Trabajo precario, no registrado, bajos sueldos: trabajo esclavo. Cortenlá, una peli sobre call centers, es un documental o más bien lo calificaría como un film ensayo, realizado por Ojo Obrero. Aborda todas las expectativas y subsecuentes problemáticas que tienen que enfrentar las personas a la hora de conseguir un empleo y particularmente, los eslabones más débiles de la línea de los trabajadores, como los que buscan su primer trabajo, los estudiantes que disponen de pocas horas, las amas de casa que salen después de mucho tiempo al mercado laboral o las personas mayores.
Para hablar de esta película es necesario aclarar que no es un film deslumbrante por su montaje ni por su claridad sino por el mensaje. Esto puede verse en escenas en las que la información es mucha y puede resultar confusa, pero a la vez la misma conlleva una magnitud de denuncia tan grave y es de tal profundidad que todas esas posibles críticas dejan de importar para pasar a concientizarnos sobre lo que de verdad importa: la explotación en el trabajo.
¿Nos preguntamos alguna vez por las condiciones en las que estará trabajando esa persona que tiene que estar toda la jornada atendiendo llamados, muchos de ellos efectuados por personas con ganas de pelearse con la compañía para la que los telemarketers solo trabajan? La respuesta puede ser afirmativa o negativa, pero les aseguro que luego de ver este trabajo, van a pensar cómo tratan al que recibe o realiza el llamado.
«¿Por qué no hay un español atendiendo el teléfono desde esa pizzería? Porque le tenés que pagar en euros. Entonces, es más barato hacer esa triangulación loca y pagarle a un tipo en pesos argentinos. Es muy triste», indicó el realizador de Cortenlá a la cadena estatal Télam. En esencia, la super explotación llevada a cabo por las agencias que venden su servicio de telemarketing a las grandes empresas, busca abaratar costos y toda misión y visión está cruzada por el mismo pilar: sacar el mayor provecho posible dando lo menos que se pueda al empleado. Y lamentablemente las condiciones laborales en los países como Argentina son tan difíciles, sobre todo para los actores sociales que describí al comienzo de esta nota, que ese sueldo bajo que ofrecen a cambio de maltrato y ventas a cualquier costo, termina siendo mejor que no tener nada.
Si hablamos de la trama, la misma cuenta con una ingeniosa forma de presentar testimonios de trabajadores del call centers que explican a la cámara situaciones que les han tocado vivir mientras hablan por teléfono con otros compañeros que a su vez aguardan su turno para contar sus vivencias. Por otro lado, aparecen en medio de esos testimonios conferencias de empresarios dedicados al telemarketing que cuentan a su audiencia los beneficios de tener empresas instaladas en el país y los beneficios que traen a los empleados trabajar en un ambiente “agradable” según su punto de vista.
Los testigos relatan episodios que me impactaron fuertemente, por ejemplo que las ambulancias son moneda corriente en los call centers y que es común encontrar gente llorando en los baños o en los pasillos. Otro punto del documental que me pareció para destacar, entre tantos otros, es que los trabajadores cuentan con un tiempo exacto para ir al baño o comer, y en muchos casos si no regresan para cuando su tiempo se haya terminado, suena una especie de alarma que avisa la situación a los superiores. De más está decir que dentro del film todo esto queda amenizado entre escenas de ficción y animaciones, pero que no impiden ver un entramado que preocupa y al que no hay que hacer oídos sordos.
El film trata temáticas fuertes que tienen que tenernos a todos alerta sobre la realidad que les toca vivir a muchas personas que no tienen más que aceptar lo que les ofrecen. Es una fuerte denuncia a problemas que no se pueden dejar de lado en un país en el que la esclavitud supuestamente fue abolida hace muchísimo tiempo, pero que vuelve a presentarse bajo formas distintas y a escondidas de los ojos del resto de la sociedad en talleres de costura, fábricas o call centers. Mientras ahorrar dinero siga siendo más importante para las empresas que tener trabajadores en condiciones dignas de trabajo, seguiremos enterándonos de casos como este. A menos que algo cambie y muchos empecemos a tomar conciencia de que no puede pasar más.