A contracorriente de algunas tendencias narrativas actuales, Tierra ganada al río (Letras del Sur, 2018) de Fernando Bogado propone una novela de largo aliento para introducirnos en profundidad en la búsqueda melancólica del protagonista de la historia. Entre el dilema de buscar experiencias para escribir o la tranquilidad de una vida llana y predecible, esta historia ofrece momentos de intensa sensibilidad.
Sobre el autor
Fernando Bogado nació en Buenos Aires en 1984. Publicó los libros de poesía La paz desnuda (2007), Patria (2009) y Jazmín Paraguayo (Nulú Bonsai, 2014). Organiza desde el 2011 el ciclo mensual de poesía y música Tercer Jueves. Es profesor en la cátedra Teoría y Análisis Literario «C» (UBA). Colabora como periodista para diversos medios y es guionista de varios programas de FM La Tribu. Tierra ganada al río es su primera novela.
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La búsqueda melancólica
La idea de narrar historias en un contexto que cada vez apunta más en dirección a lo audiovisual es todo un desafío para los escritores contemporáneos. Sin embargo, la riqueza del lenguaje, sobre todo apoyada en recursos poéticos, permite que la literatura se mantenga estoica y eso se comprueba con Tierra ganada al río (Letras del Sur, 2018), la primera novela de Fernando Bogado.
La historia narrada en este libro está fuertemente marcada por la búsqueda personal del protagonista y la melancolía de dejar atrás una vida con la idea de comenzar otra. Ese sentimiento de inestabilidad que genera una decisión de ese tipo, por más desdichado que haya sido el pasado que se abandona, solo puede retratarse con la mirada atenta y detallística de un poeta, como es el caso de Bogado.
De esta manera, algunas tramas de los personajes de Tierra ganada al río no solo se motorizan por las acciones, sino por la descripción de un narrador omnipresente y a la vez sensible. Un ejemplo:«La arena sigue su trayectoria, cae a la casa sin tener el más mínimo atisbo de voluntad. Igual que las estrellas, son cosas que siguen un mandato mecánico, oculto. La naturaleza, autoritaria, decide por ellos»; o también: «como un perro que, frente a la indiferencia, no puede hacer otra cosa más que el mismo y aburrido gesto por el que antes se ganaba una caricia».
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Una de las mayores riquezas de esta novela es el largo aliento propuesto por Bogado. Si bien Tierra ganada al río está conformada por capítulos breves, en cada uno de ellos hay espacio suficiente para que distintas capas del relato salgan a la luz y se entrecrucen. En ese sentido, el cambio constante de temporalidad refuerza aún más ese tono nostálgico que atraviesa al libro: un hombre que abandona -por segunda vez- una vida que nada tiene para ofrecerle, pero tampoco tiene un horizonte fijo.
En parte gracias a las descripciones cargadas de sensibilidad que se pueden encontrar a lo largo del libro, así como la riqueza de la historia propuesta por Bogado en su primera novela, Tierra ganada al río es un libro para no solo presenciar el viaje de Alejandro Casciari hacia un futuro tan incierto como sus sentimientos, sino para presenciar su propia transformación una vez que descubre que esa tierra blanda debajo de los pies del protagonista es la misma que todos transitamos todo el tiempo.
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