La voz de Legna Rodríguez Iglesias trasmite la calidez y la incertidumbre de un cuerpo que siente y se manifiesta, junto a la templanza de una mente que ordena el mundo y extrae imágenes de manera constante. En ese sentido, la relación con el entorno, con los distintos tipos de rocas, son una manera de manifestar al yo poético a lo largo de Chupar la piedra (Entre Ríos ediciones, 2021), un poemario que se divide en cuatro partes y que todas llevan el nombre de clases de piedras: ígneas, calizas, comunes y metamórficas. Otra curiosidad es que en cada una de esas divisiones, los poemas repiten sus títulos, dando paso a cuatro versiones de un mismo texto.
Sobre la autora
Legna Rodríguez Iglesias nació en Camagüey, una ciudad situada en el centro-este de Cuba, en 1984. Es una autora muy prolífica y que se mueve entre distintos géneros, como el cuento, la novela, el teatro y claro, la poesía. Algunos de sus libros son: Qué te sucede, belleza; Mi pareja calva y yo vamos a tener un hijo; Mi novia preferida fue un bulldog francés, entre otros. Además, obtuvo distintas distinciones como el Premio Centrifugados de Poesía Joven en España en 2019, el Paz Prize, otorgado por The National Poetry Series en 2016, el Premio Casa de las Américas en teatro y el Premio Iberoamericano de cuentos Julio Cortázar en 2011. Chupar la piedra (Entre Ríos ediciones, 2021) es el primer libro publicado en el país.
(Te puede interesar: Mella: cinco poemas de Priscilla Callajes)
1 – Chupar la piedra
Al citrino lo cupo con cuatro lenguas
la lengua de la palabra
la lengua de la salud
la lengua del frenesí
y la lengua del conocimiento
aparentemente una de las lenguas
está dividida en dos
tampoco la mandarria tritura al lapislázuli
por el contrario
lo quiebra dulcemente y le da poderes húmedos
le da el don de los sueños
el don de la tierra
el don de las ciudades con límites y flora
nadie ve al lapislázuli debajo de mí
nadie me ve
por eso no la he chupado
aunque sé que la venturina tiene sabor a oxígeno
a mi carente oxígeno
me falta eso que las muchachas llaman habilidades
no soy habilidosa pero soy amorosa
y el amor es señal de sabiduría.
(Te puede interesar: “Fiesta equivocada”: cinco poemas de Lucía Carvalho)
2 – Nudo
¿Cómo se llamará mi cabeza
si en vez de retratarse con un lazo
se retrata entre dos ojos
que podrían ser dos ejes
que podrían ser dos piedras abrazándose en el bosque?
una voz desconocida me nombrará en la penumbra
mientras camino confiada
por la carretera
pero esa voz me da vértigo
las piedras me dan el vértigo más insoportable
de la modernidad
todo vino en un mismo paquete:
el lazo
mi cabeza
el vértigo y el nombre
cómo se llamará tu cabeza
si en vez de retratarse bajo un puente
se retratara con un lazo?
(Te puede interesar: Manejo integral de residuos: cinco poemas de Nicolás Meneses)
3 – Los caminos
A través de un pórtico que hay en la cama
un pórtico entre yo y el resto
sin ninguna palabra para abrirlo
se ven cosas
cuando el pórtico se abrió
solo
tentándome a tomarme el agua
ni siquiera el hedor de mis sucios cabellos
o la pena haciendo gárgaras conmigo
y la mano derecha más derecha hacia abajo
lograron desentumecer las sombras
que me cubrían.
(Te puede interesar: Estado de sitio: tres poemas de Elvira Hernández)