Leandro Darqui es guitarrista y vocalista de Parapipou, una banda que pisa fuerte en la escena independiente actual y lleva un recorrido de una década. Ellos no se encuadran en un género particular; su propuesta atraviesa diversos territorios musicales como ska, rock, reggae, funk y cumbia. Su público se amplía cada vez más, sus giras se hacen más extensas y el próximo viernes 18 de agosto presentarán Sismo, su tercer disco de estudio en el Teatro Vórterix (puerta a las 19 hs). Animate a conocerlos y escucharlos en La Primera Piedra.
— Parapipou es un nombre muy musical y pegadizo, ¿cómo surgió?
— Parapipou es una palabra inventada, no tiene ningún significado en particular. Justamente decidimos buscar una palabra que no tuviese ninguna acepción previa para que no limitara el concepto de la banda. La idea era que se pudiese identificar por lo que es, por sus músicos, por las relaciones interpersonales entre nosotros y con el público, por la energía que se genera.
— La banda está compuesta por varios miembros. ¿Estuvieron todos desde el inicio o fueron sumándose?
— La banda se formó en el último año del colegio Dámaso Centeno; ahí se conocieron el baterista, el bajista y el guitarrista. Y a Mauro, el cantante, lo conocieron los chicos en una juntada de unos amigos. La banda arrancó con esa base de cuatro personas, pero la idea siempre fue tener muchos colores, diversificar e ir sumando toda la gente que se pudiera. Hoy en día somos 12 músicos arriba del escenario.
Esta vez el arreglo fino de cada instrumento no se definió hasta el momento de grabación en el estudio, así que estuvimos a punto de entrar en pánico.
— Contanos cómo es el proceso de producción de los temas. ¿Hay un único compositor o es más bien un trabajo colaborativo?
— En principio no hay ninguna limitación, es decir, cualquiera puede traer un tema. Pero en la práctica concreta los temas suelen venir del cantante (Mauro) o de Sebastián y yo que somos los guitarristas. Y en cuanto al armado de los temas, en este tercer disco que se llama Sismo el proceso fue radicalmente distinto a los anteriores porque decidimos trabajar con un productor artístico externo: Alejandro Vézquez, un groso con un currículum impresionante [trabajó con L. A. Spinetta, Charly García, Divididos, Bersuit, Las Pastillas del Abuelo, Salta la Banca, El Bordo].
— ¿Qué le aportó la figura del productor externo a la banda?
— Fue un aprendizaje gigantesco, porque nos hizo enfocar muchas de las etapas de producción de manera muy diferente a como nosotros estábamos acostumbrados. Por ejemplo: en los discos anteriores estábamos muy habituados a tener los arreglos de cada canción definidos antes de entrar al estudio, porque creíamos que eso nos iba a permitir un tiempo de grabación breve y, por supuesto, más barato. Ale nos hizo ver que lo más importante era tener la canción: la letra, los acordes y la estructura básica. Y esta vez el arreglo fino de cada instrumento no se definió hasta el momento de grabación en el estudio, así que estuvimos a punto de entrar en pánico.
— Y desde el lugar de compositor, ¿qué es lo que te inspira al momento de hacer una canción? ¿Arrancás por la letra, por la música o eso puede ir variando?
— En el caso de Mauro, por ejemplo, él está mucho más asociado a la lírica entonces suele empezar por las letras. En mi caso es al revés: yo entro por el lado de la música y después completo el tema con la letra que me sugiere esa música. Pero obviamente eso varía en cada caso particular, y depende mucho del músico: qué es lo que quiere expresar y en qué momento.
Pertenecemos a una generación que dispone de Internet, y eso nos permite escuchar toda la música del mundo y de la historia
— Si tuvieses que mencionar algunos faros musicales de la banda compartidos por la mayoría de los miembros, ¿cuáles serían?
— Tendría que mencionar a Kapanga, Los Fabulosos Cadillacs, Los Auténticos Decadentes. Pero después hay gustos particulares muy amplios, y como pertenecemos a una generación que dispone de Internet, eso nos permite escuchar toda la música del mundo y de la historia. Entonces no nos limitamos a gustos o zonas particulares, sino que todos escuchamos un poco de todo. Y eso también define el estilo musical de la banda, que comprende un abanico muy amplio.
— ¿Dónde se ubican dentro de la nueva escena independiente y qué creés que significa ser hoy en día una banda independiente?
— El camino independiente es el más lógico para cualquier banda que se quiera dedicar en serio a esto. Hoy la industria de la música está en una etapa de transición, y no está tan claro cuáles son las fuentes de ingreso más seguras. Las grandes discográficas no están interesadas en dar a conocer artistas nuevos sencillamente porque no es redituable. Por eso si apuntás a la masividad tenés que hacer tu propio camino, porque nadie va a asumir ese riesgo por vos. El circuito actual está repleto de gente muy profesional.
— ¿Y cómo es el vínculo entre las bandas dentro de ese circuito?
— Nosotros, por ejemplo, producimos un ciclo en Makena los martes, donde han tocado muchas de estas bandas del circuito independiente. Y también se están dando fenómenos interesantes como los grupos de whatsapp que nuclean a los músicos: el Sindicato de Cantantes, el Sindicato de Bateristas, los managers. Hay mucho intercambio de información y aprendizaje mutuo, así que yo creo que la escena independiente está en un momento muy interesante.
— En sus canciones hay muchas críticas hacia el sistema y también una fuerte interpelación a quien escucha, al «vos», le hablan a alguien. ¿Cómo trabajan eso?
— Está bueno usar ese «vos» para impactar al que lo escucha, pero no significa necesariamente que nosotros estemos acusando y desligándonos de esa crítica porque también está dirigida a nosotros mismos. Nos parece muy importante transmitir esos problemas que vemos a diario en la sociedad, pero creemos que todos contribuimos para crearlos.
Las grandes discográficas no están interesadas en dar a conocer artistas nuevos sencillamente porque no es redituable. Por eso si apuntás a la masividad tenés que hacer tu propio camino.
— ¿Qué significa esta fecha en Vórterix?
— La posibilidad de demostrarnos a nosotros mismos que podemos estar a un nivel más alto del que veníamos transitando. De todos modos, cada fecha es un desafío y un nuevo paso para seguir creciendo.
— Sismo, el nuevo disco, se puede adquirir en forma gratuita en todas las plataformas, pero también se le puede poner un precio. ¿Cómo llegaron a esa decisión para la distribución y comercialización?
— Tiene que ver con esta fase de transición en la industria discográfica. Sabemos que el formato físico está en vías de extinción, y muchos de los consumos culturales dependen de esa accesibilidad al material. Y con respecto a los montos, la decisión responde a que hay mucha gente que tiene ganas de apoyar el proyecto. Para nosotros es muy importante porque no se puede vivir sólo del amor al arte, pero también está bueno que quien no puede pagar tenga la posibilidad de escuchar nuestra música.
— ¿Con qué palabra definirías Sismo?
— Diría energía.