Diario pinchado (Entropía, 2020), de Mercedes Halfon, y Personas que lloran en sus cumpleaños (Paisanita, 2019), de Gustavo Yuste, retoman el género del diario íntimo para dar cuenta del proceso de escritura dentro de la escritura. Sus protagonistas escriben como una forma de canalizar aquello que no dicen; reflexiones flotantes que se trasladan a hojas en blanco con el riesgo de quedar ahí atrapadas.
Por Julieta Blanco
Personas que lloran en sus cumpleaños (Paisanita Editora, 2019), la primera novela de Gustavo Yuste, cuenta la historia de Pablo, un joven llegando a los treinta cuya novia, Nati, aparece un día con un regalo atípico: un cuaderno artesanal. Pese a su desconcierto y en un intento de demostrar el buen recibimiento de ese objeto, Pablo empieza a ocupar las primeras páginas con oraciones que en un principio parecen forzadas, pero enseguida se vuelven necesarias.
“Jueves 09/08
“Pablo no te vas a convertir en un escritor ahora, ¿no?” me preguntó Nati cuando vio que agarraba el cuaderno de arriba de la mesa. Yo tampoco puedo creer que esté haciendo ésto ahora, pero escribir esas pocas líneas ayer en la cocina para que ella se quedara tranquila con su regalo, al final sirvió para que el que se tranquilizara fuera yo”.
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Diario pinchado (Entropía, 2020) de Mercedes Halfon narra la historia de una mujer que va al encuentro de su novio escritor-becado en la ciudad de Berlín. A través de un diario de viaje, la protagonista describe los desencuentros con su pareja y con una ciudad que le resulta igual de indescifrable y distante. Un entorno ajeno, gris y repleto de consonantes, que profundiza su dificultad de orientación.
“Lunes 11, mañana
En internet dice que la orientación es la acción de ubicarse o reconocer el espacio circundante. La noción proviene de la palabra oriente, es decir, el punto cardinal este. Tiene sentido. Es por donde sale el sol, probablemente el punto de referencia más concreto en el espectro de lo visible. (…) Orientarse es para mí poder ir a lo desconocido y saber volver después”.
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Ambas novelas retoman el género del diario íntimo para dar cuenta del proceso de escritura dentro de la escritura. Sus protagonistas escriben como una forma de canalizar aquello que no dicen; reflexiones flotantes que se trasladan a hojas en blanco con el riesgo de quedar ahí atrapadas.
En Personas que lloran en sus cumpleaños, Pablo se presenta como un escritor amateur que encuentra en ese ejercicio, una manera de repensar sus vínculos. Escribe y a su vez reflexiona sobre su escritura. El personaje de Gastón, su amigo aspirante a escritor, está muy presente en este nuevo recorrido; sus consejos y sugerencias, como el de la lectura de La novela luminosa de Mario Levrero, lo acompañan a lo largo de su relato.
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En Diario pinchado, la protagonista convive con la profesionalización de la escritura y en el registro cotidiano de su viaje, aparecen referencias literarias y artísticas variadas, así como una búsqueda minuciosa por el sentido de las cosas. Una búsqueda que parte de las palabras y parece terminar en ellas.
“Domingo 24 de mayo
Hoy finjo no estar triste ni enojada. Leo.
También pienso en la velada de anoche. Tantos escritores juntos y a la vez tan poco para decir. Supongo que si están acá es porque son buenos poetas, de los mejores, o los que mejor representan a su país, pero no estoy muy segura de eso. ¿Qué son los poemas que escriben los latinoamericanos residentes en Berlín? ¿Son poemas latinoamericanos?¿Son poemas escritos por esta ciudad o por la ciudad de la que vienen? ¿Hay algo que sea la poesía de un continente? ¿Y de un país? ¿Y de una ciudad? ¿Para quién son las palabras que escribo en este cuaderno?¿Siempre se escribe para alguien?¿Toda literatura es epistolar? ”
En ambas novelas, los protagonistas registran el desmoronamiento de sus parejas intercalado por los cuestionamientos de sus vidas cotidianas. Registros, por momentos crudos, que le escapan a la romantización del amor. Dos miradas intimas e intimidantes. Dos confesiones distantes que dialogan entre sí para sumergirse en la aventura de la escritura libre y liberadora.
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