El aborto en Estados Unidos es un tema central en la política desde hace décadas. Antes de que Ronald Reagan y George H.W. Bush llevaran adelante algunas de las campañas más grandes de la historia del país en contra de este derecho hubo una época en que actuaron a favor. ¿Qué fue lo que pasó en el medio? ¿Cómo llegó el aborto a convertirse en un eje central de las campañas electorales? ¿Qué tiene que ver esto con lo que está pasando en la actualidad? (Foto: Jeff Roberson/ AP)
Cuando en 1989 George H.W Bush asumió como presidente de Estados Unidos, una parte de la opinión pública estaba convencida de que estaría a favor del aborto. Durante su tiempo como legislador en la década del ‘70, había sido conocido por apoyar el acceso a métodos anticonceptivos y, en los ‘80, se había declarado públicamente en contra de cualquier enmienda que prohibiera la interrupción del embarazo. Pero cuando llegó a la Casa Blanca la situación cambió. Muchas de sus políticas estuvieron destinadas a anular el derecho de las mujeres y personas gestantes a decidir, entre ellas el nombramiento de jueces conservadores en la Corte Suprema que es donde, en última instancia, este retroceso podría hacerse realidad.
Algo similar había pasado con Ronald Reagan cuya elección presidencial en 1981 constituyó una clave para modificar el sistema político y, en especial, las acciones del conservadurismo. Él también se comprometió a terminar con el aborto bajo una bandera de campaña que hablaba de “Una nación bajo Dios”, mientras proclamaba el despertar de una “América religiosa”.
Algo similar había pasado con Ronald Reagan cuya elección presidencial en 1981 constituyó una clave para modificar el sistema político y, en especial, las acciones del conservadurismo. Él también se comprometió a terminar con el aborto bajo una bandera de campaña que hablaba de “Una nación bajo Dios”, mientras proclamaba el despertar de una “América religiosa”. Hacía catorce años que el estado de California había sancionado una de las leyes más progresistas para la época permitiendo el aborto terapéutico en caso de que hubiera peligro para la salud física o mental o de que el embarazo fuera producto de violación. Regan fue quien había puesto la firma. Como gobernador republicano, impulsó a otros estados del mismo partido a promulgar normativas del mismo estilo. Para 1970, Nueva York incluso permitió el aborto durante los dos primeros trimestres sin que la persona que lo solicitara tuviera que dar ninguna clase de explicación.
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¿Por qué el cambio? ¿Qué fue lo que pasó en el medio? La respuesta se puede rastrear en las líneas anteriores. Mucho más que en otros países, en Estados Unidos el aborto llegó a ser un tema central en la política que ha perdurado por décadas, con un peso tal que elecciones a numerosos cargos estatales dependen de la posición a favor o en contra del mismo. En los ‘70, al momento de abrirse las primeras clínicas destinadas a practicar abortos, grupos religiosos habían organizado una fuerte avanzada, pero fue a fines de la década cuando el el tema se volvió central en sus agendas, convirtiéndose en su argumento central para alcanzar sus aspiraciones políticas y logrando amasar así una cuota de poder de dimensiones antes inimaginables.
En los ‘70, al momento de abrirse las primeras clínicas destinadas a practicar abortos, grupos religiosos habían organizado una fuerte avanzada, pero fue a fines de la década cuando el el tema se volvió central en sus agendas, convirtiéndose en su argumento central para alcanzar sus aspiraciones políticas y logrando amasar así una cuota de poder de dimensiones antes inimaginables.
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Esto es lo que se explica en el documental Reversing Roe (2018), dirigido por Ricki Stern y Annie Sundberg, que en un recorrido a través de la historia del derecho al aborto en Estados Unidos habla también de la figura de Jerry Falwell. Pastor evangelista ultraconservador, encontró en el aborto una causa que llevó a una masa de votantes religiosos – hasta ese momento electoralmente inactivos – a presentarse en las urnas, y en Ronald Reagan, un político que podría llevar adelante una agenda conservadora. Mayoría Moral, la organización que fundó y lideró durante ocho años, y que llegó a tener cuatro millones de afiliados, no solo representó a la derecha cristiana durante los ‘80, sino que fue también quien le concedió a Reagan el apoyo electoral que le permitió una cómoda victoria. A partir de ese momento, el poder del conservadurismo religioso fue indiscutido y su influencia en las siguientes elecciones, determinante.
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¿Que está pasando hoy en día?
Este es el contexto necesario para comprender lo que está pasando en la actualidad con la intención de la Corte Suprema de Justicia de retroceder en materia de derechos para mujeres y personas gestantes. A fines del pasado mes de abril, la publicación estadounidense Político filtró un borrador de un documento de la Corte Suprema en el que se refleja la intención de revocar el fallo Roe vs. Wade, jurisprudencia que en 1973 permitió legalizar el aborto en todo el país e incluirlo en el derecho a la privacidad, protegido a su vez por la decimocuarta Enmienda de la Constitución.
El fallo Roe vs. Wade fue un hito de suma importancia que sin embargo no tiene el carácter de ley federal, lo que implica que cada estado puede decidir su aplicación y lo que en la práctica se tradujo en numerosos intentos de regular en contra del mismo.
Fue un hito de suma importancia que sin embargo no tiene el carácter de ley federal, lo que implica que cada estado puede decidir su aplicación, algo que en la práctica se tradujo en numerosos intentos de regular en contra del mismo. Muchos de esos casos llegaron a la Corte Suprema y, en cada ocasión, su decisión de ratificar o no el fallo de 1973 es lo único que separa al aborto de la ilegalidad. Algo que puede cambiar de un momento para el otro, dependiendo de la composición de la Corte.
