Una nueva Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil colmó las calles exigiendo justicia. Esa marcha que se propaga cada vez en más provincias y se vuelve, año tras año, cada vez más multitudinaria denuncia la violencia represiva del Estado que va en aumento y el accionar cómplice de todos los gobiernos de esta democracia. Los carteles, los puños en alto, las lágrimas y los gritos desgarradores se dan en paralelo a los abrazos, las risas y la alegría del estar juntos y juntas para reconfortarse un poco ante tanta injusticia y desigualdad: solo así se puede lograr luchar contra tanta impunidad.