En el marco de la semana previa al Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, es necesario pensar los modos en que la violencia machista se encuentra presente en la sociedad, la manera en que se reproduce y también cómo se combate. A partir de cinco series en las que el feminismo aparece como variable fundamental en la trama, en La Primera Piedra invitamos a cuestionar y repensar la violencia de género en sus diversas formas.
1- Las chicas del cable
Las Chicas del Cable es una serie española producida por Netflix y que en el año 2017 incorporó la primera temporada en la plataforma. Protagonizada por un grupo de mujeres que a finales de la década de 1920 deciden trabajar, la serie irrumpió en la escena con la pretensión de ser «feminista». Esta historia, además de los relatos de amores y desamores con tono meloso y dramático que aparecen en todos los capítulos, relata las vivencias de mujeres que buscan hacerse un lugar en un mundo gobernado y manejado por hombres: sean padres, jefes, esposos o dictadores.
En la España de esa época, como en muchos países, pocas mujeres tenían derecho a tomar decisiones, a trabajar por gusto propio – y no por necesidad – y mucho menos optar por una libertad sexual que escapara al deseo masculino. Son estas elecciones a la hora de narrar la historia por las que la serie puede etiquetarse como feminista o, por lo menos, intenta mostrar los momentos en los que el feminismo se comenzaba a expresar en la sociedad frente a una violencia de género que se manifestaba a fuerza de golpes pero también de exclusión de los lugares de poder. En diciembre de 2017 se espera la segunda temporada de una serie que, a pesar de mantener estereotipos y clichés de telenovelas melodramáticas, apuesta a mostrar mediante la ficción la violencia machista y el lugar que la mujer empieza a ocupar en el siglo XX.
2- The Handmaid’s Tale
Producida por la plataforma web Hulu y estrenada en 2017, esta serie se basa en la novela homónima de la escritora canadiense Margaret Atwood, publicada en 1985. Plantea un futuro distópico – aunque no por eso ajeno a la realidad – que tiene lugar en la República de Gilead, una sociedad totalitaria conformada en lo que solía ser la costa este de Estados Unidos. Luego de que la contaminación ambiental provocara la infertilidad de la mayoría de la población, un grupo ultra católico toma el control del país mediante un golpe de estado, para conformar una sociedad de castas en la que la opresión patriarcal es retratada en su máxima expresión.
Las mujeres que aún son fértiles son esclavizadas y violadas sistemáticamente en rituales, siendo obligadas a gestar los hijos de las familias que se encuentran en el poder. Conocidas como «criadas», son concebidas como objetos que no tienen control alguno sobre su vida o su cuerpo, manipuladas y desechadas con el mero fin de la reproducción biológica. De esta forma, la serie no sólo muestra de modo contundente los extremos hasta los que puede llegar la cosificación de la mujer, sino que además expone los discursos y mandatos machistas que subyacen en nuestra sociedad actual y la forma siniestra en que son naturalizados a través del disciplinamiento, el terror y la muerte.
3- Big Little Lies
Big Little Lies es una miniserie de siete capítulos basada en el libro homónimo de Liane Moriartry y producida por HBO. Interpretada por actrices sumamente reconocidas como Nicole Kidman, Laura Dern, Shailene Woodley y Reese Witherspoon que, muchas veces, han sido encasilladas con sus papeles en estereotipos femeninos, la serie sorprende con una cruda muestra de los ejemplos que puede sembrar la violencia machista con bastante naturalidad: violación, golpes y manipulación. En un relato llevado adelante por este grupo de mujeres que encarnan tensiones, emociones y conflictos muy diversos entre sí, en un pueblo al norte de California en el que todo parece ser representado con una comodidad digna de la clase alta y la heteronormatividad, esta pieza no solo refleja que la violencia de género atraviesa toda la sociedad sino las diversas formas en que ésta puede darse.
Sin embargo, quizás lo más interesante de Big Little Lies, y por lo que vale la pena verla, sea la clara muestra de sororidad que representa y que a medida que pasan los capítulos se vuelve más fuerte: ese sentimiento que refleja la ayuda y colaboración entre las mujeres que buscan unirse para legitimar sus derechos, lograr igualdad respecto a los hombres, ser libres en la elección de trabajar y también en la de ser madres. Pero también, y sobre todo, la decisión de acompañarse frente a la violencia machista y patriarcal.
4- Maltratadas
Este unitario argentino fue producido por Torneos y Competencias y ganó los concursos del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales en el año 2011. Los 13 envíos se emitieron por América TV, Canal 9 y Telefé conforme a lo establecido en las bases del concurso. Sus guionistas fueron Esther Feldman y Alejandro Maci, quienes tomaron como eje narrativo la cuestión de la violencia de género en sus múltiples facetas. Cada capítulo cuenta con un elenco diferente y trata la problemática desde una arista particular: abuso sexual infantil, violencia física y verbal, maltrato laboral, doméstico o durante el noviazgo, humillación, acoso, violencia por aislamiento o violencia patrimonial.
Estas fueron las palabras de Feldman cuando se le consultó por los objetivos perseguidos con este producto: se trata de «derribar algunos clichés y dejar de pensar que la violencia de género sólo es el resultado de un hombre borracho que le pega a una mujer de bajos recursos. Es más bien un problema a nivel mundial que incluye muchas aristas (…); cuando empezás a escarbar, te das cuenta que es más habitual de lo que todos creemos».
5- Mujeres asesinas
Se trata de una serie televisiva de drama y suspenso que mezcla ficción con realidad y está inspirada en el libro homónimo de Marisa Grinstein, donde se documentan casos verídicos de asesinatos perpetrados por mujeres. Entre las múltiples temáticas que se tratan allí, algunos capítulos están dedicados a casos en los que estas mujeres asesinas fueron —antes que victimarias— víctimas de distintas violencias ejercidas por parte de distintos miembros de su entorno. La serie fue emitida por Canal 13 y recibió galardones como el Martín Fierro de Oro.
Se trató sin dudas de uno de los proyectos más ambiciosos de la televisión argentina, no sólo por su pretensión de generar conciencia sobre estas temáticas desde los contenidos mismos, sino también porque constituyó una gran plataforma para dar a conocer (y enaltecer) el trabajo de las mejores actrices de nuestro país, verdaderas protagonistas de este ciclo memorable en la historia televisiva nacional. El juego planteado entre los diversos roles en los que se puede ubicar a una misma mujer —víctima/victimaria, heroína, mártir, asesina— invita a una reflexión profunda.