Intercalando poemas breves con otros más extensos, Carolina Bartalini logra en su libro Enfrentar al muerto (Zindo & Gafuri, 2018), tratar con delicadeza y potencia la cuestión del duelo. Sin golpes bajos ni efectistas, la autora elige mostrar distintas escenas que integran la pérdida de un ser cercano, al mismo tiempo que no tiene miedo en ser tajante a la hora de pensar los vínculos afectivos y la función de la poesía en esos contextos. A continuación, 5 poemas del libro.
Sobre la autora
Carolina Bartalani nació en Buenos Aires en 1984. Publicó La niña en 2016, su primer libro de ficción. El mismo año editó la compilación de ensayos Escribir Levrero. Intervenciones sobre Jorge Mario Varlotta Levrero (Eduntref), un volumen colectivo sobre la obra del escritor uruguayo.
Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y la maestría en Estudios Literarios Latinoamericanos en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Actualmente realiza el doctorado en Teoría de la Artes Comparadas con una beca de Conicet y dicta clases en la Universidad Nacional Arturo Jauretche.
1 –
Poder decir tengo
como si fuera solamente
un verbo, una palabra, un sonido
y no la sustancia misma
de un abismo
léxico
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2 –
Darme cuenta
que nunca volverá
a sonar tu nombre
o más bien
que podré decirlo
una y mil veces
pero
no ya
decírtelo
invocar el sonido
que eras y no eras vos
me resisto a coser un manto
para tu cofre
sé que ahí
adentro
hay gusanos
que te comen
no quiero depositar
ni cobijar
nada de tu desaparición
Toda poesía es duelo
incluso el de una misma
3 –
Queda a veces
un teléfono sonando
y algunos mensajes
en el contestador
la línea a tu nombre
requiere un código
pero
siguen llamando
y preguntan por vos
no hay modo de
explicar de forma
agradable la situación
es preciso
dar de baja
el servicio
o inventar hitorias
que te mudaste a Perú
que fuiste al mercado
que te fugaste con tu amante
que no querés atender
a nadie
o bien
que te moriste una noche
desangrada en el geriátrico
es preciso
eventualmente
dar de baja
el servicio
4 –
Le digo ‘descansá’
y quiero decir que descanse
que duerma
que respire
que vea espacios
distintos
una casa con flores
un sillón de mimbre
un bidet azul
Quiero decir
‘descansá’
como una orden
‘soltá’
como un presagio
‘andá’
como un destino
Pero solo pronuncio
respiro al oído
te quiero, portate bien
Debería
decirle
sin embargo
lo imposible.
5 –
Hay que dejar
de escribir
cuando crujen
los huesos
los cielos
cuando
el poema
quiera
decir
al fin
adiós