Año nuevo, desafíos viejos. El Gobierno Nacional afronta tiempos claves entre escenarios favorables y contrarios. En el medio, una crisis económica y sanitaria que no da tregua. Las negociaciones con el FMI y una derecha reaccionaria que crece, algunos de los grandes retos del 2022.
Por Ignacio Martínez*
Apenas pasaron dos años y menos de un mes desde la asunción de Alberto Fernández como presidente en diciembre de 2019. Sin embargo, tras tres años de recesión y uno con una pandemia incluida, el tiempo parece ser poco y mucho a la vez. Y en el comienzo del 2022, los desafíos políticos, económicos y sociales tienden a ser muy similares a los del año pasado.
No obstante, el atenuante de las deficientes Elecciones Legislativas 2021 condujo a que el Gobierno Nacional se replateara ciertas decisiones y nombres propios de su gabinete. Por caso, el nombramiento del ex Gobernador de la Provincia de Tucumán, Juan Manzur, como Jefe de Gabinete y reemplazando a Santiago Cafiero, ahora Ministro de Relaciones Exteriores.
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Si bien estas Elecciones Legislativas no fueron catastróficas, han sido un fuerte llamado de atención de una parte de la sociedad al Gobierno Nacional. Sectores que, cansados de monótonas fórmulas políticas y económicas, sumado a la debacle de la clase media post cuarentena estricta, han dado el visto bueno a los candidatos más derechizados de la política argentina.
Sectores que, cansados de monótonas fórmulas políticas y económicas, sumado a la debacle de la clase media post cuarentena estricta, han dado el visto bueno a los candidatos más derechizados de la política argentina.
Y por si fuera poco, reaparecen en escena política viejos conocidos de la gestión macrista, como Hernán Lacunza, Nicolás Dujovne y Alfonso Prat-gay, entre otros encargados de realizar un ajuste macroeconómico casi sin precedentes y sin beneficios fácticos en el balance fiscal: una toma de deuda externa de 44 mil millones de dólares y una inflación del 48% tan sólo en 2018.
De manera que el escenario 2022 es adverso en dos aspectos para el gobierno de turno. En primer lugar, debido a que el desafío principal es generar una estabilidad económica que depende en gran parte del acuerdo con el FMI en marzo de este año, algo que se vaticina desde 2020 y aún no se concreta. Y en segundo lugar, por tener que generar un consenso político con todo el arco opositor en medio de una puja presidencial de cara al 2023. No será imposible, aunque para nada sencillo.
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Alberto Fernández y Gobernadores de todo el país. Foto: Frente de Todos.
El escenario favorable para el Gobierno
Pese a la crisis arrastrada de la gestión anterior, las consecuencias de la pandemia y los desaciertos propios, la industria –automotora y constructora- refleja mejoras significativas en el nivel de actividad. Para octubre y noviembre del 2021, se registró una expansión y un crecimiento interanual de 8,3% y una progresión de casi 38% desde enero. Además, en el 3er trimestre del año pasado, la economía se expandió un 17,9%.
Una parte fue gracias a la ocupación de la actividad turística, que, fomentada con el plan Previaje, contribuyó a que la temporada de turismo nacional sea récord en este año, a pesar de las complicaciones sanitarias de la pandemia. Al sector turístico se le suman exportaciones récord a Brasil como en 2013, un crecimiento sostenido de la actividad económica producto de las flexibilizaciones (Argentina ocupa el tercer puesto en términos de crecimiento a nivel latinoamericano respecto a la prepandemia), 4 meses seguidos de expansión en el consumo y una recaudación en alza desde hace 15 meses.
En materia del manejo de la pandemia, el gobierno ha avanzado a gran escala con el plan de vacunación ubicando a Argentina en el puesto 22 a nivel mundial con 76 millones de dosis distribuidas
Estos argumentos juegan a favor en un hipotético acuerdo en el pago de la deuda externa con las autoridades del Fondo Monetario Internacional, quienes, a su vez, reconocieron en diciembre del año pasado que “hubo un avance en el trabajo técnico entre la delegación argentina y el equipo del FMI”.
