Con una escritura en formato diario, en donde la mixtura entre prosa y verso crea un ritmo entre desafiante y prolijo al mismo tiempo, Cynthia Langier logra en El ojo retrovisor (Griselda García Editora, 2021) un libro híbrido y seductor. La vida cotidiana como un baúl infinito de epifanías e imágenes desde las cuales se puede expandir el sentimiento de la ternura a la furia.
Sobre la autora
Cynthia Langier nació en Villa Crespo, Buenos Aires, en 1971. Es psicoanalista y ejerce su profesión desde 1995. Realizó la formación en Escritura Narrativa en Casa de Letras, además de talleres de lectura y poesía con Margarita Roncarolo, Osvaldo Bossi, Laura Wittner, Mauro Lococo y Griselda García. En 2016 publicó Y la gata se relame (Modesto Rimba). Formó parte del proyecto colectico foto-libro Postales de cuarentena en 2020.
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1 –
Ayer anduvimos en bicicleta
tengo una bicicleta que L. me regaló cuando
cumplí cuarenta y dos,
pero estrené aayer porque a los cuarenta y dos
enfermé.
Usé mucho tiempo un caso para protegerme la
cabeza rota
y como casi todo se resignifica en esta vida, ese
casco muy aparatoso que parece de yoqueta,
ahora me sirve para lo que comúnmente sirven
los cascos; entonces inauguré casco y bici.
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2 –
Una mañana recordás que sos finita
nada raro: llevás a tu hijo a sacar la Sube y como
terminan pronto el trámite se van caminando
por un lugar desconocido que llega a un bulevar
que te encanta con jacarandas y flores rosas.
Invito a Pe a desayunar; él encuentra un bar que
le gusta y se sienta en una mesa de afuera.
El sol de las primeras horas nos da en la cara y el
mundo es perfecto mientras eso dura.
Él pide la chocolatada fría de siempre, vos la
limonada de menta con jengibre y comparten
una medialuna rellena.
El tiempo se inventa cada vez
o se pierde.
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3 –
Nosotras jugamos con las palabras
recién le pedí a L. que me regale una palabra:
prisma, me dijo.
Quiero escribir la palabra prisma pero me viene
catalejo o espejo de colores.
Un día me regaló un caleidoscopio, otra vez un
reloj de arena y una brújula.
Yo le hice cuadernos artesanales cosidos a mano
con tapas brillantes, hilos de seda y hojas rústicas.
Las cosas más lindas que hago se las regalo.
Creo que de a poco voy a ir dando todo.
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4 –
No me gustan las fotos donde la gente se pone de
risa a la cámara, me dan una nostalgia anticipada
ahí nomás viene a mi memoria papá, diciendo
respecto de las fotos:
cada vez son más los muertos que me sonríen.
Prefiero las fotos espontáneas que capturan
expresiones, emociones en movimiento
emociones vivas.
Las sonrisas dedicadas a la cámara están
destinadas a dar tristeza.
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5 –
Ando muy molesta
nada me viene bien porque lo quisiera es
algo que nisiquiera puedo identificar.
Como si necesitara estar así, permitirme esto;
me siento furiosa.
Quiero salir a romper todo y gritar, pero me
tengo que organizar y organizarme con los demás.
Eso. Tengo que organizar la furia.
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