Mrs. America es una nueva miniserie ambientada en los años ’70 que retrata un momento histórico de la lucha feminista en Estados Unidos a través los ojos de su mayor detractora: Phyllis Schlafly (Cate Blanchett), líder de un movimiento conservador integrado por mujeres, buscará impedir a toda costa que la igualdad de género se legalice en la constitución norteamericana. Con personajes bien delineados y actuaciones memorables, la serie logra captar las tensiones al interior del movimiento feminista y el germen de las luchas LGBT y antirracistas que continúan atravesándonos hoy.
En 1972, el Congreso estadounidense aprobó la Enmienda de Igualdad de Derechos (E.R.A. por sus siglas en inglés), una modificación a la Constitución Nacional que garantizaría a los ciudadanos y ciudadanas igualdad ante la ley, independientemente de su género. Esta enmienda venía a responder a años de lucha de las feministas de la segunda ola, que ya no se conformaban con el derecho al voto sino que aspiraban a alcanzar una real igualdad de género con la mejora de leyes laborales, familiares y de salud reproductiva. Miles de mujeres a lo largo y a lo ancho del país aguardaban ansiosas el momento en que cada uno de los estados ratificara la enmienda para que finalmente se aprobara de una vez y para siempre. Pero en el medio de este momento histórico, fue una mujer la que decidió liderar un movimiento contrarrevolucionario para frenar el avance de la enmienda y defender los valores familiares y el rol femenino en el hogar. La historia de esta mujer es la historia de Mrs. America, la nueva miniserie de Hulu.
Phyllis Schlafly (interpretada magistralmente por Cate Blanchett) es una madre de seis hijos, respetada en su comunidad de amas de casa y autora de un newsletter analógico que envía por correo a sus vecinas. Phyllis tiene muchas ideas, y una claridad envidiable para expresarlas. Al enterarse del avance de la enmienda constitucional, le plantea a su círculo íntimo que estos cambios que igualan a hombres y mujeres les harán perder su lugar en el hogar, enviarán a sus hijas a luchar en la guerra y las dejarán sin ayuda económica si sus maridos las abandonan. Así comienza a movilizar a las mujeres de su comunidad y, a fuerza de cartas y llamadas telefónicas, lleva sus ideas a la esfera nacional, donde miles de mujeres ven en sus palabras la oposición perfecta a las militantes feministas, con quienes creen no tener nada en común.
A medida que avanzan los nueve capítulos que componen esta miniserie, vemos a Phyllis Schlafly acumular más y más poder, pero la clave del guión de la serie es que esta referente no responde al estereotipo de ama de casa que busca defender: ella sueña con liderar su propio movimiento, estudiar en la universidad, publicar sus libros y ser escuchada. Y todas las mujeres que la siguen terminan dejando sus roles en el hogar para embanderarse en la lucha contra la enmienda constitucional, repartir panfletos y asistir a manifestaciones: se convierten en militantes de una revolución conservadora que sentará las bases de los grupos que hoy en día continúan defendiendo esos ideales.
Al mismo tiempo, la miniserie muestra a las líderes del movimiento feminista de la época luchando por conseguir cada voto necesario para no dejar que la enmienda pierda vigencia. Allí recorre las historias de Gloria Steinem (Rose Byrne), voz del feminismo de la época, Shirley Chisholm (Uzo Aduba), candidata afroamericana a presidenta y Betty Friedan (Tracey Ullman), autora de La mística de la femineidad, entre muchas otras que aparecen dejando su huella y sus consignas plasmadas en la trama: la lucha por la igualdad es la lucha por el respeto a la diversidad sexual, el aborto legal y la defensa contra la violencia de género serán algunos de los factores con los que deberán negociar frente a la oposición conservadora de la época.
Otro factor interesante que destaca a Mrs. America es que en ningún momento busca describir al movimiento feminista como una unidad absoluta y uniforme: saca a la luz los debates internos alrededor de por qué las mujeres hegemónicas son las voces del movimiento, cómo muchas feministas ignoran los conflictos de las minorías raciales y lo que otras están dispuestas a ceder por alcanzar el objetivo final. Por más de que por momentos parece enroscarse en ciertos detalles de la política estadounidense, la serie resulta indispensable para entender las bases de un conflicto histórico que resuena hoy en día y añorar lo que podría haber sido si hubieran triunfado los ideales de esa generación de mujeres que soñaba con un mundo más justo.
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