Luego de perder estado parlamentario en tres oportunidades, la Cámara de Diputados finalmente sancionó la nueva Ley de VIH, Hepatitis, Tuberculosis e ITS que marca un nuevo paradigma y una ampliación de derechos respecto de la normativa anterior. ¿Cuáles son los avances? ¿Cómo fue el camino y la reelaboración del proyecto luego de la pandemia de Covid-19? ¿Cómo es el enfoque desde una perspectiva de género interseccional?
El festejo y la emoción que ya había sentido en los alrededores del Congreso pudo repetirse, esta vez por llegar a la meta: luego de su aprobación en el Senado, la Cámara de Diputados aprobó finalmente la nueva Ley de VIH, Hepatitis, Tuberculosis e ITS. El proyecto ya había perdido estado parlamentario en tres oportunidades en 2016, 2018 y, la más reciente, el pasado mes de febrero de 2022. Hasta este momento, la normativa vigente era del año 1990 que si bien en su momento representó un avance fundamental e incluso pionero, se encontraba desactualizada hacía tiempo. En ese momento había otras urgencias y no se contemplaban otros aspectos que tenía que ver por ejemplo con las infancias o las maternidades.
La normativa vigente era del año 1990 que si bien en su momento representó un avance fundamental e incluso pionero, se encontraba desactualizada hacía tiempo. En ese momento había otras urgencias y no se contemplaban otros aspectos que tenía que ver por ejemplo con las infancias o las maternidades.
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“Este cambio, en términos de perspectiva de género, tiene artículos específicos”, cuenta a La Primera Piedra la activista y referente de la Comunidad Argentina de Mujeres con VIH, Mariana Iacono. “Está mencionado en la fundamentación: el parto respetado y la entrega de leche de fórmula hasta el año y medio – las mujeres con VIH tenemos prohibido amamantar -; todo eso es algo que es un logro de avanzada”, agrega. La ley cuenta con un capítulo específico sobre los derechos de las mujeres y personas gestantes con VIH, Hepatitis y/o ITS, garantizando el acceso a la información necesaria vinculada a su salud y a la de su hija o hijo, la atención integral durante el proceso gestacional y el parto y rechazando cualquier forma de violencia obstétrica, incluida la sugerencia de cesárea motivada por el estado serológico de la persona.
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Además, la ley establece el acceso gratuito a la leche de fórmula durante los primeros dieciocho meses, extendiendo el plazo que antes llegaba a los seis. Mariana afirma que la pandemia fue clave para reelaborar la ley focalizando en ciertos aspectos que hasta ese momento no se habían tenido en cuenta: “Ahí fue cuando pudimos prestarle atención al tema de acceso a la leche de fórmula, por muchas compañeras no tenían cómo comprarla o cómo llegar al servicio de salud para buscarla”, recuerda. “Sabiéndonos imposibilitadas de amamantar, esa urgencia nos hizo pensar en ese artículo específico buscando resolver una pandemia dentro de otra, sin acceso a la leche de fórmula y entendiendo que ningún bebé deja de tomar leche a los seis meses”, afirma.
Además, la ley establece el acceso gratuito a la leche de fórmula durante los primeros dieciocho meses, extendiendo el plazo que antes llegaba a los seis. Mariana afirma que la pandemia fue clave para reelaborar la ley focalizando en ciertos aspectos que hasta ese momento no se habían tenido en cuenta.
La pandemia de Covid-19 tuvo un fuerte impacto en las personas con VIH. En Argentina, se evidenciaron faltantes y demoras en los tratamientos antirretrovirales, por ejemplo. Respecto a esto, Mariana relata: “Nos hizo dar cuenta que necesitábamos artículos específicos de protección social, como el tema de la jubilación anticipada y las cuestiones de salud”. La ley promueve la creación de un régimen de jubilación especial de carácter excepcional para quienes transiten VIH y/o hepatitis, así como una pensión no contributiva de carácter vitalicio para quienes se encuentren en situación de vulnerabilidad social. Así, quienes acrediten al menos diez años desde el diagnóstico de la enfermedad y 20 años de aportes jubilatorios, pueden solicitar la jubilación a partir de los 50 años.
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“El virus está entre nosotres hace más de 40 años, necesitábamos una ley actualizada en el marco de derechos humanos con enfoque de género interseccional”, dice Mariana. Como se mencionó en muchas oportunidades, la normativa representa un cambio de paradigma al abandonar un enfoque exclusivamente biomédico, garantizando la atención integral y gratuita independientemente de la cobertura de salud y haciendo énfasis en determinantes sociales y en la eliminación del estigma. Uno de sus puntos es, por ejemplo, la prohibición de la oferta y realización del test de VIH, Hepatitis, TBC e ITS en los exámenes médicos preocupacionales, de forma que ni las pruebas ni ningún resultado sean requisito para el ingreso, permanencia o promoción en los puestos de trabajo. También crea un Observatorio Nacional de Estigma y discriminación con el fin de visibilizar, documentar, disuadir y erradicar las vulneraciones a los derechos humanos de las personas con ITS.
“Como pasaron tantos años y hay mucha información y menos estigma que en los años ‘80 y ‘90 – cuando la cantidad de muertes era mucho más alta que en la actualidad – se piensa que todo está mejor, que se procesó la educación y que la gente discrimina menos y, en realidad, la gente sigue estigmatizando porque no todes tiene acceso a la información y a procesarla», dice Mariana.
“La estigmatización se sigue reflejando como siempre”, afirma Mariana. “En el trabajo en las relaciones sexuales, a la hora de buscar un embarazo, embarazarse o parir, sigue habiendo estigma y siguen interviniendo el patriarcado, el machismo y olas violencias”, agrega. “Como pasaron tantos años y hay mucha información y menos estigma que en los años ‘80 y ‘90 – cuando la cantidad de muertes era mucho más alta que en la actualidad – se piensa que todo está mejor, que se procesó la educación y que la gente discrimina menos y, en realidad, la gente sigue estigmatizando porque no todes tiene acceso a la información y a procesarla. Hay algo que también interviene directamente que es la ideología, el hecho de que una persona peinse las cosas de una manera u de otra: los fundamentalismos y los conservadurismos también intervienen en la reproducción del estigma”.