Entrevista a Joe Lemonge: «Se intenta que regresemos al clóset al que nunca más vamos a volver”

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“No solamente espero obtener mi absolución, sino también dedicar mi vida a temas de política, y poder ser un día, inclusive, representante para nuestra comunidad», comenta Joe Lemonge, el joven trans condenado a prisión por defenderse de sus atacantes en la provincia de Entre Ríos. Tras una condena judicial marcada por la transfobia y la ausencia de apoyo estatal, su nombre es sinónimo de lucha y resistencia. “Que seas gay, trans o bi o lo que sea no quiere decir que tengas la mente un poquito más abierta. En realidad, puede ser que seas de clóset, retrógrado y machista”, sentencia en relación a las luchas que todavía faltan dar dentro del propio colecivo LGBTIQ.

Por Estefanía González Rebolledo*


Joe Lemonge es un varón trans de 25 años de Santa Elena, Entre Ríos. Hasta las primeras horas del 13 de octubre de 2016, Joe daba clases de inglés en colegios de su pueblo, estudiaba en los institutos Sarah Eccleston College y en el American English Institute de Paraná; también había comenzado la carrera de abogacía en la Universidad Siglo XXI. Esa madrugada, tres varones fueron hasta su domicilio, luego de pasar toda la noche consumiendo alcohol y cocaína según se desprende del propio juicio, con la intencionalidad de hacerle daño por su identidad de género.

Uno de ellos, Juan Emanuel Giménez, irrumpió en el patio de su casa, tal como relata Lemonge. Joe se defendió con un rifle de aire comprimido de su padre devenido en calibre 22, hiriendo en el cuello al agresor, sin generarle peligro de muerte. Fue sentenciado a cinco años y seis meses de prisión por “tentativa de homicidio”, luego de un juicio signado por la transfobia. Su caso generó el apoyo de diferentes sectores vinculados al feminismo, comparándose su caso con el de Higui, una mujer lesbiana que fue llevada presa por defenderse de diez hombres que intentaron violarla y agredirla físicamente. 

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Entre la pesca y la transfobia

“Santa Elena tiene una de las costaneras más lindas de Entre Ríos, si no es la más linda”, dice Joe Lemonge a La Primera Piedra. “Tiene un escenario natural hermoso, paradisíaco, con atardeceres en donde ves el sol literalmente perderse en el río. Es hermosa”. De acuerdo con el portal turístico entrerriano, Santa Elena es la meca de la pesca deportiva y cuenta, además, con espacios al aire libre caracterizados por “paisajes arbóreos” y “playas de limpios arenales”. “El problema son los 25 mil habitantes, de los cuales un 85% es retrógrado o transodiante”, comenta Joe y agrega: “Tenés gente que es abierta y que te acepta, te quiere y te apoya. Pero lamentablemente, el resto, no”.

En Santa Elena el ocio está estrictamente relacionado con las motos y los autos. La vuelta al perro, como se le llama en algunos lugares del interior: pasear por la costanera, la zona de campo, la entrada vieja de la ciudad que conduce a un parque bordeado por el río. “¿Viste el típico pueblo yanqui donde los tipos salen en sus motos a pasear con sus chicas y los grandes salen en sus autos? Es una onda así. Tenés que tener auto o moto, si no te aburrís como una ostra”. El pueblo se agita un poco cuando llega la época de carnaval, cae de visita alguna banda de cumbia o en las fiestas tradicionales, como el Festival de la Chamarrita. Más allá, la movida cultural es nula, tal como expresa Joe.

“El problema son los 25 mil habitantes, de los cuales un 85% es retrógrado o transodiante”, comenta Joe y agrega: “Tenés gente que es abierta y que te acepta, te quiere y te apoya. Pero lamentablemente, el resto, no”.

