Los poemas de amor que el Coyote le escribió al Correcaminos (mágicas naranjas, 2018), de Osvaldo Bossi, desafía los lugares tradicionales del amor tomando a personajes fuertemente arraigados en el imaginario popular. Con palabras sencillas y un estilo fresco y sincero, el poemario acerca a los más chicos una historia profunda, construida a partir de una lectura propia de un mundo que se reescribe por fuera de todo convencionalismo.
Sobre el autor
Osvaldo Bossi nació en Ciudadela, provincia de Buenos Aires, en 1963. Es poeta y narrador. Entre sus libros publicados se encuentran: Tres (Bajo la luna,1997), Fiel a una sombra (Siesta, 2001), El muchacho de los helados y otros poemas (Bajo la luna, 2006), Adoro (Bajo la luna, 2009), Esto no puede seguir así (Letras y Bibliotecas de Córdoba, 2010), Casa de viento, antología personal (Nudista, 2011), (Editorial Conejos, 2012), Como si yo fuera su novia (Editorial Mágicas Naranjas, 2013), A donde vas con este frío (El Ojo del Mármol, 2016), entre otros. Organiza, junto con los alumnos y alumnas de su taller literario, el ciclo de lectura “El rayo verde”.
Descubrir la voz oculta
El amor puede tomar múltiples formas al interior de la poesía y, cuando se trata de literatura para chicos, relatarlo sin caer en los lugares comunes puede resultar todo un desafío. Los poemas de amor que el Coyote le escribió al Correcaminos (mágicas naranjas, 2018), de Osvaldo Bossi, sortean ese obstáculo con éxito, para acercar al público infantil una historia fresca, que esquiva convencionalismos aún abundantes a la hora de representar el amor por fuera de relaciones y familias tradicionales.
Recuperando los personajes de una serie animada que se mantuvo en el imaginario popular durante generaciones, Bossi recrea una voz oculta detrás de la imagen televisiva, para mostrar un fuerte componente emotivo que, casi en secreto, se desenvuelve con la trama. «Esta historia comenzó/ hace mucho tiempo./He perdido/ la cuenta de los años,/ y el Correcaminos/ sigue delante de mí,/lejos de mí…«, dice el autor en los primeros versos, introduciéndose en la piel de un Coyote que se vuelve cada vez más humano a medida que avanzan las páginas, y que muestra al lector una imagen cargada de ternura.
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«Solo pido que me dé/ la oportunidad de que le hable./Que me deje explicarle/ la fuerza de este amor./Un instante tan solo para mí./ Y que al decir pip-pip/ sienta que no es una burla», puede leerse entre los poemas, dejando entrever uno de los principales motores del libro: la búsqueda de lo inalcanzable como impulso para seguir andando, aún sabiendo la imposibilidad que mueve a la rueda del deseo. Así, con un tono sincero, el poemario da cuenta de ese movimiento permanente, trazando en el camino un descubrimiento que el personaje hace de sí mismo, y la genealogía de un amor que se descubre al correr el telón de fondo.
Cuando se creía que todo estaba dicho en aquellas animaciones casi míticas, Bossi da una vuelta de tuerca que renueva la historia. La cuidada edición de mágicas naranjas le da un lugar especial a estos poemas que atraviesan ese desierto recorrido por el Coyote: un mundo distinto que se abre detrás de los gestos, más profundo que cualquier efecto de sonido televisivo. Una forma ingeniosa de representar el amor en clave poética, sin distinción de géneros, construyendo desde el reverso de personajes que le permitieron al autor reescribir un episodio clave de la infancia.