”. «Para un obstetra es antiético y sumamente violento forzar a una mujer a que continúe un embarazo que no quiere tenerlo hasta una determinada fecha para luego sacárselo y meterlo en una incubadora”, agregó Sebastiani.
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En la misma línea, el actual senador y ex Ministro de Educación, Esteban Bullrich, declaró también hace unos días que «un embrión es un argentino con derechos». En diálogo con Radio Con Vos, y refiriéndose al aborto, afirmó: “El Estado no debería habilitar eso, sino que debería hacer todo el esfuerzo para que ese argentino o argentina que se está empezando a formar dentro de la panza de la madre sea defendido, porque no tiene voz». Además de confundir el hecho de que la ciudadanía argentina se adquiere al momento del nacimiento, y no antes, Bullrich vuelve a mostrar su desconocimiento frente a la diferencia entre un embrión, un feto y un bebé – y sobre los reclamos de las mujeres -, al igual que en 2017, cuando en una entrevista para FM Blue 100.7 aseguró: “Ni Una Menos también es si hay una beba adentro (del cuerpo de las mujeres), también la estás matando».
El actual senador y ex Ministro de Educación, Esteban Bullrich, declaró también hace unos días que «un embrión es un argentino con derechos».
Otro de los proyectos que también se difundieron en los últimos días fue el de la diputada rionegrina María Emilia Soria (Frente para la Victoria), quien propuso la creación de un «Registro de Defunciones Fetales» que implicaría registrar con nombre, apellido, sexo y edad gestacional a los fetos que mueren dentro del vientre de la mujer «sin importar las causas». Según la legisladora, sólo se llevaría adelante ante la solicitud de los padres y no sería incompatible con el proyecto de despenalización del aborto – aunque no acompaña con su firma ninguno de los que se debatirán en el recinto -. La propuesta ya había sido presentada en 2016 pero perdió estado parlamentario y ahora Soria intentará introducirla nuevamente.
La discusión comenzará en un plenario de comisiones encabezadas por la de Legislación General y que incluye a las de Familia, Salud y Legislación Penal. Por el momento, son cinco los proyectos que se pondrán a consideración: el de la Campaña, que ingresó con 71 firmas, uno que presentó la diputada Araceli Ferreira junto a otros legisladores del Peronismo para la Victoria, dos de Sergio Wisky y uno de Marcelo Wechsler, ambos del bloque de Cambiemos. De acuerdo a Página/12, la principal diferencia de los proyectos que presentaron los legisladores macristas es que no legalizan la práctica, sino que la mantienen dentro del Código Penal, aunque amplían los permisos para abortar. Por ahora no están incluidas en el temario la iniciativa de Campagnoli ni la que propone llamar a consultas populares para que la población opine si está de acuerdo con la legalización.
La discusión comenzará en un plenario de comisiones encabezadas por la de Legislación General y que incluye a las de Familia, Salud y Legislación Penal. Por el momento, son cinco los proyectos que se pondrán a consideración:
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Por primera vez, el debate sobre el aborto tendrá en el Congreso un lugar efectivo, acompañado del reclamo popular que ha demostrado estar presente a lo largo del proceso. Se abre así un nuevo desafío al interior del espacio político y que implica enfrentarse a las resistencias de aquellos que aún anteponen las convicciones personales por encima de la salud sexual y reproductiva de las mujeres, que continúan subordinando sus derechos y su voluntad y alimentando la clandestinidad que mata y criminaliza a las más desfavorecidas.