Queremos tanto a Rosario: la influencia de una artista total

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‌‌El pasado lunes 6 de julio falleció a los 54 años una de las máximas referentes de la escena independiente argentina. A partir de un coro de testimonios provenientes de ámbitos como el musical, el actoral y el literario, las claves para seguir pensando una obra que habla desde el futuro.



«Una artista auténtica y con mucha alma»

Algo cambió el lunes 6 de julio del 2020 en Argentina. A pesar del ánimo ensombrecido por los efectos de la pandemia de Coronavirus que genera que hace más de 100 días muchas personas permanezcan aisladas, el fallecimiento de Rosario Bléfari despertó una nueva capa de tristeza tanto para aquellas personas que la trataron como para quienes la sentían íntima gracias a su obra. Tras combatir contra el cáncer, la artista multifacética nacida en 1965 murió a los 54 años dejando un legado ineludible de discos, libros y actuaciones. En tiempos en los que la serie alemana Dark sorprende por sus saltos en la linea del tiempo y espacio, la obra de Bléfari parece decirnos algo similar, ya que sigue estando en el futuro.

Dueña de una voz dulce y penetrante, fue la líder de la banda de rock y pop experimental y alternativo Suárez, la cual marcó el ritmo de la escena independiente en la tormentosa e irregular década de los 90’s y se volvió a juntar fugazmente en 2016 y también en 2018. El grupo, hoy de culto y referencia para muchas generaciones, dejó una marca inevitable para diferentes artistas, como es el caso de la escritora y gestora cultural Gabriela Borelli (40): «A Rosario la leía, pero sobre todo soy muy fanática de Suárez. Fue la banda de mi vida, de mi adolescencia. Una amiga me decía que yo nunca la solté a Rosario ni a Suárez, es la música que más escucho, la pongo incluso para escribir», destaca para La Primera Piedra quien acaba de publicar la novela Vidrio (Club Hem, 2020).

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«Fue la banda de mi vida, de mi adolescencia. Una amiga me decía que yo nunca la solté a Rosario ni a Suárez, es la música que más escucho, la pongo incluso para escribir», destaca Gabriela Borrelli

En la misma dirección se expresa Malén Denis (31): «Rosario fue fundamental en mi vida antes que en mi obra. Mi tío me regaló el disco Cara (2002), por lo que entré a ella como solista antes que por Suárez. Como tuvo una obra tan grande y liliputiense a la vez, porque hacía todo con mucha delicadeza, siempre hubo algo nuevo para descubrir de ella. Sus canciones son la razón por la que nunca dejé de cantar, porque su modo me parecía vital y me hacía pensar que había otra forma de hacer las cosas. Cara Excursiones (2004) fueron mi pasar por el secundario y mi descubrimiento de la poesía», subraya la escritora y periodista que actualmente reside en la ciudad de Nueva York.



Con respecto a la escritura de las letras y su diálogo con la armonía, ritmo y melodía, Bléfari tenía una visión muy puntual sobre uno de los oficios más pensados de la cultura contemporánea. Si para Hebe Uhart la escritura era una artesanía extraña, para Rosario sucedía algo similar con la composición de canciones. «Para que algo sea un hit necesita de una combinación de cosas que están más allá de las canciones. Y yo solo sé de la canción para acá, de la canción para allá no sé nada. Tiene mucho del azar y del asunto de la difusión. No es sólo que el tema sea pegadizo o que tenga determinadas características», dijo en una entrevista del año 2018.

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«Representaba eso: una mujer al frente de una banda, independiente, escritora, actriz Por sobre todas las cosas ella tenía una forma de llevar la música independiente adelante, seguir la autogestión» – Marina Izu

La compositora y cantante Marina Izu (35), quien este año lanzó su sencillo «Elemento», no duda en señalar a Bléfari como una de sus grandes referentes no solo a nivel artístico, sino también como una manera de pensar al mundo: «Rosario, en mi vida musical y personal, influyó muchísimo. En el 2001, cuando tenía 16, 17 años me acuerdo del Festival Alternativo en el Club Hípico de Palermo, encabezando a Suárez con una panza tremenda de embarazada, dándolo todo. Representaba eso: una mujer al frente de una banda, independiente, escritora, actriz. Por sobre todas las cosas, ella tenía una forma de llevar la música independiente adelante, seguir la autogestión, en hacer ya tengas o no los medios para ir a un estudio de grabación, en los shows».

