«Ay, ay, ay, ay/ Ay, ay, ay, ay/ A nuestro cine no lo tocás». Ese fue el cántico con el que llegó a las puertas del Cine Gaumont la multitud de personas convocadas por la Mesa de Directores Cinematográficos Argentinos, para expresar su repudio ante la resolución 942/2017/INCAA. De acuerdo a lo expresado por muchos de los trabajadores de la cultura que se ven afectados por la medida, tal como está planteada podría generar importantes recortes en la producción cinematográfica y un vaciamiento en la industria del cine nacional. La subejecución de presupuesto y la suspensión del Consejo Asesor fueron las primeras alarmas que sonaron y determinaron la necesidad de llevar esta lucha a las calles.
A las 19.20 hs varias agrupaciones y autoconvocados llegaron marchando desde el edificio del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (situado en Lima 319) hasta las puertas del emblemático Cine Gaumont (Rivadavia 1635), un complejo que —tal como el ave fénix— resucitó de las cenizas durante la gestión anterior y ya lleva cuatro años de intensa actividad cultural tras su reapertura celebrada el 16 de julio de 2013. Al borde de la ruina, hoy ha vuelto a ser sede de innumerables festivales, ciclos de cine prestigiosos y funciones especiales.
Aquel año de reapertura el Instituto estaba presidido por Liliana Mazure, la secretaría de Cultura por Jorge Coscia y la nación por Cristina Fernández. Hoy esas instituciones son gestionadas por Ralph Haiek, Pablo Avelluto y Mauricio Macri respectivamente, y el panorama no parece ser tan alentador.
La resolución 942/2017 fue el motor que impulsó la protesta. Por estos días se difundió un spot en el que varios directores nacionales describen la situación actual del cine argentino: recortes a la producción nacional, subejecución de presupuesto, trabas administrativas, serias restricciones en los planes de fomento y actos de censura en los comités evaluadores son algunos de los síntomas que pusieron a los cineastas en alerta y los impulsaron a convocar la movilización del día de ayer.
Varias agrupaciones cantaron y batieron palmas sobre la avenida Rivadavia hasta que uno de los organizadores anunció por el altoparlante que ingresarían a la Sala 1 del complejo para desplegar las banderas y dar la palabra a los oradores bajo la forma de una asamblea. Los manifestantes procedieron a ocupar la sala en calma, bajo la atenta mirada de los guardas de seguridad, y una vez adentro hablaron varios representantes de las agrupaciones e instituciones presentes. «El cine que conocemos, el cine que queremos, el cine que es público, donde nuestros actores, técnicos, hermanos, amigos e hijos trabajaron, puede desaparecer», advirtió la oradora que abrió la asamblea y luego dio lugar a sus compañeros.
Recortes a la producción nacional, subejecución de presupuesto, trabas administrativas, serias restricciones en los planes de fomento y actos de censura en los comités evaluadores son algunos de los síntomas que pusieron a los cineastas en alerta
Dos de las voces más aplaudidas de la tarde fueron las de Adolfo Aristarain y Luis Puenzo, quienes expresaron su apoyo a la lucha del colectivo de trabajadores del campo cinematográfico. «La cultura no les importa», sentenció el director de Roma. A pocos días de la tan difundida Semana del Cine Argentino (del 1 al 4 de octubre), la industria nacional atraviesa uno de los momentos más difíciles en varios años. En la ejecución de la resolución 942 se juega finalmente el nivel de autonomía que tendrán los comités de evaluación a la hora de elegir proyectos para financiar y, por lo tanto, la pluralidad de voces.
Medidas a implementar los próximos días:
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Movilización a la reunión del Consejo Asesor (lunes 2/10 a las 12.30 hs. en la ENERC)
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Intervención con una campaña de difusión durante la Semana del Cine Argentino (del 1 al 4 de octubre)
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Realización de un Pantallazo Nacional (sábado 7/10 en el Cine Gaumont)