Acercándonos a un nuevo diciembre, en el tercer año de gestión de Cambiemos, la consolidación de las políticas de vaciamiento, represivas y de desigualdad se hacen carne en la piel. Un nuevo fusilamiento, la destrucción del sistema educativo, la violencia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de cara al operativo por el G20 deja al desnudo lo más terrible del plan neoliberal. (Foto: Enfoque Rojo)
En la madrugada del día 22 de septiembre, la Policía Bonaerense asesinó con balas de plomo a Rodolfo Orellana, en un intento de toma de terrenos en Puente 12, La Matanza. «Un tiro de bala de plomo en la pelvis y otro en la cara, dicen los vecinos», asegura lavaca sobre los disparos que recibió. Trabajador, padre de cinco hijos y referente de una cooperativa textil de la Organización Libres del Pueblo (OLP) de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) en Villa Celina.
En un contexto de falta de vivienda y de lucha contra las políticas de hambre, la policía reprimió primero con balas de goma y luego de plomo. La represión culminó también con personas heridas y detenidas. Frente a la desesperación de quiénes intentan vivir con dignidad el día a día, el Gobierno de la mano de su aparato represivo solo aumenta la violencia y la crueldad.
El mismo jueves 22 de septiembre, con 34 votos a favor y 26 en contra, la Legislatura porteña aprobó el proyecto de UniCABA, dando lugar al desfinanciamiento del sistema educativo y a la pérdida de autonomía de los 29 profesorados de formación docente de la Ciudad de Buenos Aires. Esta ley fue rechazada por docentes, estudiantes, directivos y la totalidad del ámbito educativo y fue votada, como tantas otras leyes que son rechazadas por el pueblo, con la Legislatura totalmente cercada y reprimiendo a quiénes se manifestaban por la educación pública.
Este avance del gobierno local en la aprobación de la UniCABA es una nueva cara del ajuste brutal que está sufriendo el sistema educativo en todo el país. Este proyecto viene a poner en marcha una forma más de destruir todo lo construido en favor de los derechos de la educación por y para todos. Esto sumado al continuo desgaste a los y las docentes, el cierre de programas y la reducción en el presupuesto es la evidencia del desinterés por mantener una educación pública y gratuita.
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En este contexto, con la llegada de la cumbre del G20 a la ciudad de Buenos Aires, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich busca desplegar un megaoperativo de seguridad para sitiar la ciudad. Las fuerzas de «seguridad» estarán destinadas a tomar las calles para prevenir cualquier tipo de protesta ante los líderes políticos del mundo que debatirán una agenda que se corre cada vez más a la derecha.
Como en diciembre de 2017, en medio de la cumbre de la Organización Mundial de Comercio y la votación de la reforma previsional, el centro político y económico del país estará gobernado por los agentes de las instituciones represivas. En este sentido, Patricia Bullrich con su violencia discursiva avala, una vez más, la disposición de las fuerzas estatales para reprimir y detener, ejerciendo control y miedo en la población.
El ajuste brutal sobre los sectores más empobrecidos, el continuo avasallamiento de derechos básicos como la educación y la salud y la política de Estado en el uso de las fuerzas represivas son las principales estrategias de un gobierno que solo intenta favorecer a los mismos de siempre: los sectores de poder. En este marco, y de cara a cumplir los tres años de gestión de Cambiemos, con las amenazas públicas de la ministra de Seguridad, este modelo de Estado solo es sostenible con represión.