Con respecto a la obra,  la música argentina que formó parte de TOC, Limonas, Las Crème Brûlée y All Inclusive, subraya: «También me representa el no tener la voz esperada para una cantante, salirse de lo obvio así como no depender siempre del formato canción, lo que para mí es algo que está buenísimo para poder contar cosas de manera musical. Rosario Bléfari es para mí una artista auténtica y con mucha alma«.

«Si Rosario Bléfari hubiera nacido en Nueva York, sería más grande que Patti Smith»- Walter Lezcano

«Si Rosario Bléfari hubiera nacido en Nueva York, sería más grande que Patti Smith. Ese es el tipo de imagen que tengo de ella. Su legado es inmenso, su obra es frondosa y súper atractiva y compleja», enfatiza el escritor y periodista cultural Walter Lezcano (40). Al igual que otros testimonios, no solo reconoce el valor de la creación de la artista, sino su peso en el cómo: «Me lleva a pensar de qué forma encarar las cosas que quiero hacer, tratando de luchar contra la opresión del mundo, que nos dice cómo hacer las cosas, quien debe entrar o no en el arte y qué tipo de arte deberíamos hacer».

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En la misma línea, Lezcano resalta: «Rosario siempre luchó contra ese tipo de ideas, por eso siempre se manejó con independencia, creando un propio territorio personal para poder mostrar lo que hacía. Esa es una gran enseñanza que nos deja: el artista es alguien que crea su propio lenguaje y que también construye un territorio personal propio. La belleza debe ser la búsqueda última de lo artístico, pero sobre todo la propia idea de la belleza: es en ese sitio en donde tengo a Rosario, como una líder». Consciente del salto temporal que contiene una obra hecha en el pasado y que espera a que nosotros la vivamos desde el presente, el autor de Luces calientes afirma: «Por suerte sigue teniendo todo el futuro por delante para que nosotros podamos llegar ahí también». 



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«Tu vida demasiado cerca de la mía»

Hola ¿Silvia Prieto?
– Sí, ¿quién habla?
– Silvia Prieto

No hay quien no escuche el nombre «Silvia Prieto» y no se le venga a la cabeza el personaje interpretado por Rosario Bléfari en el film de Martín Rejtman. Estrenada en 1999, la película vino a dar un nuevo tono a eso que se estaba empezando a gestar: el denominado «nuevo cine argentino».  Sobre esa película, Bléfari señaló a La Nación en 2019: «Podría decir tantas cosas al respecto, pero solo voy a decir que nunca se había visto algo así antes, es un universo creado por Martín Rejtman, a su imagen y semejanza. Y él no se parece a nadie. Su mirada es única pero lo más importante es que a la vez, es posible compartirla, con sus películas y con sus cuentos consigue invitarnos a ver el mundo a través de ese filtro. Y el mundo se vuelve un disparate. Eso lo vuelve notable».

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Malén Denis destaca la presencia en su formación de esa película que cerró la primera edición del BAFICI: «Después vi Silvia Prieto y fue ‘Wow, qué mujer’, ¿no? ¿Quién no se sintió Silvia Prieto? Tocaba de un modo personal todo lo que hacía y se notaba que le daba importancia a cada cosa con mucha humildad. Y eso me parece más que un ejemplo de obra, un ejemplo de vida. Un modo de transitar el universo que me interpela», menciona la autora que este año publicó su primera novela Litio en España.

«Tocaba de un modo personal todo lo que hacía y se notaba que le daba importancia a cada cosa con mucha humildad. Y eso me parece más que un ejemplo de obra, un ejemplo de vida. Un modo de transitar el universo que me interpela»- Malén Denis

«Conocí a Rosario Bléfari en el año 2000, fuimos a hacer «Bahamas», un piloto televisivo dirigido por Nicolás y Pepe Puenzo, y escrito por Lucía Puenzo y Sergo Bizzio», cuenta la actriz, guionista y directora Marina Glezer (39). «Ella era la protagonista y yo era Ona, un personaje que se debatía entre el amor de dos amigos. Rosario fue la apertura a una hermosa y luminosa obra musical y poética, la oportunidad de poder ver la vida de una manera alegre. Aprender cómo poder vivir las experiencias pudiéndose correr de las autorreferencias«, cuenta en diálogo con esta revista la también conductora radial, que lleva adelante Pasajera en Trance todos los domingos de 13 a 16 hs. por AM750.

«La canción que había compuesto para «Bahamas» decía algo así como ‘va más lejos porque voy’. Y Rosario, para mí, siempre significó eso: ir más lejos porque va. Además tuve la dicha de ser jurado con ella del Festival de Cine de Chascomús: tuve el recuerdo de 72 horas de viaje con ella, con charlas profundas y medialunas con café con leche», rememora Glezer, quien define a Bléfari como «una artista que cuidaba de lo íntimo y que sobre todo podía atravesar el rol conservador del rock con una ternura y sensibilidad que también son propias de ese movimiento».

