La historia musical y personal de Charly García está llena de episodios que solo una persona con las cualidades del fundador de Sui Generis y Serú Giran puede tener. Entre una de sus anécdotas más destacadas, se encuentra el día que un fan subió a un concierto suyo en el Gran Rex en 1990 con un arma de juguete. Ese detalle dio pie a que Charly se autoproclamara como «el Lennon del subdesarrollo». La reciente publicación de Esta noche toca Charly (Gourmet musical, 2017) generó que el audio de ese momento saliera a la luz.
Algunos libros no se terminan de escribir nunca, y mucho menos si tienen a Charly García como protagonista principal. Ese es el caso de Esta noche toca Charly (Gourmet musical, 2017) de Roque Di Pietro: con una recorrida detallada sobre las presentaciones en vivo del músico desde 1956 hasta 1993, un dato fundamental dentro del largo anecdotario del músico salió a la luz gracias a un audio inédito aportado tras su publicación. Se trata nada más y nada menos sobre el día que intentaron matar a Charly García.
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Durante la gira promocional de Filosofía barata y zapatos de goma, el último disco solista de García antes de su etapa «Say No More», Charly realizó 11 funciones en el Gran Rex en 17 días, cifra que fue durante varios años el récord de recitales consecutivos en el mítico teatro porteño. Así, del 16 de noviembre al 2 de diciembre de 1990, Charly y Los Enfermeros, la banda que lo acompañaba en esa etapa de su carrera, realizaron una serie de conciertos presentando el último disco de la llamada segunda trilogía del músico del bigote bicolor, compuesta además por Parte de la religión y Cómo conseguir chicas.
El 29 de noviembre de 1990 un joven vestido de cura trepó al escenario, tomó del cuello a Charly y le apuntó con una Colt 45 de plástico.
De esa serie maratónica de recitales, una de las fechas quedará en la historia y tiene un lugar clave dentro de la biografía artística de Charly García: el 29 de noviembre de 1990, también conocido como el día que quisieron asesinarlo. Hasta la fecha, y tal como recuerda Roque Di Pietro en su gran libro Esta noche toca Charly, mientra García tocaba No me verás en el subte (tema que ocupaba un lugar en la mitad del setlist), un joven vestido de cura trepó al escenario, tomó del cuello a Charly y le apuntó con una Colt 45 de plástico. Si bien se pensó que era parte del show, el pánico no tardó en llegar a los presentes.
En una crónica de Gabriela Brogna para Página/12, se puede leer que Charly, en absoluta calma, pidió que prendieran las luces, llamó al personal y a su mánager mientras un grupo de personas de la organización del recital ya habían rodeado y reducido al agresor. Segundos después, agarró el arma e informó al público «Es de plástico». Sin embargo hoy, 27 años después de ese día, salió a la luz el audio de la fecha y se pueden conocer aún más detalles de ese momento.
Quien cedió el audio inhallable e invaluable fue el periodista Darío Calderón, quien grabó el concierto desde la fila 7 con una máquina personal y también aporta su memoria de lo que ocurrió en ese momento: «El show transcurría con normalidad. Hasta que en un momento fue imposible no ver a alguien que, sorteando a un integrante de la seguridad en el pasillo izquierdo, saltaba al escenario bruscamente, vestido con una especie de sotana o piloto. En la subida trastablilla y vuelan papeles a su alrededor (luego se supo que eran fotos de Charly). Parecía un típico fan de esos que lo abrazan y se dejan echar del escenario sin oponer resistencia», recuerda Calderón.
«El arma no se veía: la tapaba la cabeza de García -sigue relatando el periodista-. Pero evidentemente algo no andaba bien. Fueron solo unos segundos. En mi recuerdo, mientras Charly dice el primer “Okey”, logra quitar el arma de su sien», recuerda Daniel Calderón.
«El arma no se veía: la tapaba la cabeza de García -sigue relatando el periodista-. Pero evidentemente algo no andaba bien. Fueron solo unos segundos. En mi recuerdo, mientras Charly dice el primer “Okey”, logra quitar el arma de su sien al tiempo que Quebracho llega corriendo desde la derecha y agarra al pibe con su brazo izquierdo, fuerte, del cuello, por atrás, (un poco más y le arranca la cabeza). Entre los dos lo desarman».
En el audio aportado tras la publicación de Esta noche toca Charly, se puede escuchar ese momento con precisión: alrededor de los 32 minutos con 40 segundos empieza la interpretación de «No me verás en el subte». Menos de dos minutos después, a los 34:20 el tema se interrumpe con la subida al escenario del agresor. Se escuchan lejanos comentarios y García gritando una serie de «okey» y, después, una orden a la banda: «stop». Bien podría haber sido una directiva para todos.
«¿Esto qué es?», pregunta Charly con un tono de indignación que lo obliga a elevar la voz. «Es un revolver», se responde él mismo sin darle tiempo de contestar al agresor del que luego se sabría su identidad: Raúl Estrada, un fan incondicional de Charly por esa época, músico amateur y pariente de los creadores de los célebres manuales Estrada. «Esto es en serio», dice con una risa incómoda García, pero a los pocos segundos retoma su compostura y dice en un inglés arrogante: «This, for me, is shit. You nkonw?». En ese momento se escucha el arma de juguete impactando en el piso. Siguiendo lo relatado por Calderón, el manotazo de García y la ayuda de su plomo solucionaron el asunto.
Relata el periodista: «La atención siguió puesta sobre Charly, que rápidamente agarró el arma (que había quedado sobre su piano), como con asco, de la empuñadura, y la muestra al público: “Era de plástico… pero yo cómo sabía…? ¡Qué momento, loco!”. Después, cuando Estrada era llevado fuera del escenario, García fue claro en su pedido: “¡Che! ¡No le peguen! ¡Esto es un recital! ¡No es un box, eh! ¡Sala! ¡Moya! ¡Arreglen eso! Acá no se viene a pegar a nadie. Nadie le pega a nadie. ¡Arreglen eso!”.
«Esto es en serio», dice con una risa incómoda García, pero a los pocos segundos retoma su compostura y dice en un inglés arrogante: «This, for me, is shit. You nkonw?». En ese momento se escucha el arma de juguete impactando en el piso.
La acción, que duró aproximadamente un minuto, fue bautizada con los insultos y silbidos de la audiencia contra el agresor. En la grabación de Calderón se escucha el comentario interrumpido de una chica del público: «Yo por un momento pensé que era un chiste…». Tras esa interrupción, la grabación está entrecortada y retoma con una interpretación hermosa de «De mí», donde repite: «Era de juguete». Charly, con su poder de síntesis intacto por esa época, coronaría la situación con un comentario que pasó a la historia: «Pero al final qué soy, ¿el Lennon del subdesarrollo?», tal como recuerda Di Pietro en su libro. La historia de Charly, parece, no va a terminar de escribirse nunca.