En su tiempo libre, cuando todavía vivía en Santa Elena, Joe se entretenía con su moto Cross Enduro 2009, regalo de su abuelo, una de las pocas cosas que sobrevivieron al incendio de su casa del 3 de diciembre de 2016, ocasionado por Giménez.  La moto se salvó porque un vecino la sacó del predio para que no la alcanzara el fuego. Y hasta el día de hoy la tengo, la atesoro como una de las cosas más importantes que me quedan de patrimonio”. En el incendio, Joe perdió todo excepto su moto, dos bolsos grandes y una mochila.

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Joe Lemonge

Foto: Agencia Presentes


Fuera del clóset: la adolescencia como un «martirio total»

Desde la pubertad, Joe Lemonge fue hostigado por su orientación sexual primero y por su identidad de género después. Un domingo, cuando tenía doce años, sus compañeras del equipo de Básquet le tiraron piedrazos en una de las plazas del pueblo. En los equipos deportivos del colegio, los profesores lo discriminaban: no lo llevaban a los viajes con el resto de las jugadoras de Vóley o de Handball con la excusa de que “iban todas chicas” y, por lo tanto, él no podía ir.

“Que seas gay, trans o bi o lo que sea no quiere decir que tengas la mente un poquito más abierta. En realidad, puede ser que seas de clóset, retrógrado y machista”.

Su adolescencia fue “un martirio total”, según sus propias palabras. Cuando tenía quince años, sus profesoras lo echaron del equipo de Básquet, el cual entrenaba para los Juegos Evita, un torneo confederado y público. Joe afirma que fue porque “una de las entrenadoras era lesbiana, pero de clóset” y lo odiaba a él “por ser pública». Y porque había odio en la propia comunidad gay, como hasta el día de hoy”. Joe, ante la agresión y el juicio, no recibió apoyo de la comunidad gay de Santa Elena. “Que seas gay, trans o bi o lo que sea no quiere decir que tengas la mente un poquito más abierta. En realidad, puede ser que seas de clóset, retrógrado y machista”, sentencia Joe.


En legítima defensa: el caso que cambió la vida de Joe Lemonge

Juan Emanuel Giménez pertenece a la misma generación de Joe. Se conocían del barrio, de vista y de lejos. “Él, con sus amigos, se empoderaron de odio desde mayo hasta el día de hoy, porque nunca pararon”. Giménez, a quien Lemonge califica de“drogadicto y violento”, fue quien irrumpió en su domicilio. Dos varones más hacían de campana en la puerta y en la vereda. Uno de ellos se mantuvo alejado, porque ya sabía la intencionalidad de sus amigos. “Lo dijo en el juicio -explica Joe-. Cuando mi abogado lo indagó, le preguntó por qué él no fue (hacia la casa). El sujeto respondió: ´Y… yo ya sabía a lo que iban los pibes´”. 

Por otro lado, en el juicio también quedó comprobado que los tres varones estuvieron consumiendo cocaína y alcohol desde las nueve de la noche hasta alrededor de las seis y media de la mañana, momento en que se produjo el ataque. El argumento de los agresores es que ellos fueron hasta lo de Joe a comprar cocaína y se encontraron con que el joven trans no les quiso vender, por lo tanto, discutieron, y Joe le disparó a Giménez para matarlo. Nunca se comprobó que en el domicilio de Joe se comercializara con estupefacientes.

Joe pasó los siguientes seis días en un calabozo por “prisión preventiva recusado de tentativa de homicidio” y después, prisión domiciliaria durante treinta días en su monoambiente de Paraná. Durante ese período, su padre cayó enfermo y murió.

Esa misma mañana, Joe se acercó hasta la comisaría y se entregó a la policía. “Nunca me tomaron la denuncia”, afirma. Lo dejaron esperando hasta que llegó la familia de Giménez que hizo su propia denuncia. “Luego me llevaron a mi domicilio, hicieron toda la requisa y cuando terminaron, recién ahí me llevaron detenido”. Joe pasó los siguientes seis días en un calabozo por “prisión preventiva recusado de tentativa de homicidio” y después, prisión domiciliaria durante treinta días en su monoambiente de Paraná. Durante ese período, su padre cayó enfermo y murió.

