Mi mejor amigo es una película profundamente empática que puede ser leída como una historia de amistad o bien como un relato amoroso entre dos adolescentes (Lautaro Rodríguez y Angelo Mutti Spinetta), de personalidades opuestas y en condiciones bien distintas. Esa lectura dependerá de la perspectiva que el espectador elija al momento de verla. La Primera Piedra asistió a la función privada y entrevistó a su director, Martín Deus.
Lorenzo (Angelo Mutti Spintetta) es un adolescente de clase media que vive junto a su familia en la Patagonia. Lolo es un chico promedio que se vincula con su padre (Guillermo Pfening), su madre (Moro Anghileri) y su hermano (Benicio Mutti Spinetta) dentro de los “parámetros esperables” para un joven de sus características, pero con la gente de su edad él se muestra algo tímido y retraído. Sus mejores amigas son mujeres y en una primera escena muy elocuente se lo ve como última elección a la hora de armar los equipos de fútbol en la escuela (ese sólo gesto ya lo posiciona en algún lado).
Un día llega de visita Caíto (Lautaro Rodríguez), hijo de un viejo amigo de su padre que en ningún momento aparecerá en escena pero de quien se habla bastante. La figura de ese padre ausente y violento es una sombra que representa todo aquello que Caíto intenta dejar atrás en su vida: violencia doméstica, drogas, delitos, miseria. Este encuentro despertará en Lorenzo una mezcla de sentimientos: ¿rechazo, amor, miedo, recelo, admiración? De todo un poco.
Leé la entrevista a Martín Deus
El vínculo entre los jóvenes se expone en la pantalla con gran credibilidad y eso genera una empatía inmediata: todos nos cruzamos a un Lorenzo o a un Caíto en algún momento de la vida. El trabajo interpretativo de Rodríguez y Mutti Spinetta es muy bueno; ambos logran encontrar los matices en esta relación atravesada por la ambigüedad, y la sutileza del director la aparta de cualquier caricaturización paternalista de chico bueno/malo, rico/pobre, tímido/extrovertido. Mi mejor amigo se atreve a ir un poco más allá de esas dicotomías.
Hay momentos en los que Lorenzo sale airoso de su timidez y se comporta como un adulto responsable de los comportamientos de su amigo; en otros momentos Caíto baja la guardia, deja su faceta extrovertida y se permite mostrar cierta vulnerabilidad ante Lorenzo. El acompañamiento del resto del elenco es impecable, de la mano de Guillermo Pfening y Moro Anghileri como esos padres que no terminan de amoldarse a una presencia que sin dudas viene a quebrar algunas de las estructuras y comodidades familiares.