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El borrador de la decisión que discute actualmente la Corte surge del caso Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization, cuyos alegatos fueron escuchados en diciembre de 2021. Trata sobre la constitucionalidad de una ley sancionada en el estado de Mississippi en 2018, que prohíbe el acceso al aborto después de quince semanas de gestación, excepto en caso de emergencia médica o de anomalía fatal. Luego de promulgada la ley, la única clínica del estado que realiza abortos presentó el caso ante la corte federal que falló a su favor y suspendió la normativa. El estado de Mississippi luego apeló el caso ante la Corte Suprema, que en mayo de 2021 decidió revisarlo para tomar una decisión más general sobre la inconstitucionalidad de las prohibiciones de los abortos, poniendo en tela de juicio la jurisprudencia de 1973.
“Roe estaba descaradamente equivocado desde un principio”, dice el borrador, redactado por el juez Samuel Alito con el apoyo de al menos cuatro de seis miembros conservadores de la Corte. “Es hora de respetar la Constitución y devolver la cuestión del aborto a los representantes electos del pueblo”, agrega.
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“Roe estaba descaradamente equivocado desde un principio”, dice el borrador, redactado por el juez Samuel Alito con el apoyo de al menos cuatro de seis miembros conservadores de la Corte. “Es hora de respetar la Constitución y devolver la cuestión del aborto a los representantes electos del pueblo”, agrega. El Tribunal está conformado en total por nueve magistradas y magistrados. A lo largo de la historia, sus nombramientos por parte de cada presidente electo han sido una pieza clave para los casos en los que se ha discutido el aborto. La puja por aumentar la proporción conservadora del Tribunal se convirtió en un determinado punto en objetivo y promesa de campaña de quienes han batallado en contra de este derecho.
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¿Qué pasó después de Roe vs Wade?
En 1970, Norma McCorvey tenía 22 años, cursaba su tercer embarazo y quería abortar. Pero en el estado de Texas, donde vivía, el procedimiento era un delito excepto en caso de riesgo de vida de la persona gestante. Recurrió entonces a dos abogadas del condado de Dallas, Sarah Weddington y Linda Coffee, que la representaron en su demanda contra el estado. McCorvey no quería figurar con su verdadero nombre, por lo que decidieron que figuraría como Jane Roe (una versión alternativa de “John Doe”). Wade era el fiscal de distrito del condado. Para cuando la Corte Suprema se expidió sobre el caso, McCorvey ya había llevado su embarazo a término, pero el fallo sentó las bases de un hecho histórico para el país, reconociendo que el derecho a la privacidad “es lo suficientemente amplio como para incluir la decisión de una mujer de interrumpir o no su embarazo”.
Para cuando la Corte Suprema se expidió sobre el caso, McCorvey ya había llevado su embarazo a término, pero el fallo sentó las bases de un hecho histórico para el país, reconociendo que el derecho a la privacidad “es lo suficientemente amplio como para incluir la decisión de una mujer de interrumpir o no su embarazo”.
El Tribunal llegó a esta decisión analizando un conjunto de precedentes judiciales que determinaron que el estado no puede intervenir en decisiones personales respecto a la procreación o el matrimonio, por ejemplo. Uno de ellos fue el caso Griswold contra Connecticut de 1965, una apelación a la condena penal aplicada al director de Planned Parenthood de dicho estado por entregar anticonceptivos a parejas. El fallo Roe convirtió las leyes en contra del aborto en diversos lugares del país en inconstitucionales, lo que no impidió que desde diferentes estados se intentaran aprobar normas que restringieran el derecho. Desde ese momento y hasta la actualidad, la Corte tuvo que expedirse en varias ocasiones sobre estas leyes, resultando en ciertos obstáculos que representaron retrocesos respecto de las bases sentadas en 1973.
Los más significativos se dieron el caso Planned Parenthood vs Casey de 1992, a partir de restricciones al aborto en el estado de Pennsylvania. Con Roe, se establecían marcas trimestrales: durante los primeros tres meses de embarazo el Estado no podía intervenir en la toma de la decisión sobre el aborto; después del primer trimestre, el Estado podía regular el aborto en el “interés de la protección de la salud” de la persona gestante y; después de la viabilidad, en el último trimestre, el Estado puede regular, e incluso prohibir el aborto. A partir de Casey se mantuvo el aborto protegido como parte de un derecho a la privacidad pero se estableció como única demarcación para la intervención del Estado la viabilidad del feto (semana 23): a diferencia de Roe, antes de ese momento el aborto puede ser regulado de acuerdo a las consideraciones de cada estado siempre y cuando no ejerza una “interferencia indebida”, es decir no obstaculice a propósito la práctica del aborto, algo dificil de probar judicialmente.
A partir de Casey se mantuvo el aborto protegido como parte de un derecho a la privacidad pero se estableció como única demarcación para la intervención del Estado la viabilidad del feto (semana 23): a diferencia de Roe, antes de ese momento el aborto puede ser regulado de acuerdo a las consideraciones de cada estado
Esto llevó a que se aprobaran numerosas restricciones y que cerraran gran cantidad de clínicas alrededor del país, dejando menos posibilidades para mujeres y personas gestantes de menos recursos. Un retroceso que sin embargo marcaba la antesala de lo que vendría: intentos que no cesaron de atacar derechos conquistados hace décadas. Cada cambio en la Corte Suprema a favor del ala conservadora y cada caso que llega hasta el Tribunal sobre el aborto ponen en peligro algo que en algún momento se consideró saldado.