La semana pasada el dólar alcanzó los $23 y lanzó una alerta para la economía nacional. El Banco Central debió controlarlo a través de la mayor intervención de la historia, que costó más de US$1,4 millones de sus reservas. A pesar de las promesas que auguraban un futuro donde el dólar dejaría de ser una preocupación para los argentinos, cada uno de sus aumentos siguen siendo la noticia del día.
El dólar y la inflación han acompañado la historia argentina reciente, entre turbulencias económicas y experimentos controlados. A pesar de esto, antes de ser elegido presidente de la Nación Mauricio Macri se atrevió a vaticinar que en su gobierno el dólar no sería una preocupación y que «lo más fácil» de resolver serían la inflación y el cepo. Después de 2 años de mandato, parece difícil creer que en los próximos dos años estos factores serán controlados por el gobierno, especialmente después de los movimientos económicos sufridos en estas últimas semanas.
Antes de ser elegido presidente de la Nación Mauricio Macri se atrevió a vaticinar que en su gobierno el dólar no sería una preocupación y que «lo más fácil» de resolver serían la inflación y el cepo.
Durante los últimos días el dólar pasó de una cotización de $20,56 el 25 de abril a $22,99 el 3 de mayo, generando un fuerte impacto económico al que el gobierno debió salir a responder. A pesar de su creencia en la libertad del tipo de cambio, el Banco Central efectuó la mayor intervención de su historia para evitar que la suba sea mayor: tomó la decisión de vender US$1471,7 millones, que representan un 2,6% de la totalidad de sus reservas, para aliviar la presión sobre el dólar. Desde el 5 de marzo el Banco Central lleva gastados US$6824 millones para este mismo fin.
Lo importante era ser amigos de los mercados, decían. Lo que no habíamos entendido era que la idea siempre fue darles todo lo que pedían. Lindo #Dolar pic.twitter.com/iPh9h85D60
— hernán pablo (@hernanpablo) 6 de mayo de 2018
Además de la venta de dólares, el gobierno optó por aumentar drásticamente la tasa de interés para desincentivar la compra de dólares, pasando de 27,25 a 40% en una sola semana. A pesar de las medidas inesperadas, el gobierno intentó llevar tranquilidad a la población sobre el rumbo de la economía a través de la palabra de Ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, que ayer afirmó que «el dólar puede subir o bajar» pero que «la gente tiene que estar tranquila». El mayor problema de la suba del dólar es el potencial traspaso a los precios, que generaría más inflación y empeoraría el escenario actual, en el que la meta anual del 15% ha quedado descartada aunque el gobierno aún no lo ha oficializado.
Además de la venta de dólares, el gobierno optó por aumentar drásticamente la tasa de interés para desincentivar la compra de dólares, pasando de 27,25 a 40% en una sola semana.
Durante el día de hoy el presidente Mauricio Macri se reunió con su gabinete para seguir de cerca los movimientos de la moneda norteamericana. Además de las medidas económicas mencionadas, fue anunciada una nueva reducción del déficit fiscal para achicar el gasto del Estado. En este caso, será la obra pública la que se verá afectada por el ajuste, y por la introducción del financiamiento compartido entre el Estado y los capitales privados. Tras un día de tranquilidad en los mercados, el gobierno respira mientras el pueblo mantiene su incertidumbre.