Victoria Solano (Colombia) y Chanda Chevannes (Canadá) son dos de las cineastas que participarán de la 4º edición del Festival Internacional de Cine Ambiental, con sede en Buenos Aires. Ambas estarán al frente del Taller de Cine de Impacto Social, orientado a proyectos documentales en curso que aspiren a alcanzar cierto nivel de impacto en la sociedad. La Primera Piedra entrevistó a las directoras. El taller se realizará los días sábado 2 y domingo 3 de junio en el Museo del Hambre (Av. San Juan 2491). La actividad requiere inscripción previa y es arancelada.
Victoria Solano nació en Colombia, actualmente reside en Argentina y se define como periodista audiovisual. Chanda Chevannes proviene de Canadá, es documentalista, escritora y educadora, y viajó a nuestro país especialmente para participar de la 4º edición del FINCA (Festival Internacional de Cine Ambiental). Chanda presentará su documental Unfractured, que retrata la apasionada lucha de Sandra Steingraber —bióloga, madre y activista— para lograr la prohibción estatal del fracking. Ambas estarán al frente del Taller de Cine de Impacto Social que se llevará a cabo el sábado 2 y domingo 3 de junio.
Obras vivas: cine de impacto social
— Ustedes son dos pruebas vivientes de que el cine puede generar un impacto en la sociedad: el documental Unfractured de Chanda está presentándose en distintos lugares y ha ayudado a visibilizar la problemática del fracking; el documental 9.70 de Victoria logró que se retrocediera sobre la ley de privatización de las semillas en Colombia. Cuéntennos si ustedes creen lo mismo. ¿El cine es capaz de generar cambios sociales?
Chanda: —Sí, yo creo que sí. Los documentales no cambian el mundo, pero cambian a la gente y la gente es la que cambia el mundo.
Victoria: — Yo pienso igual. Creo que es una herramienta muy poderosa, que tiene la posibilidad de mostrar vidas inspiradoras, lugares en los que la gente lucha, cosas por las que vale la pena luchar, personas que siguen luchando a pesar de todo y contra todo.
Para las directoras es una lucha, y es interesante porque yo enseño en una institución donde la mayoría de profesorxs y alumnxs son mujeres. Cuando se gradúan hay una división: las mujeres se orientan hacia la administración y los hombres a lo creativo.
— Cuéntennos brevemente de qué van sus documentales y qué tipo de impacto generaron en sus respectivos países.
C: —Unfractured es un documental observacional que sigue a Sandra Steingraber (bióloga y madre), quien se reinventa como activista para luchar contra el fracking en Nueva York. Se estrenó en octubre del año pasado y todavía está presentándose en varias partes del mundo, así que no estoy completamente segura de cuáles van a ser las consecuencias del estreno. Por lo que escuché, muchas personas que la vieron la encuentran inspiradora, en especial las mujeres ya que se trata de una mujer que lucha con todo su corazón por dejar un mundo mejor para sus hijos. Al mismo tiempo, se siente contrariada porque para seguir la lucha se ve obligada a dejarlos solos.
V: — En mi caso, hacer el documental 9.70 fue un proceso de mucho aprendizaje. Cuando nosotros decidimos liberarlo, verdaderamente no esperábamos la respuesta que tuvimos; en un solo día asistieron 7000 personas. Eso fue creciendo exponencialmente y fue la gente la que se apropió del documental y lo llevó a distintos lugares; yo iba acompañando. Lo primero que nos pasó con el documental fue que nos piratearon; publicaron la clave de Vimeo en Twitter. Lejos de ser algo malo fue muy positivo, porque nos dimos cuenta de que había mucha gente que lo quería ver. Lo liberamos en apoyo al paro agrario que se estaba dando e Colombia y después de eso hubo muchos fenómenos: movimientos universitarios, organizaciones sociales, peticiones que íbamos acompañando en presentaciones o en los medios.
Recepción en el mundo y experiencias
— Presentaron sus piezas en festivales de otros países. ¿Qué balance harían de la recepción de sus documentales?
C: — La respuesta fue muy positiva. Mucha gente se sintió conmovida por la experiencia de Sandra. Lo interesante es que esta será la primera vez que estaré presente en el estreno de la película fuera de Norteamérica, así que tengo muchísima curiosidad por ver cuál es la reacción del público. También tenemos la suerte de que estará presente Lefxaru Nawel, un activista mapuche que nos contará qué es lo que está pasando en Argentina con respecto al fracking. Tengo muchas ganas de conocerlo y charlar con él.