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«Rosario fue la apertura a una hermosa y luminosa obra musical y poética, la oportunidad de poder ver la vida de una manera alegre. Aprender cómo poder vivir las experiencias pudiéndose correr de las autorreferencias»-Marina Glezer

Amplitud y diversidad son ingredientes que no se pueden obviar a la hora de pensar en el legado de la compositora de «Río Paraná», una letra que ahora suena más melancólica pero no por eso menos luminosa. Al respecto, Denis detalla cómo operaba esa intersección de disciplinas: «Esto de que tuviera una obra tan grande hizo que siempre se pudiera descubrir algo más. Fue por Rosario que entré a distintos universos también: por ella conocí a Martín Rejtman y por ver sus películas también conocí su literatura«. Rosario es de las personas que más cité en mis cuadernos y agendas, ‘Por la costumbre de verte me empezó a gustar tu suerte y tu vida demasiado cerca de la mía’ me parece una de las mejores maneras de mostrar un vínculo. Ella mostraba con haces de luz un montón de posibilidades caleidoscópicas de transitar este universo con mucha pasión».




«Lo que es natural para otros no lo es para vos»

«Me pregunto si nuestros caminos que son tan diferentes/ pero durante tiempo fueron paralelos/ se volverán a acercar, a cruzar o si jamás se separaron», escribe Bléfari en su poema «Querida»: otros versos que pueden leerse con otros sentidos durante estos días. A la hora de pensar en su obra literaria, su influencia no es para nada menor ni queda escondida por su carrera musical. Es más, ambas dialogaban de manera constante.  Dueña de un estilo versátil, en donde el verso libre muchas veces reflejaba su búsqueda por el ritmo, fue autora de tres libros de poesía, a la vez que publicó los libros de cuentos Mis ejemplos (2016) y Las reuniones (2018). El sello Mansalva está próximo a sacar Diarios del dinero, un conjunto variado de anotaciones desde los 80’s hasta la fecha. Símbolo de su vida y postura estética, Rosario tenía planeado dar entrevistas a pesar de su estado de salud.

«Conocí a Rosario por primera vez por motivo de mi segundo libro, en el que incluí conversaciones con artistas que admiraba. Era todo una gran excusa en realidad para charlar con ella. Ahí me contó que su mamá le mandaba encomiendas de comida y hasta me dibujó un mapa súper detallado sobre cómo llegar a ese bar, porque yo vivía en el conurbano y no estaba súper ducha con el movimiento en la ciudad. Eso de hacerme un plano de a dónde ir para no perderme creo que es el rol que cumplió Rosario para muches de nosotres: a dónde ir para no perdernos», recuerda la poeta Flavia Calise (28).

«A mí me dio la creencia en lo profundo, por eso me parece que sus poemas cambian a medida que se van releyendo, tienen capas y subcapas, por eso nunca se la deja de leer» – Flavia Calise

En ese sentido, la autora que está pronta a publicar La violencia de una estatua (Hexágono Editoras, 2020) destaca que «todo lo que hacía, lo hacía en profundidad, se iba hasta el fondo de las cosas. Y eso me parece que nos impulsaba a nosotras, que éramos pibas, a confiar en la generación que me seguía y a querer hacer las cosas de esa manera.  A mí me dio la creencia en lo profundo, por eso me parece que sus poemas cambian a medida que se van releyendo, tienen capas y subcapas, por eso nunca se la deja de leer». Esa obsesión por el detalle que destaca Calise, por lo pequeño de la vida íntima que se vuelve universalizable, puede encontrarse en estos versos del poema «No se me puede decir nada» de Bléfari: «Lo que es natural para otros no lo es para vos/ por eso te siento así/ como la memoria de una boca que reverbera/ en la ciudad de la tenue luz»

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Celeste Diéguez (40), escritora y editora, también pone el acento en el valor liberador de la obra de Bléfari: «Conocí a Rosario por Excursiones de Suárez, recuerdo que cuando escuché su voz, sentí que ahí había algo radicalmente distinto y a la vez muy cercano. Después la seguí a través del tiempo, la vi animarse a todo y brillar en cada propuesta. Para mí ella es una artista total, como muchxs de lxs artistas que compartieron sus proyectos, como Fernanda Laguna o Francisco Garamona. Ella hace que lo difícil parezca fácil, su mirada captura la complejidad de las relaciones entre los seres y la traduce a un lirismo emocionante, inteligente, hecho de imágenes íntimas y a la vez súper actuales, todo el tiempo en movimiento; demoliendo y construyendo, jugando, reinventándose, sin perder la sensibilidad. Ella encontró la manera de cantar lo que muchxs estábamos sintiendo«, señala la autora de Lo realentre otros poemarios.

