Los líderes de las principales potencias del mundo se reúnen esta semana en la cumbre del G20 y generan horas de debate a su alrededor. Mucho se habla de los millones de dólares que acumulan estos países en su producción y de los grandes porcentajes de población que nuclean pero, ¿existen condiciones de igualdad económica y de género en estas naciones?
La semana del G20 en Buenos Aires está llegando a su fin luego de horas y horas de debates televisivos que parecieron centrarse más en los vestidos, las galas y los detalles de color que en las problemáticas que los líderes del mundo se han reunido a debatir. Uno de los puntos que más se ha escuchado en estos días es la importancia que tienen los países del G20 en términos de su producción y su población: juntos suman un 81% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial y dentro de sus fronteras vive el 61% de la población del mundo. Estos datos parecen mostrar que deberíamos tener a los países centrales como faros hacia donde avanzar como país pero, ¿cómo se reparte la riqueza generada entre los ciudadanos de cada país?
Uno de los puntos que más se ha escuchado en estos días es la importancia que tienen los países del G20 en términos de su producción y su población: juntos suman un 81% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial y dentro de sus fronteras vive el 61% de la población del mundo.
En el año 2016 un informe de la organización Oxfam anunció que la desigualdad global había alcanzado un punto crítico: el 1% de la población llegó a acumular más riqueza que el 99% restante. Las políticas del capitalismo y el libre comercio que vienen a debatirse en foros como el del G20, acompañado por los organismos de crédito como el Fondo Monetario Internacional (FMI), no se han destacado por intentar resolver estas problemáticas. De hecho, los países miembros del G20 no son reconocidos por sus políticas de igualdad social.
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Según números del Banco Mundial, entre los 10 países más desiguales del mundo hay 3 que pertenecen al G20: Sudáfrica, Brasil y México, seguidos de cerca por Argentina y China. Por el contrario, de los 10 países que ofrecen una economía más igualitaria (entre los que se encuentran Islandia, Noruega y Eslovaquia), ninguno pertenece a los líderes convocados para esta cumbre. Los países centrales son responsables por la desigualdad económica que golpea al escenario mundial del siglo XXI.
La desigualdad también es de género
Más allá de la falta de mujeres entre los líderes de los países centrales (dato que llamó la atención en la foto que se tomaron ayer), la realidad que se vive en cada una de las naciones del G20 demuestra que la lucha feminista global aún tiene mucho camino por recorrer. Según la organización Oxfam, «tanto en los países que pertenecen al G20 como en los que no, las mujeres cobran menos que los hombres, realizan la mayor parte del trabajo no remunerado, tienen mayor presencia en los trabajos de tiempo parcial y son objeto de discriminación en el seno del hogar, en los mercados y en las instituciones». Entre los 10 países que ofrecen mayor igualdad de género en el mundo, el único representante del G20 es Alemania.
Listo, ya está. Se sacaron la foto. ¿Y ahora, qué? ¿Les quedará tiempo para discutir la desigualdad que corroe la democracia en sus países? ¿Y sobre las guerras? ¿Podrán hablar del racismo, del fascismo, de la discriminación de género o de la violencia? ¿Y ahora qué, G20? ¿Qué? pic.twitter.com/OYrkolRbse
— Pablo Gentili (@pablogentili) 30 de noviembre de 2018
