En esta ocasión, historias marcadas por la tragedia y la propia casa como espacio de peligro: Las primas (Tusquets, 2020) de Aurora Venturini y La tiranía de las moscas (Barret, 2021), de Elaine Vilar Madruga. ¿Hay que amar a los familiares a cualquier costo?, ¿puede ser la familia el lugar donde habite lo trágico y lo tenebroso? Estas preguntas se aparecen en ambos textos y se instalan punzantes, como una invitación a desnaturalizar una de las instituciones más tradicionales de la historia: la familia.
Por Julieta Blanco
Las primas (Tusquets, 2020) de Aurora Venturini relata la historia de Yuna y su familia disfuncional. Una casa de mujeres rotas, invadidas por la soledad y el infortunio. Un padre abandónico, una hermana enferma, una madre desamorada forman el universo de Yuna, una joven que logra hacerse camino en las artes plásticas y sortear las dificultades que, según ella, la convirtieron en una mujer fuera de lo común.
No éramos comunes por no decir que no éramos normales. (…) Pobre Betina. Error de la naturaleza. Pobre yo, también error y más aún mi madre que cargaba olvido y monstruos. (…) A veces pienso que somos un sueño o una pesadilla cumplida día a día que en cualquier momento ya no será.” Las primas (Tusquets, 2020) de Aurora Venturini
La tiranía de las moscas (Barret, 2021) de Elaine Vilar Madruga retrata la historia de una familia integrada por un matrimonio y tres hijos. Cada uno de los integrantes del grupo familiar cuenta con una particularidad. El padre, general caído en desgracia, despliega y reproduce su formación militar dentro de la casa. El enemigo puede estar en cualquier parte y pareciera que sobre todo, puertas adentro.
Es probable que esta familia no merezca la salvación. (…) Cada familia es diferente y rara a su manera, pero la nuestra se llevó la medalla de oro en la competencia olímpica de la disfuncionalidad”. La tiranía de las moscas (Barret, 2021) de Elaine Vilar Madruga
La madre, mantiene sesiones de terapia con sus hijos, interrogándolos para intentar entender a esas tres criaturas que ella misma trajo al mundo, pero le son completas desconocidas. Los hijos, Casandra, Caleb y Calia, culminan el exótico árbol genealógico. Casandra se enamora de objetos, Caleb es el elegido para que los animales se suiciden a sus pies, “como una tumba abierta” y Calia, una niña de tres años que solo se expresa a través de sus dibujos que son verdaderas obras de arte.
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Ambas novelas vienen a cuestionar y desnaturalizar a una de las instituciones más tradicionales: la familia. En ambos relatos, y si bien al principio cae como lugar seguro, pasa a convertirse en un escenario amenazante donde la tragedia y el morbo se hacen lugar. En este sentido, la literatura toma un concepto del psicoanálisis muy interesante: el de Unheimlich o extrañeza inquietante. A partir de esta idea, se habilita a pensar cómo lo conocido, lo familiar puede volverse extraño, perturbador o incluso insoportable.
Bien lo saben los hombres poderosos: el ejercicio del amor siempre va acompañado del miedo. Amamos a lo que tememos, y viceversa. (…)No tuve que mirar dos veces a los ojos de mi hermano para saber lo que ya había deducido unas semanas antes: Caleb y yo teníamos un enemigo en común. Y ese enemigo en común era el hombre de las medallas, papá. (…) En nuestro pequeño país llamado casa se había iniciado la revolución”. La tiranía de las moscas (Barret, 2021) de Elaine Vilar Madruga
La voz de la narración es otro de los recursos interesantes de ambos textos. En Las primas, Yuna toma la palabra y relata su historia con momentos de reflexión sobre su propia capacidad de salir adelante. En primera persona y con interlocuciones directas a los lectores, la protagonista, narra con un tono descarnado, sin huirle a lo escabroso ni al humor. Una de las particularidades presentes en la escritura de esta novela es el registro de la oralidad. Así, como una especie de lectores y oyentes a la vez, compartimos las minucias de esta anti-heroína que busca palabras nuevas en el diccionario y las cuenta, para hacernos testigos de sus desdichas y sus logros.
Creo que el diccionario me beneficia, creo que salvaré dificultades que antes creí insalvables y no cuento lo que guardo in mente y es que si salgo del todo de mis minusvalías iré a vivir sola porque tanta gente cansa y yo veo en profundo tanto como hablo en superficial y lo que veo en profundo no me gusta y desde lejos me dolerá menos o no me importará porque cada minuto me alejo más y más de lo que llaman familia y cada minuto me tengo más en cuenta.”. Las primas(Tusquets, 2020) de Aurora Venturini
En La tiranía de las moscas, la narración altera entre la primera y la tercera persona. Cuando se trata de la primera es bajo la voz de Casandra, la hija mayor, testigo consciente de una familia al borde del abismo. La protagonista también comparte reflexiones sobre sí misma con el lector, interpelándolo a seguir la historia y comprender su tragedia.
De esta manera, los dos libros son atravesados por grandes interrogantes: ¿la familia es siempre un refugio?, ¿cómo se rompe aquello que debe ser inquebrantable? Cuestionadoras, incómodas, divertidas, Las primas y Las tiranías de las moscas proponen dos historias para repensar, entre tantas otras cosas, las estructuras del poder y los vínculos intrafamiliares. Absolutamente fascinantes entran, sin dudarlo, en la categoría de lecturas impostergables.