“Hay que endurecerse sin perder jamás la ternura” es una de las máximas del Che Guevara a la hora de pensar la revolución. Los poemas de Dylan Resnik retoman esa idea y la transportan al siglo XXI, en donde pensarse por fuera del sistema es tan imposible como inevitable. Con versos breves, punzantes, las escenas se expanden en la cabeza de los lectores hasta encontrar el sentido final y darse cuenta que, como nos sugiere el autor de Revoluciones domésticas (Halley Ediciones, 2023), “en el silencio/ las cosas hablan”.
Sobre el autor
Dylan Resnik es poeta y periodista. Nació en 1997 en la Ciudad de Buenos Aires. Trabaja en AM750 y escribe para Página/12. Revoluciones domésticas (Halley Ediciones, 2023) es su primer libro publicado.
1 – Una visión del mundo
una mirada
dice alejandra
desde la alcantarilla
puede ser
avenida san juan
en la vuelta a casa
los pozos del asfalto
como lagos muertos
que se esquivan
sin ganas sin
puntería sin
la determinación
necesaria
al girar el volante.
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2 – Revoluciones domésticas
I
no es el gas que sale
ni el fuego que sube
es el segundo previo
a que irrumpa el burbujeo
el tímido sonido gutural
de la pava que se anuncia
desde adentro se hace presente
para continuar los rituales
II
el vapor
sale
de la olla de barro
como una bomba
o un truco de magia
vuelve a parir
la esencia del guiso
en un guiño
subvertido
III
separo una por una
las semillas
de amapola
que se pegaron
a la esponja
con la tranquilidad
con la que fusilan
al enemigo
en el paredón
del barrio
IV
a veces pasa
en el silencio
las cosas hablan
susurran su imperativo
de deseo y muerte
como esta mandarina
que en otra vida
quiso ser
gorda y setentista
uzi en mano
ir escupiendo
las semillas
V
de la taza
de la tuca
de mi cabeza
sale humo
todo y arde
tienen la misma
cantidad de letras
igual que dios
y bala.
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3 – Dialéctica
pregunté
si ancla o salvavidas
dijiste boya
alertar peligros
marcar caminos
señalar posiciones
lo que sea
tenemos
un nuevo código
de lectura
que aprender.
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4 – La cocina
mientras con las uñas
agarro estiro
un pedazo
de carne
roja
chorreante
con torpeza
le meto la punta
el filo del cuchillo
el ritual
de las láminas
para milanesa
pensar en la salud
es en vano
la resistencia
de la carne
que cede que se escurre
que escapa al filo
el olor a crudo
en los dedos
que no sale que sigue
a pesar del jabón
nubla las ideas
así sigo
sin entender
la anatomía
la lógica del cuerpo
con la carne
muerta tensa empanada
en la mesa y sus preguntas.
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5 – Purgatorio
le apunté
con el meo
a una mosquita
salió volando
victoriosa
yo también
soy un dios
con mala puntería.
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