A los pocos meses, el 3 de diciembre de 2016, prendieron fuego su casa de Santa Elena y una pequeña construcción de depósito pegada a lo de su madre. Esa noche, Joe, en la casa de su mamá, escuchó una explosión, corrió entre la oscuridad y vio que su casa se encontraba totalmente en llamas.


Joe Lemonge

Foto: Agencia Presentes


Un juicio atravesado por la transfobia

«En ningún momento de la investigación primaria se planteó algo en relación a la identidad de género. En una primera instancia, ella se presentó como Johana Ana Lemonge de manera espontánea. Luego, en la instancia del juicio se presentó como Joe Lemonge y desde la fiscalía a partir de allí se hizo siempre referencia en la investigación a Joe respetando su identidad de género», afirmó a Análisis Digital el fiscal Santiago Alfieri, quien pidió ocho años de prisión para Joe.

“El fiscal dijo que él decidió tratarme como Joe pero que, sin embargo, no cree en el tema de la identidad de género. Que fue algo que yo introduje para lograr una mejor posición. No sé qué mejor posición podría haber logrado si terminé huyendo de Entre Ríos a Buenos Aires. Incluso, por qué para validar mi identidad tengo que hacerle creer algo a él”, dice Joe, quien afirma que durante el juicio desde el primer día se presentó como Joe Lemonge Mendoza.

“El fiscal dijo que él decidió tratarme como Joe pero que, sin embargo, no cree en el tema de la identidad de género. Que fue algo que yo introduje para lograr una mejor posición. No sé qué mejor posición podría haber logrado si terminé huyendo de Entre Ríos a Buenos Aires»

Por otro lado, la jueza Cristina Lía Vandembroucke hizo caso omiso a la identidad de género de Joe y lo nombró como “Johana” durante todo el juicio. “El último día nos pidió que nos presentemos. Yo me presenté como Joe Lemonge Mendoza. Y me dijo: ´No, no, no. Mirá. Yo te voy a aclarar como son las cosas. Yo te voy a llamar por el nombre que tenés todavía ¿entendió, señorita?´ Y se reía”. El fallo, ya firmado, aclara que “Joe” es su alias, “como si yo fuera un delincuente”, destaca Lemonge.

Cabe destacar que, durante todo ese proceso, Joe no recibió ningún tipo de asistencia por parte del Estado: ni legal ni psicológica. “Además, el Municipio de Santa Elena se lavó las manos”, comenta. Esta falta de contención hizo, entre otras cosas, que Joe se mudara a Capital Federal, donde recibe el apoyo de organizaciones y particularmente del Frente de Transmasculinidades, “un grupo de amigos”, que se encarga de ayudar a Joe recaudando fondos a través de eventos y otro tipo de actividades.



Joe Lemonge

Foto: La Gaceta Aalta


La vida en Buenos Aires:  “Este trans de mierda se nos escapó nomás»

“Este trans de mierda se nos escapó nomás. Se escapó el hijo de puta, se fue a que lo cuiden los otros putos”, dijeron los agresores de Joe según una vecina de Santa Elena. La mujer le contó a la madre de Joe que los atacantes, al enterarse de que no estaba detenido, comenzaron a insultar. “Están re enojados”, agrega Joe. Ante la amenaza, Joe se refugió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se encuentra ya instalado en la casa de unos amigos y comenzando a acomodarse laboralmente.

“Ahora pienso seguir trabajando, dando clases de inglés, que ya están surgiendo. Y a pelearla a full y seguir militando, ahora más que nunca”, asegura. En relación con su futuro cercano, dice: “No solamente espero obtener mi absolución, sino también dedicar mi vida a temas de política, y poder ser un día, inclusive, representante para nuestra comunidad, (la cual) recibe represión, recibe ataques, hoy más que nunca. Se intenta que regresemos volvamos al clóset al que nunca más vamos a volver”. En cuanto a la situación judicial, la defensa de Joe apeló y ahora debe esperar un proceso de seis meses a un año para que se constituya un tribunal tripartito y se afirme una nueva sentencia.



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