«Escucharla es como un viento de libertad, te da ganas de ir a hacer lo tuyo, de animarte; esa particular mirada del mundo y su valentía para manifestarla, te libera» – Celeste Diéguez

«Yo no sé si en mi escritura hay una influencia de Rosario-ojalá- pero lo que tengo claro es que escucharla es como un viento de libertad, te da ganas de ir a hacer lo tuyo, de animarte; esa particular mirada del mundo y su valentía para manifestarla, te libera«, agrega Diéguez. Además, ve a Bléfari como la «referente de una nueva manera de hacer las cosas, no por prepotencia de trabajo-basta de prepotencia-sino por crear un presente a la altura de sus sueños, por amar lo que hace, por confiar en su intuición, por no resignar la búsqueda, el juego; sin pose, sin estridencia, sin violencia; con inteligencia, con generosidad, como una eterna estudiante». «A Rosario se le notaba mucho el amor y la libertad y eso deja una estela imborrable, un camino abierto que lleva a la propia voz», concluye la escritora nacida en Chascomús.

Algo similar va a destacar la poeta Natalia López (39): «Sus poemas son simples y por eso me encantan. Hacer algo simple es tan difícil». Sobre la influencia en su obra, la autora del poemario La suerte en el error reflexiona: «Diría que lo que me dejó es el deseo de ser humilde, de no querer aparentar más de lo que soy y de intentar hacer obra con la mayor sensibilidad y alegría posible. Era de esas personas que hacían todo bien, por lo cual la pregunta que me hago es qué no dejó, qué se guardó para ella».

«Era de esas personas que hacían todo bien, por lo cual la pregunta que me hago es qué no dejó, qué se guardó para ella» – Natalia López

En tanto, el músico y poeta Bruno Pizzorno (36) evoca: «Me dí cuenta de cómo me fue acompañando en distintos momentos, muchas veces con gran potencia. Me acuerdo patente la primera vez que escuché algo de ella, en el 2007, la primera fecha de un ciclo de música y poesía que organizamos en La Plata. Escuchar Excursiones de Suárez fue una suerte de cábala desde ese entonces. Unos años después, empecé a hacer canciones y escuchar Estaciones, de ella ya solista, me interpeló directamente, me abrió la posibilidad de componer de esa manera, más alejado de lo barroco«.

Algo se repite de nuevo sobre sus canciones, sus poemas, su forma de ver el mundo: el salto temporal; «La obra de Bléfari no llegó ni de cerca a su potencial, todavía nos queda descubrirla», define Pizzorno, que al mismo tiempo complementa: «En algún momento la vi haciendo shows de expresión corporal, cosas que sentía que me faltaba una antena para entenderla -al menos a mí-, pero eso me atraía. Lo que vi con la noticia de su muerte es que tanto yo como muchas otras personas sentían su obra como propia, y eso te hermana en la pérdida.  Su arte nos contagió a toda una generación«.

«La obra de Bléfari no llegó ni de cerca a su potencial, todavía nos queda descubrirla» – Bruno Pizzorno

Para concluir, aparece el lado humano de Bléfari, algo que toda persona que trató con ella resalta, al mismo tiempo que tenía un entramado especial con cada expresión artística que encaraba. En ese sentido, los recuerdos de Malén Denis sirven para enmarcar a los de muchas otras personas: «Después de haber sido fan declarada durante muchos años, la conocí. Y me produjo una emoción enorme la verdad: lo interesante es que era una persona muy horizontal, porque yo fui a decirle que la admiraba, y Rosario se reía con mucha honestidad», rememora.

«Descreía de lo vertical -añade Denis-. Me acuerdo que me invitó a leer poemas en una fecha de ella, y ese modo de no pararse por encima mío que me declaraba su fanática es una estrella que me guía en algún punto. Si hay algo que me interesa de Rosario además de su exquisitez como poeta y actriz, es su calidad humana. Podría hablar horas de por qué es tan fundamental para nuestra cultura y por qué todes la queremos tanto», concluye la también periodista cultural en total comunión con la vida y obra de Bléfari. Consultada sobre cómo quisiera ser nombrada ante el «gran público» en una entrevista al diario Clarín en 2018, Rosario simplemente contestó: «A mí me gustaría ser inspiración de cosas buenas». El resultado está a la vista.


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