Y por otro lado, en materia del manejo de la pandemia, el gobierno ha avanzado a gran escala con el plan de vacunación ubicando a Argentina en el puesto 22 a nivel mundial con 76 millones de dosis distribuidas y logrando que 32 milllones habitantes tengan al menos dos dosis. Este panorama le juega muy a favor, considerando que la variante ómicron del Covid-19 es altamente contagiosa, pero no mortal gracias a las vacunas aplicadas.
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El escenario adverso para el Gobierno
En términos de popularidad, Alberto Fernández comenzó su mandato gestionando una pandemia histórica y sin precedentes de buena forma. La imagen de él junto a Horacio Rodriguez Larreta y Axel Kicillof, daban una esperanza de consenso frente a semejante crisis. Sin embargo, tras una cuarentena erróneamente excesiva, el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fue políticamente astuto y se distanció del presidente a tiempo.
Por lo tanto, el costo político lleva sólo el rostro de Fernández, y con él, las consecuencias económicas de las restricciones que le costaron a la clase media y baja sus empleos. Hoy, la pobreza supera el 40% (incluso es más que en 2001).
También, aunque desacelerada, la inflación es otro problema que el Gobierno aún no puede resolver: más del 50%. Con este número, la política de Precios Cuidados contribuye pero no es netamente suficiente, con lo que Martín Guzmán deberá repensar otra política de contención macroneconómica para que su proyección del 33% inflacionario para finales del 2022 se lleve a cabo.
el costo político lleva sólo el rostro de Fernández, y con él, las consecuencias económicas de las restricciones que le costaron a la clase media y baja sus empleos. Hoy, la pobreza supera el 40% (incluso es más que en 2001).
Párrafo aparte merece el tipo de cambio. El dólar ha variado enormemente entre la divisa oficial y el mercado paralelo, siendo una brecha de más del 100%. Mientras el dólar oficial cuesta $107,75 (se le debe sumar los impuestos), el blue cotiza a $208. Aunque menos volátil que a finales del 2020, la disparada no cesa y la salida del cepo es casi inverosímil si se quiere mantener al BCRA con reservas.
inalmente, es imprescindible mencionar que el Presupuesto del 2022 no fue aprobado en el Congreso Nacional por no haber quórum suficiente por parte de la oposición. Excusada, los argumentos en contra del Gobierno Nacional fueron, según Mario Negri, presidente del bloque opositor que “si Máximo Kirchner no hablaba, el presupuesto pasaba a comisión”. En consecuencia, el gobierno tuvo una derrota en términos fiscales.
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El desarrollo de la pandemia, uno de los grandes desafíos del 2022. Foto: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Año bisagra
Si bien en 2023 hay Elecciones Presidenciales, este año será fundamental para que el FDT logre encaminar sus aciertos y sumar adeptos a un partido que se ha visto golpeado en el Congreso Nacional. Lejos de pronósticos e inconexas encuestas, el Gobierno Nacional deberá mejorar su imagen para deambular en un escenario adverso compuesto por una cansina crisis sanitaria y económica. Pero además, tendrá que vérselas y acordar con una oposición beligerante que sabe que el camino a las presidenciales del 2023 está a mitad de recorrido.
Pero en el medio de la rosca política, están las necesidades de una población que también siente los defectos políticos sin benevolencia. El guante del “hartazgo” con la clase dirigencial argentina siempre es recogido por la ultraderecha, y eso se ha hecho notar en las urnas. Actualmente, el Congreso muestra caras nuevas, pero contiene también ideas neoliberales cuyas recetas son bien conocidas por los gobiernos de ajuste y empobrecimiento.
Lejos de pronósticos e inconexas encuestas, el Gobierno Nacional deberá mejorar su imagen para deambular en un escenario adverso compuesto por una cansina crisis sanitaria y económica
Con respecto a su población, el Gobierno no deberá tambalear y tendrá que contener una sensibilidad necesaria para afrontar la crisis actual, tomando medidas que atiendan a los sectores más vulnerables, y sin abusar de la política de contención social. Y en simultáneo, tendrá un año a prueba para ser capaz de no ceder terreno de cara a las Presidenciales del 2023, con fortaleza económica y audacia política.
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Por Ignacio Martínez* / @Nachoam91
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