En registro documental, el escritor y director de cine italiano Pier Paolo Pasolini recrea la trilogía trágica de Esquilo a partir del reconocimiento de ciertas analogías entre la civilización africana y la civilización griega antigua. Un acercamiento a Apuntes para una Orestíada africana.
por Milena Rivas
Apuntes para una Orestíada africana (1968-1973) fue un proyecto fílmico de Pier Paolo Pasolini a lo largo del cual desplegó múltiples recursos audiovisuales que, lejos de querer representar este continente, buscaban entrar en contacto con él.
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El director italiano articula una reflexión sobre la sociedad contemporánea a través del vínculo entre una cultura irracional primitiva y una cultura racional moderna a partir del reconocimiento de ciertas analogías entre la civilización africana y la civilización griega antigua. Para ello, viaja a la sabana africana y lleva a cabo una búsqueda de gestos, objetos y paisajes inspirada en la trilogía trágica de Esquilo.
El lenguaje de mayor pregnancia del film es la poesía, el vehículo elegido por Pasolini para acercarnos a su sensibilidad. En muchas escenas, se desplaza el significado de un mismo significante para construir metáfora: lo que siempre fue una universidad, ahora puede pensarse como el templo de Apolo; las Erinias, fuerzas naturales monstruosas y vitales y monstruosas destinadas a la derrota, se hacen cuerpo en baobabs colosales en el medio de un gran espacio desértico. Ahora ambas imágenes desbordan de nuevas significaciones.
El lenguaje de mayor pregnancia del film es la poesía, el vehículo elegido por Pasolini para acercarnos a su sensibilidad. En muchas escenas, se desplaza el significado de un mismo significante para construir metáfora
En lo que respecta al coro, piedra de toque de la tragedia griega, Pasolini decide emplazarlo en situaciones concretas, cotidianas: lo distribuye en los gestos reales de los integrantes del pueblo, que encarnan “lo mítico y lo misterioso”.
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Apuntes para una Orestíada africana, de Pier Paolo Pasolini
Cabe destacar la transposición audiovisual que hace el cineasta italiano del momento más alto de la tragedia, la transformación de las Erinias, furias terribles, en Euménides, deidades benevolentes: al final del film, este pasaje se muestra en una secuencia de un casamiento donde observamos una danza extática y visualmente atractiva que hábilmente pone en contacto el ritmo de los antiguos movimientos tribales con la ligereza del baile moderno.
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Este proyecto fílmico, como bien lo indica su título, fue realizado en formato de apuntes, un “estilo sin estilo”. Esta decisión estética responde a un proceso de reflexión activa del director italiano, para quien ningún sentido está cerrado y ninguna elección es definitiva. Toda enunciación es en potencial: Pasolini observa y fotografía rostros, gestos, maneras de caminar y piensa en voz alta que éste podría ser cierto personaje, que aquél es una imagen de otro.
Toda enunciación es en potencial: Pasolini observa y fotografía rostros, gestos, maneras de caminar y piensa en voz alta que éste podría ser cierto personaje, que aquél es una imagen de otro.
Se trata de una producción de ideas y conexiones en tiempo real, un encuentro con el otro, un pensar en movimiento imaginativo, discursivo y musical, fragmentado y montado como representación de esa posibilidad, una entre tantas otras. Aquí no se utiliza tinta y papel para escribir sino la cámara: los apuntes son registrados audiovisualmente en cada encuadre, dominado por el material en bruto que nos acerca y nos pone en contacto directo con los cuerpos del desierto africano.
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