Un año después del bicentenario de la independencia argentina, la obra escrita y dirigida por Francisco Civit, Republiquetas (1816: año terrible), pone en cuestión si el país que festeja cada 9 de julio este aniversario efectivamente es el mismo que declaró su independencia de España en aquel lejano 1816. Con las impecables actuaciones de Fernando Migueles, Roberto Monzo y Gabriel Yeannoteguy (también co-escritor de la pieza), se plantean algunos interrogantes que nos permiten repensar la historia argentina en clave teatral. La obra puede verse todos los sábados a las 21 hs. en El Kafka Espacio Teatral (Lambaré 866).
¿Qué es lo que festejamos cada 9 de julio? La independencia, dirán muchos. ¿La independencia respecto de quién? Bueno, lógicamente de la monarquía de España, pues por aquella época no éramos más que una colonia del célebre Fernando VII. Pero lo que Civit y Yeannoteguy nos invitan a pensar con su dramaturgia es si esa colonia que osó romper sus cadenas allá por 1816, se parece en algo al mapa político actual que todos conocemos y podemos adquirir en cualquier librería de artículos escolares.
Republiquetas no es la única pieza que propone una dramaturgia historicista por estos días. Hace poco salió en esta misma revista la crítica de Tierra Partida (Marcos Arano), otra obra que nos induce a reflexionar sobre los mitos de la historia argentina y aquellos conflictos permanentes que, de alguna u otra manera, siempre son los mismos aunque se nos presenten resignificados, reversionados, reformulados. En el caso de Republiquetas, el inicio está marcado por un relato histórico pomposo (muy similar a lo que suele escucharse en cualquier clase escolar tradicional) que, conforme avanza la función, va deshilachándose y pierde todo atisbo de sentido. En el mejor de los casos, algo parecido ocurre a lo largo de la vida con los relatos de nuestros maestros más conservadores, y en el momento menos pensado esos castillos de cristal tienden a derrumbarse.
Lo que Civit y Yeannoteguy nos invitan a pensar con su dramaturgia es si esa colonia que osó romper sus cadenas allá por 1816, se parece en algo al mapa político actual que todos conocemos
Las voces autorizadas de esta obra están encarnadas en tres historiadores (interpretados por Fernando Migueles, Roberto Monzo y Gabriel Yeannoteguy), quienes narran frente al público los sucesos más relevantes de este período. Cada uno de ellos tiene una versión diferente de la historia, por lo que se instalará rápidamente una pugna por ese sentido, una lucha a muerte por el relato, una disputa en la que cada quien intentará imponer su verdad como verdad única. ¿Acaso no se trata de eso la historia? Y esa lucha estrictamente académica puede traducirse también al plano dramático, en donde cada actor intentará seducir a la audiencia y capturarla para que se sume a sus filas.
Migueles, Monzo y Yeannoteguy despliegan grandes dotes interpretativas en cada una de sus performances y, pese a que por momentos el planteo de algunas escenas parece generar ciertos vacíos, los actores los completan con sus indiscutibles habilidades. Parlamentos precisos, muy difíciles de memorizar y plagados de datos duros, están perfectamente acompañados por la música incidental en el piano de la mano de Migueles, y también por los elementos utilizados en la puesta. Las imágenes de los personajes históricos (tan ajenos a veces) y el mapa político con los límites actuales (tan distintos a los de aquella Argentina independizada en 1816) cumplen sus funciones, pero tal vez se podría haber pensado en otros caminos creativos para imponer una mayor distancia respecto de los materiales de la clase más tradicional.
Un relato histórico pomposo (muy similar a lo que suele escucharse en cualquier clase escolar tradicional) que, conforme avanza la función, va deshilachándose y pierde todo atisbo de sentido.
Uno de los momentos más altos de la obra es, quizás, el de resolución más sencilla (porque muchas veces en la sencillez también está la contundencia). En una de las escenas de mayor impacto, el personaje de Monzo lee un extenso listado con los nombres propios de todos los presidentes, y Yeannoteguy responde frenéticamente con el gentilicio de la provincia de origen y la categoría de su presidencia: “de facto” o “electo”. En la enumeración está condensada la historia, y ciertamente algunas repeticiones dan escalofríos.
El espectador de Republiquetas tendrá la oportunidad de volver el tiempo atrás y sentirse como aquel alumno que desde su pupitre echaba un vistazo a la historia, aunque, claro, con un espacio mucho más amplio para la discusión, el debate y los múltiples interrogantes que pueden llegar a despertar esta clase de efemérides. Definitivamente, no sólo en Game of Thrones o en el Medioevo hallaremos cabezas clavadas en picas.
Funciones: Sábados 21 hs. // El Kafka Espacio Teatral (Lambaré 866) Línea B de subte
Localidades: entrada general $220 // estudiantes y jubilados $150
FICHA TÉCNICA
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Dirección: Francisco Civit
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Elenco: Fernando Migueles, Roberto Monzo, Gabriel Yeannoteguy
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Texto: Francisco Civit, Gabriel Yeannoteguy
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Luces: Facundo Estol
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Vestuario y Escenografía: Cecilia Zuvialde
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Fotografía: José Miguel Carrasco
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Audiovisual: Basta Estudio
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Diseño Gráfico: Basta Estudio
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Producción ejecutiva: Graciela Barreda, Zoilo Garcés
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Música original: Fernando Migueles, Roberto Monzo, Gabriel Yeannoteguy y Francisco Civit
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Prensa Novello
