Se acerca navidad y, ¿qué mejor regalo que un libro? Dos historias enlazadas por y para las infancias (más algunas yapas): Luisa, la infancia de Bigudí (Limonero, 2021) de Delphine Perret y Así es mi mamá (Fondo de Cultura Económica, 2021) de Gabriela Burin. La amistad, la maternidad y los estereotipos en libros para leer junto a chicas y chicos y construir nuevas miradas posibles.
Por Julieta Blanco*
Luisa, la infancia de Bigudí (Limonero, 2021), de Delphine Perret, continúa la historia de “Bigudí” (Limonero, 2015) recreando su infancia en el campo y su mudanza a la gran ciudad. Para quienes todavía no la conocen, Bigudí narra la vida de una mujer adulta que sufre la pérdida de su mascota, su gran compañero, su perro Alfonso. Así, su mundo cargado de risas y colores, se empieza a teñir de gris y soledad.
Pero un día, un hecho inesperado hace que esta señora alegre y con una vida social muy activa recupere sus ganas de salir al mundo. Bigudí habla de la pérdida pero por sobre todo, habla de la amistad trayendo una representación novedosa, distinta de una mujer adulta. En esta oportunidad, con Luisa conocemos un poco más de esta señora que alguna vez fue una niña; una niña de pelo lacio con dificultades para adaptarse a la ciudad hasta conocer a una compañera de clase que le compartió su mundo para transformar el suyo.
Bigudí narra la vida de una mujer adulta que sufre la pérdida de su mascota, su gran compañero, su perro Alfonso. Así, su mundo cargado de risas y colores, se empieza a teñir de gris y soledad.
Así es mi mamá (Fondo de Cultura Económica, 2021), de Gabriela Burin, narra la historia de una madre desde la mirada de su hija. Una madre única, especial, como cada madre que configura sus propias recetas para ejercer esa tarea tan difícil y tan observada como es la de maternar. Esta niña relata a su mamá con precisión. La explora y la descubre en todos sus movimientos. “Mi mamá es única en su especie. Podría estar exhibida en un museo”. Con esta frase empieza esta historia que van a querer llevarse a todos lados.
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Las fiestas e historias para compartir con los más chicos
La literatura puede cumplir innumerables funciones en la vida de las y los lectores, pero hay una que puede ser la más interesante y es la posibilidad de ampliar la mirada, de conocer otros lugares, otras culturas, tantas otras realidades. Al respecto y sobre la posibilidad de promover nuevas miradas en la literatura para las infancias, la escritora Liliana Bodoc decía:
“Cuando se abre el debate sobre si universalizar la literatura o regionalizarla, yo siempre digo que es necesario que los chicos tengan una literatura que hable como ellos, de sus lugares, de sus costumbres. Una literatura que los referencie. Pero así como es importante que exista una literatura “espejo” también debería, en la medida de lo posible y de los tiempos con los que se cuentan, que haya una literatura “ventana”, que les permite ver o pensar otras realidades. Desde mi punto de vista, entiendo que siempre hay que priorizar la literatura regional, los autores propios; pero a su vez, dejar el espacio al otro, a la diversidad. Al fin de cuentas la literatura también es eso, la aceptación de otros mundos posibles”. Leer con todo- Plan Nacional de Lectura-2015
Así es mi mamá, de Gabriela Burin, narra la historia de una madre desde la mirada de su hija. Una madre única, especial, como cada madre que configura sus propias recetas para ejercer esa tarea tan difícil y tan observada como es la de maternar.
Entre la literatura espejo y la literatura ventana, ambos libros nos traen propuestas para reflexionar sobre la importancia de la amistad, los distintos modelos de la maternidad y sobre todo, nos abren las puertas para pensar que existen muchas otras representaciones posibles.
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Yapa navideña: otras historias para abrir otros mundos
Héctor, un hombre extraordinariamente fuerte (Pipala, 2018) de Magali Le Huche: narra la historia de Héctor, un hombre que muestra su fuerza en un circo pero que por sobre todas las cosas ama tejer al crochet. Una historia para derribar estereotipos de un soplido.
Edelmira Latele (Quipu, 2017) de Adela Basch: cuenta la historia de Edelmira, una mujer obsesionada con la televisión a tal punto que de su cabeza le salen antenas. Esta historia cuestiona como muchas veces se toma como verdad aquello que vemos o escuchamos en los medios sin capacidad crítica o reflexiva. “Para Edelmira todo lo que se ve por pantalla es la realidad y el resto no existe ni por casualidad”.
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El vestido de mamá (Criatura editora, 2011) de Dani Umpi: cuenta la historia de un niño que está fascinado con el vestido verde de su mamá. Tal es así que un día decide salir a jugar con eso puesto, a escondidas de sus padres y se encuentra con la risa burlona de sus amigos. Esta historia reflexiona sobre los prejuicios y los estereotipos de género abriendo las puertas para preguntarnos y promover la libertad de juego y expresión de las infancias.
De familia en familia (Iamiqué, 2018) de José Nesis y Paula Szuster: armado como una especie de cuaderno o carpeta viajera, esta historia es en verdad muchas historias. Son las historias de distintas familias (cada una ilustrada por un ilustrador distinto) para dar cuenta de la diversidad de modelos familiares y reflexiona sobre los roles y cuestiones de género.
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