V: — En mi caso, fuera de Colombia hay dos públicos: uno es el de los colombianos que vivimos fuera de Colombia; muchos de ellos tomaron la película y la subtitularon en varios idiomas. En Francia nos fue muy bien, en Italia nos fue increíble. El otro público es el sudamericano, porque nuestros pueblos tienen una hermandad en cosas hermosas, pero también en muchas problemáticas. Entonces es muy fácil sentirnos identificados. A mí me gusta contar esta anécdota: una vez nos invitaron a un mercado del cine en Valparaíso, nosotros publicamos un par de cosas en las redes y cuando llegamos allá el centro cultural estaba lleno. Fue muy bello encontrarme con tantos chilenos con el mismo sentir. Creo que las semillas es un tema profundo.
— ¿Hacia quiénes está destinado el taller que van a dar sábado y domingo en el Museo del Hambre?
C: — Tengo entendido que hasta la fecha hay 15 participantes anotados para el taller. Todos son documentalistas que tienen proyectos con potencial para generar impacto social. Lo que vamos a hacer es compartir nuestras experiencias y cuáles son las preguntas que nos hacemos a la hora de encarar un proyecto como este, y después plantear la posibilidad de que se hagan esas mismas preguntas pensando estrategias para abordar un proyecto de estas características.
V: — Yo creo que el taller está dirigido a cualquier persona que haya soñado con que su cine tenga impacto social, que pueda ir más allá de ser proyectado en una pantalla; a cualquiera que crea que su historia puede influenciar a otras personas. Como decía Chanda, vamos a compartir nuestras experiencias y todos van a tener muchísimo espacio para desarrollar ideas y hacer preguntas.
Rol de la mujer en el mundo del cine
— ¿Cómo ven el rol de la mujer en el mundo del cine?
C: — Bueno, este es un tema sobre el que podría hablar durante horas. En Canadá el cine es un mundo de hombres. Quizás el documental está más abierto a mujeres y personas de color porque cuenta con presupuestos más acotados, entonces es mucho más fácil acceder a los fondos. Para las directoras es una lucha, y es interesante porque yo enseño en una institución donde la mayoría de profesorxs y alumnxs son mujeres. Cuando se gradúan hay una división: las mujeres se orientan hacia la administración y los hombres a lo creativo.
Yo les aconsejaría que crean en sus ideas y en sus sueños. 9.70 no fue a ningún taller de guión ni de nada; está hecho con instinto, pasión y muchas ganas de contar las cosas; creo que eso quedó tan impregnado en la película que al verla el público se contagiaba. Nadie nos hubiera aprobado que invirtamos nuestros ahorros para comprar una cámara e ir a filmar a un pueblito de Colombia.
— ¿Cómo revertir ese diagnóstico?
C: — Desde mi rol como educadora trato de orientar a las mujeres, a los pueblos indígenas y a las personas de color hacia el lado técnico y creativo. Los medios de comunicación son actores muy importantes porque formatean la cultura, y si solamente vemos materiales producidos por hombres blancos con mucho dinero, nos vemos de otra manera. Yo estoy comprometida con darle voz a las directoras y a las mujeres.
— ¿Cómo se vive esto en Colombia?
V: — Bueno, ocurre algo muy parecido. En el cine la voz principal suele ser la de los hombres; las mujeres aparecen en el rol de productoras o asistentes de dirección, haciendo posible el cine pero sin que nuestros nombres estén en primera plana. Yo siento que el documental es un lugar más feliz, donde las mujeres encontramos nuestro papel como directoras. No obstante, hay que decir que durante los últimos años en Colombia —yo creo que por la Ley de Cine— ha empezado a haber más miradas femeninas. Creo que la revolución se viene en clave femenina y eso puede verse en todos los ámbitos. Espero que en pocos años podamos estar hablando de un 50/50 de directorxs hombres y mujeres.
— ¿Qué consejos le darían a los jóvenes cineastas que pretenden generar impacto social con sus producciones?
C: — Lo que pasa muchas veces con la óperas prima de los documentalistas es que los conduce el tema o la problemática, y encaran la realización como si estuviesen escribiendo un artículo o un libro, con muchísima cantidad de información. Y una película no puede transmitir esos volúmenes de información, pero lo que sí puede hacer es establecer algún tipo de conexión con el espectador, despertar emociones profundas. Entonces, mi recomendación sería que no sólo piensen en la temática sino también en cómo van a desarrollar la historia.
V: — Yo les aconsejaría que crean en sus ideas y en sus sueños. 9.70 no fue a ningún taller de guión ni de nada; está hecho con instinto, pasión y muchas ganas de contar las cosas; creo que eso quedó tan impregnado en la película que al verla el público se contagiaba. Nadie hubiera aprobado que invirtamos nuestros ahorros para comprar una cámara e ir a filmar a un pueblito de Colombia. Nadie en sus cabales lo hubiera hecho; ningún productor lo hubiera aprobado. Pero el mundo del cine muchas veces se rige más por los deseos que por la lógica.